Semáforos en San Martín de los Andes, un debate que vuelve

El debate sobre la instalación de semáforos en esta ciudad volvió a cobrar relevancia con la muerte de una adolescente el viernes pasado cuando quería cruzar de acera en la cuesta De los Andes, a la salida del centro.

La necesidad de ordenar el tránsito vehicular sobre la ruta 40, principalmente a la hora de ingreso y salida de las escuelas, llevó a la tímida colocación en febrero pasado de dos módulos en los barrios Villa Vega Maipú y Chacra 4. Pero a más de un mes, las señales todavía no están operativas porque lo impide una traba burocrática.

El montaje de los semáforos solicitados a Vialidad Nacional por la Municipalidad a fines de 2016 tuvo un costo que rondó el millón de pesos y, después de 15 días de trabajo, quedaron listos para su puesta en marcha a mediados del mes pasado. Pero debido a que el acta de transferencia para su mantenimiento y operación, que pasará a depender del municipio, aún está en revisión en la casa central del organismo federal en Buenos Aires, los peatones deben seguir apelando a la buena voluntad de los conductores de colectivos y automóviles para cruzar la calzada.

Los semáforos instalados en los kilómetros 2.240 y 2.215 (en cercanías de la escuela 86 y el CPEM 28 respectivamente) cuentan con un sistema de corte a demanda, lo que implica que la luz ámbar titilante de manera permanente cambia a rojo cuando se lo requiere, y cuentan además con unos controladores remotos pensados para que manejen los directivos de los colegios, de modo que puedan parar el tránsito vehicular en los horarios críticos. Hoy, los semáforos sólo titilan.

La Municipalidad asimismo solicitó a Vialidad mecanismos para reordenar el tránsito sobre la ruta 40 en la zona de Villa Vega San Martín, pero para el caso el organismo solicitó primero al municipio que adecúe a la legislación vigente la cámara de inspección sobre la colectora sur, el entubamiento del arroyo de Goñi sobre la colectora norte, el retiro de cartelería comercial sobre ambas calzadas, y la reubicación y adaptación de los refugios en las paradas de colectivo según la normativa.