Semana de Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos: el riesgo de la automedicación sin un diagnóstico
La mayoría de las infecciones respiratorias, como resfríos, faringitis, bronquitis, neumonías, son por causa viral, pero no se hace un diagnóstico. En muchos casos, la gente se automedica con antibióticos para evitar las guardias; en otros, es indicado por los médicos pese a que no se requiere.
Los antibióticos no siempre son la respuesta. Muchas infecciones se curan solas. La resistencia a los antimicrobianos aumenta rápidamente. Por eso, el foco está puesto en los usuarios: usar antibióticos sin consejo de un profesional de la salud los hace menos eficaces cuando realmente se necesitan. Pero también en los médicos: se trata de recetar antibióticos con criterio, con un diagnóstico, una dosis y una duración correcta.
El uso indebido y excesivo de los antimicrobianos favorecen el desarrollo y la propagación de la resistencia. «Los microorganismos resistentes a los medicamentos, entre ellos las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos, pueden propagarse entre los seres humanos, los animales, las plantas y el medio ambiente y suponen una amenaza mundial para la salud de los animales y las personas, la seguridad alimentaria y las economías», advierten desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La Semana Mundial de Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos durante la tercera semana de noviembre intenta poner en agenda el uso indebido y excesivo de los antimicrobianos.
La bioquímica Gabriela Rubinstein, especialista en microbiología clínica en el sanatorio San Carlos en Bariloche, explicó que se trata de mejorar la vigilancia y optimizar el uso de antimicrobianos.
«Los antimicrobianos abarcan el tratamiento de los virus y parásitos; los antibióticos son solo para bacterias. No todos saben. Y hay mucha gente que concurre a la guardia y para evitar las colas, se automedica, sin tener un diagnóstico. También hay gente que no tiene acceso al médico«, dijo y agregó que hay «un sobreuso de antibióticos en infecciones respiratorias, como resfríos, faringitis, bronquitis, neumonías. La mayoría son por causa viral, pero no se hace un diagnóstico y por las dudas, se da un antibiótico«.
Insistió en que muchas faringitis o anginas en niños son bacterianas y se debe brindar un antibiótico para evitar complicaciones, pero otras veces son virales y por lo tanto, «no hay bacterias involucradas»: «Termina haciéndose un tratamiento empírico, a ciegas sin diagnóstico. No porque no quieran sino porque lleva tiempo».
Rubinstein consideró que los antibióticos deberían venderse bajo receta lo que no sucede hoy en Argentina. «Incluso se deberían vender con doble receta. En Estados Unidos, por ejemplo, no hay forma de que te vendan un antibiótico sin receta», mencionó.
Los antibióticos son fundamentales y salvan vidas. ¿Por qué la importancia de evitar el abuso de antimicrobianos? La bioquímica resaltó que las bacterias «son seres vivos y se reproducen muy rápido, por ende, tienen capacidad de cambiar y hacerse resistentes». «El antibiótico ejerce una presión selectiva (selecciona a las bacterias resistentes). Esas poblaciones sobreviven y empiezan a circular. Llega un punto en que las bacterias se vuelven resistentes a todos los antibióticos. Esto, por ejemplo, ocurre en las bacterias del ámbito hospitalario y es porque en los centros de salud hay un uso importante de antibióticos. De modo que hay más bacterias multirresistentes», planteó.
Rubinstein recalcó que para evitar el uso indebido de antibióticos es importante evitar las infecciones. Por eso, el foco en las medidas de prevención como el lavado de manos, el uso de barbijos cuando alguien está enfermo, una buena alimentación y una vida saludable. «Todo lo que evite infecciones, evita el uso indebido de antimicrobianos», advirtió.
A partir de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso este tema en agenda y empezó a poner la mirada en el consumo de antibióticos. «El tema explotó cuando se detectaron bacterias que no se podían inhibir -o matar- con ningún antibiótico«, señaló.
Puso como ejemplo que los países desarrollados, como Estados Unidos, Finlandia o Suecia, no tienen la misma problemática que Argentina. «Hay una correlación directa entre el uso de antimicrobianos y resistencia. Cuanto más uso en la población, más resistencia. En estos países más desarrollados, los brotes de bacterias multirresistentes son menos», expresó.
Los antibióticos no siempre son la respuesta. Muchas infecciones se curan solas. La resistencia a los antimicrobianos aumenta rápidamente. Por eso, el foco está puesto en los usuarios: usar antibióticos sin consejo de un profesional de la salud los hace menos eficaces cuando realmente se necesitan. Pero también en los médicos: se trata de recetar antibióticos con criterio, con un diagnóstico, una dosis y una duración correcta.
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