Desnutrición encubierta: el 53% de los chicos la padece

Mala alimentación igual a rendimiento escolar bajo.

Una encuesta realizada por CEOP para el Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición (IAAN) señala que el 53% de los niños de 3 a 12 años tiene al menos un síntoma relacionado con desnutrición encubierta. Esta situación se observó en chicos de todas las clases sociales. Falta de concentración, bajo rendimiento escolar, largas horas frente a televisor o la computadora aislados del entorno, pocas ganas de jugar y decaimiento fueron algunas de las señales que los padres reconocieron en sus hijos. No obstante, en muy pocos casos las relacionaron con un problema nutricional. Esto nos preocupa, fundamentalmente porque sabemos que nuestros chicos comen mal. Datos oficiales dicen que 1 de cada 4 chiquitos en edad escolar y 1 de cada 3 menores de 2 años tiene déficit de hierro o 'anemia', además de carencia de otros micronutrientes, como vitamina C, A, zinc y ácido fólico, declaró el Dr. Alberto Cormillot, médico fundador del IAAN y director de la licenciatura en Nutrición de la Fundación Isalud.

La desnutrición encubierta es aquella que se origina en dietas que aportan cantidades insuficientes de vitaminas y minerales como hierro, vitamina A, C, yodo, zinc, ácido fólico y selenio, según la FAO (Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas). Se estima que en el mundo la padecen unos 2 mil millones de personas. Entre sus consecuencias se encuentran: retraso del desarrollo psicomotor (incluyendo motricidad gruesa y lenguaje) y trastornos de la conducta en menores de 2 años que pueden ser irreversibles; re

traso madurativo y del crecimiento, y aumento de infecciones.

La Encuesta Nacional de Nutrición efectuada por el ministerio de Salud y Ambiente el año pasado, arrojó entre sus datos preliminares que 33,2% de los bebés de 6 a 23 meses, y 15,9% de los chicos de entre 6 meses y 5 años de edad tienen déficit de hierro.

Lejos de la habitual imagen del niño desnutrido y muy flaco, estas carencias pueden encontrarse tanto en chicos de peso normal como en obesos y con sobrepeso, con consecuencias como trastornos de crecimiento y desarrollo, de la cognición, alteraciones del sistema inmunológico y otros. Pero muy pocas madres hacen algo al respecto. Creen que sus hijos están comiendo bien, y atribuyen estos cambios a otras causas, comentó el médico.

En la encuesta Signos de Desnutrición Encubierta, CEOP sondeó 801 hogares de Buenos Aires y del conurbano, con representación por nivel socioeconómico. Se determinó que el 53,3% de los niños tenía, según sus madres, alguno de los síntomas propios de esta condición. De ellos, el 49% tenía un bajo rendimiento escolar y menor nivel de concentración; 46,5% miraba la TV o se entretenía con la PC más de lo habitual; 30,3% jugaba menos de lo habitual, y 22,7% registraba un mal estado de ánimo o de salud. Pero las madres no asociaron estos signos con u problema de alimentación. El 98,6% no considera a la alimentación como causa del ánimo decaído o de un mal estado de salud. El 85% no consultó a un médico ante el bajo rendimiento de sus hijos, y 4 de cada 10 afirma que 'no hizo nada al respecto'. Entre quienes mostraron menor concentración, solamente el 4% consultó a un médico, en tanto la mayoría (31%) optó por enviar al chico a clases particulares. El 24% no tomó ninguna medida. Lo mismo ocurrió en el caso de quienes comenzaron a pasar más tiempo frente a la TV o la computadora, y entre los que jugaban menos: 35% no hizo nada. Y la consulta al médico por este problema fue de 0% y 0,7% en ambos grupos.

El Dr. Cormillot afirmó que el problema está en la falta de conocimiento sobre qué y cómo comer. Un estudio del CESNI – Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil – denunció que pese al elevado consumo de carne, que contiene hierro, consumimos poca vitamina C (frutas y verduras), que facilita la absorción de este mineral, y muchos potentes inhibidores, como el té y el mate. Además, los chicos acuden todo el tiempo al kiosco: papas fritas, snacks, alfajores, helados. En los colegios entra cualquier tipo de comida, en la mayoría de los casos según el libre albedrío de la cocinera; cada vez se come más fuera de la casa, lo que significa comer más grasas y azúcares; y la publicidad dirigida a los más pequeños que alienta al consumo de los alimentos más obesogénicos no tiene ningún control.

Por eso, si bien en la encuesta no se observa una desnutrición aguda importante (el 1,5%), hay muchos 'gordos petisos': gordos porque comen muchas harinas y grasas, y petiso porque no ingieren hierro, zinc ni proteínas. El Dr. Cormillot señaló que nuestros chicos tienen que comer más frutas, verduras, lácteos y legumbres, y menos carne, lácteos duros, fritos, manteca, gaseosas, jugos y golosinas. El primer paso es que los padres tomen cartas en el asunto.

 

Los más chiquitos

 

La mejor medida de prevención de anemia en los bebés es la lactancia materna, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda hasta los dos años, y al menos en forma exclusiva hasta los 6 meses. La introducción de alimentos sólidos debería contemplar la necesidad de hierro y otros micronutrientes, puesto que las papillas habituales (papa, zapallo, banana) no los contienen en cantidad necesaria. Los productos para niños pequeños, fortificados, y la carne roja magra tendrían que incluirse en la dieta diaria, según la indicación del pediatra o nutricionista.

 

Obesos y desnutridos

Un informe de la OMS consignó que el esquema que asocia la desnutrición, identificada con déficit de peso para la edad o la talla, y las enfermedades infecciosas con la pobreza; y la obesidad y las enfermedades crónicas con el bienestar económico, ya no tiene vigencia en los países industrializados y cada vez menos en los países pobres de la región. La desnutrición encubierta coexiste muchas veces con la obesidad infantil: en los EE.UU., el 31% de niños y adolescentes tiene sobrepeso.

Notas asociadas: Signos de la desnutrición encubierta Consecuencias del déficit  

Notas asociadas: Signos de la desnutrición encubierta Consecuencias del déficit  


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios