Legislatura: a más empleados, pocas verdades y mil excusas

Generando urticaria en algunos, doble discursos en otros y una única verdad.

Así se reaccionó en medios políticos ante el informe publicado por este diario sobre el crecimiento de un 15 por ciento de la planta de personal de la Legislatura rionegrina, y también el dato de que cada legislador cuenta con 13 asesores promedio.

A ambas cuestiones se suma la vocación con que no pocos diputados nombran familiares en el elenco de sus colaboradores.

-No estoy de acuerdo con el incremento de personal en la Legislatura. Aun admitiendo que no implica un incremento del Presupuesto de ese poder, al menos para este ejercicio, creo que ese aumento abona el desprestigio y desmejoramiento de imagen que ya tiene la dirigencia política… suma desencanto en la opinión pública -sostuvo ayer muy temprano por Radio «Manantial» de Roca el ministro de Hacienda Pablo Verani. Y acotó:

-Además, ante el hecho de que el radicalismo tenga mayoría en la Legislatura, estoy convencido de que el incremento de personal en todas las direcciones a que se asiste en la Legislatura terminará a la larga perjudicando electoralmente al radi

calismo… perderemos 3.000 ó 4.000 votos por hacer este tipo de cosas.

Por su parte Fabián Gatti, presidente de la bancada del Encuentro de los Rionegrinos, consignó que «la generalización no le hace bien a la política ni ayuda a mejorar su calidad. Acá no somos todos iguales. Nosotros tenemos, por ejemplo, tres asesores, como máximo, por cada uno (son seis en total) y tres para todo el bloque, lo que hace un total de 21 asesores. Son todos profesionales e idóneos en diversas materias».

-No me parece justo generalizar -remató.

Resulta insólita la apreciación de este legislador. Es así porque lo publicado por «Río Negro» no se funda en ninguna generalización, sino en información objetiva -que Gatti no desmiente- sobre los resultados que arroja el conjunto de la política de designaciones con que se opera en la Legislatura.

Además, cabe recordar que Gatti pertenece a un partido que se presenta en sociedad como ariete excluyente en la lucha en favor de recuperar el prestigio de las instituciones políticas.

Su partido, por caso, propone una drástica reducción de bancas. Sin embargo Gatti, al menos que se sepa, no objeta la política de incremento de personal en el Poder Legislativo.

En esta materia Gatti se clava prusianamente en la lógica de la solidaridad que reclama la corporación legislativa.

Pero en todo este tema, queda claro que Gatti arrastra una llamativa contradicción en su discurso.

Desde la bancada radical, la diputada Marta Milesi defendió el nombramiento de su hijo, el abogado Lucas Pica, como asesor.

Milesi se siente «orgullosa» de ser asesorada por su vástago. Dijo que el pibe se recibió con diploma de honor en la UBA, que tuvo el reconocimiento de connotados juristas nacionales -entre ellos, el fallecido Bidart Campos y la doctora María Voloc.

Cabe señalar que la nota de «Río Negro» no objetó el potencial profesional del descendiente de la legisladora.

Simplemente encuadró la designación del joven en el marco de la sensible y caritativa vocación de los diputados en designar todo tipo de familiar en un puesto público. Política de la cual los legisladores sólo discriminan a sus abuelos. Al menos a hoy.

-Lo grave sería que Lucas fuera un ñoqui, un vago, y yo le busque un lugar para mantenerlo. Pero es un chico brillante -sentenció Milesi imbuida de legítimo e intenso amor maternal.

Digna emoción.

Lástima que aliente excesos. (Agencias Roca-Cipolletti)


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