Cenas de verano: alimentos que promueven un sueño reparador y evitan la pesadez

Con las altas temperaturas, el cuerpo pide platos más frescos, pero no se trata solo de comer ensalada. La guía de alimentos aliados del sueño: por qué los lácteos, la palta y los cereales integrales son claves para regular el descanso.

Llega el calor y la hora de la cena se vuelve un desafío. Comer demasiado puede asegurar una noche de insomnio y malestar digestivo, pero cenar solo «una fruta» puede despertarnos con hambre a la madrugada. El secreto para un sueño reparador no está en saltearse comidas, sino en elegir estratégicamente los ingredientes que activan las hormonas del descanso.

Los expertos coinciden en que una alimentación balanceada debe mantenerse las 24 horas, pero la cena tiene un rol protagónico: es el momento de bajar las revoluciones. Para armar un plato equilibrado, nutritivo y liviano, es recomendable incluir porciones moderadas de los siguientes grupos, evitando los excesos que «sobrecalientan» la digestión.


Cenas de verano: los aliados del sueño en tu plato


Para salir de la rutina y garantizar nutrientes, estas son las mejores opciones para combinar en las noches de verano:

El poder del Triptófano (lácteos).

A veces subestimados en la cena, los lácteos como el yogur natural o los quesos bajos en grasa son fundamentales. Según explica la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL), la leche es un «facilitador del sueño» gracias a su contenido de triptófano.

  • ¿Por qué funciona? El organismo transforma el triptófano en serotonina y melatonina, conocidas popularmente como las «hormonas del sueño», ayudando a relajar el cuerpo antes de ir a la cama.

Energía estable (cereales integrales).

Mito derribado: se pueden comer carbohidratos de noche, la clave es cuáles. El arroz, las pastas o la papa son bases válidas, pero la recomendación es optar por sus versiones integrales.

  • Aportan fibra y ayudan a mantener estables los niveles de glucosa (azúcar en sangre) durante toda la noche, evitando picos que interrumpan el descanso.

Proteínas magras (saciedad sin pesadez).

Para reparar tejidos sin sobrecargar el estómago, lo ideal es elegir carnes blancas como pollo, pavo o pescado.

  • La alternativa veggie: el huevo y las legumbres (como lentejas o garbanzos) son excelentes fuentes de proteína y fibra que se pueden incorporar frías en ensaladas.

Grasas saludables (palta y frutos secos).

Las grasas no están prohibidas, siempre que sean de buena calidad. La palta (aguacate) es fundamental para la absorción de vitaminas.

  • El dato: las nueces son un «superalimento» nocturno, ya que además de nutrientes esenciales, contienen melatonina natural.

El color en el plato (verduras).

No pueden faltar. Espinacas, tomates, zanahorias y hojas verdes aportan agua, fibra y antioxidantes, vitales para hidratar el cuerpo tras un día de calor.


Cenas de verano: lo que conviene evitar


Para blindar el descanso, los especialistas sugieren limitar al máximo los azúcares refinados en la última comida del día.

Los postres muy dulces pueden generar picos de glucosa que activan el organismo justo cuando necesita apagarse, dificultando la conciliación del sueño.


Llega el calor y la hora de la cena se vuelve un desafío. Comer demasiado puede asegurar una noche de insomnio y malestar digestivo, pero cenar solo "una fruta" puede despertarnos con hambre a la madrugada. El secreto para un sueño reparador no está en saltearse comidas, sino en elegir estratégicamente los ingredientes que activan las hormonas del descanso.

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