Todo empezó con pacientes internados en la comisaría de Neuquén

Neuquén estrenaba su título de capital, pero la salud pública era casi inexistente. En 1909 se habilitó la primera enfermería. Y pasaron 30 años más hasta inaugurar el primer hospital.

Neuquén ya tenía su título de capital pero muchas cosas faltaban, incluso aquellas más esenciales como lo era la asistencia sanitaria. Solo existía un médico y los pacientes eran atendidos en la comisaría, ya que no había ni siquiera una sala de primeros auxilios. Se debió esperar 5 años y superar una epidemia para contar con la primera enfermería que funcionaba desde 1909, en la esquina de Ministro González y Buenos Aires. Cuatro años después se habilitó la Asistencia Pública en Láinez y 12 de septiembre. Pero más tiempo demoró la construcción del primer hospital regional, que se pudo realizar recién en 1937.

En 1908 se produjo una epidemia de escarlatina que puso en jaque al pueblo entero y a las autoridades locales que debieron hacer uso de los escasos recursos con lo que contaban para atender a los enfermos. Una de las medidas que tomó el entonces presidente del Concejo Municipal, Abel Chaneton, fue aislar a los enfermos en las afueras de la ciudad, en una casona que le alquiló a José Mangiarotti y que fue transformada en lazareto. La vivienda estaba ubicada donde hoy se forma el triángulo entre las calles Mazzoni, Primeros Pobladores y las vías del ferrocarril.

Ya en ese entonces, y desde 1905, Neuquén había iniciados gestiones ante el gobierno nacional para obtener fondos destinados a la construcción de un hospital “de verdad”. Se realizaron kermeses, Ferrocarriles del Sud donó rieles y ladrillos y se recolectó el dinero que donaban los vecinos. Así se pudo reunir 1.500 pesos “depositados en la casa de Pedro Linares, a falta de banco”, recordó en su libro “Recuerdos Territorianos”, Ángel Edelman. En ese entonces, se calculó que la obra demandaría una inversión de 14 a 15 mil pesos.

Con el poco dinero que se contaba, se inició la construcción de los cimientos, en un predio ubicado en la manzana 19, donde funcionaba el polígono de tiro. Pero solo alcanzó para eso.
Las autoridades neuquinas entonces recurrieron a la Cámara de Diputados, para solicitar un subsidio de 10.000 pesos, pero todos los intentos cayeron en saco roto. En 1910, volvieron a la carga con los diputados y esta vez se le aprobó a la ciudad una partida de dinero para el hospital. Pero todo quedó en papeles, porque por “razones de economía”, la plata nunca llegó y con el paso del tiempo hasta desaparecieron los cimientos que ya estaban construidos.

En 1926 llegó a Neuquén el doctor Eduardo Castro Rendón y en 1930 lo hace el médico Luis Ramón, dos apellidos clave en los inicios de la salud pública. En 1934 el entonces gobernador Enrique Pilotto, reflotó la necesidad de contar con un hospital propio y reanudó las gestiones ante Nación para obtener fondos. Al mismo tiempo se crea la filial de la Cruz Roja, cuyo edificio funcionó también como Centro de Higiene Materno Infantil. Estaba ubicada en la esquina de las actuales calles Río Negro y Félix San Martín.

Tres años después, se inició la construcción del edificio sanitario en Talero y Buenos Aires, que se finalizó en 1940. Pero faltaría un poco más para que el hospital comenzara a funcionar como tal. Ese año se instaló el comando de la Sexta Brigada del Ejército y los militares se encontraron con el problema de no tener viviendas para albergarse. Empezaron a mirar con codicia el edificio deshabitado, al que le faltaban muebles, puertas e insumos hospitalarios.

Castro Rendón se vio venir lo que sucedería y fue un 14 de abril de 1940 cuando con ayuda de los trabajadores ferroviarios solteros que vivían frente al viejo edificio de la Asistencia Pública, con una ambulancia Ford A, inició la mudanza y el traslado de los internados al flamante hospital.

En 1955, la ley 14.908 convirtió a Neuquén en provincia, pero el derrocamiento del gobierno del presidente Juan Domingo Perón, postergó la elección del primer gobernador hasta 1958. Cuando asume Ángel Edelman ese año, la Salud Pública dejó de depender de Nación.

En 1960 comienza un plan sanitario que fue ejemplo a nivel nacional. Se implementaron campañas de prevención y control de enfermedades como la tuberculosis y la hidatidosis. A lo largo de esta década bajó la mortalidad debido a los intensos planes de vacunación, tratamiento y recuperación de la salud de las embarazadas y de los niños.
En los años 70 se consolidó el plan de Salud con la incorporación de médicos sanitaristas adquiriendo vital importancia el área de pediatría.
A partir de 1984 el nosocomio se llamó Hospital Provincial Neuquén Doctor Eduardo Castro Rendón.


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