Tortugas: los riesgos de vivir fuera del hábitat natural

El caso de una tortuga terrestre argentina (Chelonoidis Chilensis), derivada del hospital escuela de Veterinaria Choele Choel y operada en una clínica de Roca por la calcificación de sus huevos, expone las consecuencias de vivir en cautiverio.

El Director del hospital escuela de veterinaria de Choele Choel derivó a Roca, en marzo pasado, un paciente muy particular: una tortuga (Chelonoidis chilensis) con pronóstico de retención de huevos.
“La tortuga tenía síntomas de decaimiento, falta de apetito y problemas para caminar”, le explicó a Río Negro el veterinario roquense Marcelo Miserendino.
Tras una ecografía, descubrieron que presentaba huevos cuya cáscara estaba calcificada, uno de los indicadores de retención de huevos – explicó el cirujano. Normalmente, las cáscaras se ven finitas, pero en este caso era más engrosada, reveló. Como un paso previo a la cirugía, se intentó hacer que los despida a través de medicación, pero no fue posible.

Radiografía de los huevos calcificados en sus bordes.


La tortuga pone huevos todos los años aún sin la presencia del macho. Por eso, muchas veces, los huevos no son fértiles. Pero si la hembra ha estado con un macho un par de años antes pueden llegar a serlo.

Que un animal silvestre sea manso, no significa que sea doméstico” .

Marcelo Miserendino, médico veterinario cirujano Mat. 260.


En estado natural, la tortuga pone sus huevos de manera similar a la gallina: los entierran en un pozo de unos 10 cms. para después defecar y orinar sobre ellos y de esta manera mantener la humedad adecuada.
En cautiverio, por caso en el patio de la casa, pueden hacen varios pozos debido a que no suele encontrar el terreno la temperatura, el ambiente y el lugar adecuados. “Este es uno de los problemas que puede llevar a una retención de huevos, el que no encuentre el hábitat y la temperatura ideal”, afirmó Miserendino.
En la naturaleza el animal sabe la cantidad de luz que recibe por día. En cambio, en cautiverio, no tiene esa percepción porque, al tener una temperatura “alterada” por su hábitat doméstico, entonces no hiberna y puede poner huevos durante todo el año.

Evitar el daño del caparazón exige un
trabajo de precisión.


Las patologías que suelen tener son debido a la falta o mala hibernación a causa del cautiverio. “En caso de encontrar una tortuga en las bardas, hay que ser consciente y dejarlas. Es el mejor lugar porque es su verdadero hábitat natural”, remarcó Miserendino.
Debido a la explotación agropecuaria hace que se vayan corriendo de sus lugares a riego de extinguirse. “La mayoría de las tortugas en cautiverio mueren a causa por riesgos de mordeduras de perros, aplastamiento por ruedas y cortadoras de césped”, concluyó.


Datos para tener en cuenta

Un huevo de tortuga mide, en promedio, cinco centímetros de largo por cuatro de ancho.
Las tortugas ponen huevos todos los años, desde noviembre a febrero,
y viven alrededor de 80 años. Pero en cautiverio apenas alcanza 40 años de vida aproximadamente.

Necesitan temperatura, humedad y luz solar.
La anestesia en los gelónidos es muy difícil para controlar los signos vitales.
Recordamos a los lectores que las tortugas terrestres no deben adoptarse como mascotas. Manso no es lo mismo que doméstico, y se encuentran en peligro de extinción.


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