Tradición y oficio, de la mano

Como el resto de los pueblos de la región, Sierra Colorada es un pueblo que no olvida sus orígenes y sus tradiciones. Actualmente un grupo de vecinos realiza un curso de curtido de cueros y pieles que tiene un doble objetivo: mantener vivas las costumbres campestres y a la vez aprender un oficio con salida laboral.

«Es un método muy práctico y fácil. Es natural y no contaminante, por eso la gente se engancha mucho. Además se utilizan elementos que uno tiene en su hogar y a través del INTA se consigue el alumbre», señala el capacitador Guillermo Robledo.

En su mayoría, los participantes del curso son hombres y mujeres campesinas. Llevan los cueros, los lavan y los ponen en agua con sal y alumbre. Luego le dan flexibilidad con una pasta preparada con huevos, aceite y agua.

En el establecimiento «El Maruchito», ubicado en la zona de Las Mochas, doña Elena Huentelaf esquila sus ovejas, chivas y llamas que le trajeron desde el norte, hila y tiñe las fibras y confecciona prendas de vestir para ella y su familia. «Ahora vamos a probar con los cueros. Es importante para poder hacer sogas, quillangos, camperas, botas, etc. para nuestras familias y también para vender como artesanías. Es aprender un oficio que nos puede generar ingresos extras a los del campo», señala la mujer.


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