Un aceite de oliva regional y con sello familiar

Desde hace más de una década, la familia Armengol Mañana elabora un aceite 100% orgánico en San Antonio Oeste. El procedimento se realiza íntegramente por ellos, desde el inicio de las plantaciones hasta la venta directa en su local en El Cruce.

Desde hace más de una década que, en la Ruta Nacional 3, en San Antonio Oeste, una familia produce un aceite de oliva 100% orgánico desde su plantación hasta el producto final listo para la venta directa.


Hablamos de la familia Armengol Mañana, que desde hace 12 años exactamente lleva adelante la fábrica Oleosan. Allí producen un aceite de oliva extravirgen, que es realizado con olivas del tipo “Arquebina”, especialmente seleccionadas y mejoradas en la plantación.

En el olivo existen aproximadamente 300 variedades, pero la Arbequina es la de mejor calidad, y la más requerida por la gente, porque su gusto es frutado y mucho menos intenso que el de otras especies, que a veces resultan intolerables al paladar, sobre todo para quienes no están tan acostumbrados a su consumo.

El trabajo desde los cultivos y luego en la fábrica (donde sucede todo el proceso de la elaboración de los productos) comienza desde muy temprano.

En principio, las aceitunas son recolectadas en la finca que se encuentra a 12 kilómetros de la Ruta 3. Luego se las traslada hasta el cruce, donde se encuentra la fábrica y se procede hacer la extracción de aceite. Para ello, se debe pasar por la moledora, luego la amasadora y posteriormente se realiza la decantación a través del centrifugado, para lograr apartar la parte sólida del fruto del aceite.

Los Armengol Mañana, quienes llevan adelante este emprendimiento hace más de una década.


Luego se almacenan en tanques, y se procesan por una máquina filtradora que sacan las mini partículas de materia orgánica, que son de las mismas aceitunas. Posteriormente se envasan sin realizar blend, ni ningún tipo de mezclas. El aceite es exactamente el mismo extra virgen de siempre, para luego proceder al embotellado y almacenar para destinarlo directamente a su comercialización.

La época de cosecha -dependiendo como se presente el clima- generalmente comienza desde el mes de abril, y se extiende durante los meses de mayo y junio. Después de estos meses ya no es aconsejable realizarla, porque la aceituna formula su proceso de maduración y se dificulta trabajarla.

Según su dueño, Fabián Armengol Mañana, en 100 kilos de aceitunas se obtiene una extracción de aproximadamente 24 litros de aceite. Este aceite es de doble duración en el tiempo, y se lo llama “doble vida”, ya que nunca se pone rancio. Por su elevada calidad y pureza en la elaboración es un aceite saludable para diabéticos y también para celíacos, porque no contiene ningún tipo de agregados.

La mayor parte de la producción se vende en el negocio ubicado sobre ruta 3 y 251, y el resto a granel transportados en camiones hacia distintos puntos del país. Armengol asegura que “es un trabajo intenso”. El productor lleva adelante el emprendimiento con su hijo Alan (de 25 años), y juntos proyectan trabajar 100 hectáreas más para el próximo año, además de atender las necesidades que requiere la empresa, ya que la fábrica se destaca por funcionar de manera permanente, las 24 horas del día. “Trabajamos muchísimo, si no no anda” expresa Fabián, quien además aseguró que por día se procesan 15.000 kilos de aceitunas, todo esto “durante tres largos meses, que es lo que dura la cosecha”.

La maquinaria de la empresa, que lleva un ritmo de producción altísimo para la gran demanda del público.


Actualmente la familia cuenta aproximadamente con 25.000 plantas en producción, de las cuales este año se obtuvieron cerca de160.000 litros, de los que 50.000 se vendieron en el local propio que poseen en El Cruce (San Antonio Oeste); mientras que el resto lo comercializaron a granel a varias empresas nacionales. Además, realizan envíos a particulares y a comercios de varios puntos del país.

Armengol cuenta que anteriormente la familia se dedicaba al ganado y que llegaron a tener aproximadamente 2.000 vacas. Sin embargo, después de una charla familiar profunda, y con la realización de un estudio durante dos años sobre el clima y sus condiciones de vida, no dudaron con el proyecto sobre plantación de olivos. El clima del Golfo los beneficiaba y ese factor climático inclinó la decisión: “Apuntamos a los olivos, por el frio marítimo y las amplitudes térmicas. Las mareas muy grandes, de 7 a 10 metros, tienen como consecuencia una ventisca contínua que ocasina una gran amplitud térmica”, explica el hombre.

Siguiendo la lógica de su explicación, esa consecuencia térmica hace elevar el ácido leico del aceite, algo que en otras provincias les resulta difícil de mantener. “Estamos mejor que en el mediterráneo, porque tenemos mejor amplitud térmica y frío marítimo, que no es lo mismo que el frío continental”, indica el experto, quien además afirma que el agua del río Negro, sumado el suelo arenoso y la proximidad al mar con grandes mareas, producen las características ventiscas que barren las heladas e impidiendo que éstas duren varias horas. Además de esto, no hay caída de granizo y eso beneficia el cultivo a cielo abierto y sin riesgo. “Por otro lado, hay durabilidad por el plano inclinado hacia el mar, ya que cualquier brisa lleva las heladas que suelen ser de pocas horas en pleno invierno y eso es muy bueno, porque no deja helar las plantas”, señala Armengol.

Para el productor, el sabor que obtienen sus aceitunas es especial, y también se basa en un razonamiento personal e indica que es debido a que sus cultivos de olivos se encuentran rodeados de jarillas del monte natural.

Algunos de los productos que Oleosan ofrece en su local, ubicado en El Cruce.


También hace hincapié en que sus cultivos se crían desde el nacimiento de sus plantaciones, que él mismo produce, absolutamente alejadas de bacterias y demás plagas. Por esta razón, no incorporan nuevas plantas de otros lugares, para evitar contagios de hongos o enfermedades provenientes de otros sitios. Fabián Armengol es el responsable de producir la plantita pequeña, la cual vivirá por dos años en maceta, para luego destinarla recién a campo abierto y donde será su lugar de vida por 7 u 8 años más. Recién ahí se verán los resultados de la especie. “Todo se hace desde la plantita hasta el aceite que llega a la mesa de las familias. Hemos vendido a varias empresas en camiones a granel sin envasar, aproximadamente 70.000 litros y otros 70.000 litros comercializados desde nuestro local”, indicó el productor.

Se debe saber que los aceites de oliva de calidad, y se entienden por calidad a los que cumplen con lo exigido por el Consejo Oleícola Internacional, sólo pueden ser obtenidos en lugares fríos. Sin embargo, no se obtienen en climas extremadamente fríos que puedan llegar a dañar por completo la planta de olivo. “Producimos aceite con la variedad de aceitunas Arbequina, o sea que es un producto mono varietal, no un blend, con cortes de otras variedades. Obtuvimos el primer premio en el año 2015, en exposiciones nacionales e internacionales”, acota Armengol y agrega: “Nuestra calidad es conocida en nuestro país, como el mejor aceite de oliva extra virgen, sobre todo por personas que saben de olivicultura”.

Además del aceite, en Oleosan producen aceitunas a la griega, que son las aceitunas maduras. “En nuestra zona las podemos dejar deshidratar en la planta, luego por unos días en sal seca (no salmuera), y con eso quedan aptas para el consumo, porque no hay riesgo de granizo”, asegura Fabián.

Toda la producción de Oleosan es orgánica y aunque por varios motivos no han tramitado la certificación y tampoco la certificación Kosher, la misma comunidad judía se las entregó sin costo, ni trámites.


En la actualidad emplean a más de 50 personas durante los tres meses que dura la cosecha manual. A todo el personal de San Antonio lo transportan en su micro de uso exclusivo. La fábrica y salón de venta al público funcionan en el cruce de las Rutas Nacionales 3 y 251, donde tienen unas 3.000 plantas de olivos y aproximadamente 3 hectáreas de viñedos. El olivar se encuentra en el Km. 1127 de la Ruta Nacional 3, donde es bien visible un faro o baliza, a unos 12 kilómetros de El Cruce de San Antonio Oeste.

“Después de casi 13 años de experiencia y búsqueda podemos decir que San Antonio Oeste y todo el Golfo San Matías son las mejores zonas para la producción del aceite de oliva”, concluyó Armengol Mañana.


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