Un gobierno signado por la incertidumbre


El FMI ha dicho que habrá un impacto en la economía global, del que la Argentina “no será inmune”. La economía argentina integra un grupo de riesgo ante el descalabro económico.


Crecer y recuperar la “sustentabilidad” de la deuda para poder pagar: son los principios con los que el gobierno de Alberto Fernández abordó el diálogo con los acreedores y el FMI para la renegociación de compromisos por al menos 115.000 millones de dólares. Ambos principios han caído esta semana con el dramático vuelco del escenario financiero internacional como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Se queman los papeles.

Las consultoras están corrigiendo sus pronósticos de caída de la actividad económica para este año y lo ubican en torno al 2%. También está recalculando el gobierno. Será el tercer año consecutivo de retracción. Aunque en ocasiones no lo parezca, la Argentina forma parte del mundo y el mundo está siendo arrastrado inevitablemente hacia una recesión. Los principales compradores de productos argentinos reducen su demanda. China, segundo destino de las ventas argentinas, lo está haciendo dramáticamente. Hemos visto el efecto que esto provocó en el precio del barril de petróleo. También en la soja, que alcanzó su nivel más bajo en seis meses. Menores ingresos en dólares representarán además menos importaciones, menor actividad económica, menos consumo, menos ingresos por recaudación.

La “sustentabilidad” de la deuda será más difícil de alcanzar en términos fiscales y en los que ha planteado el ministro de Economía. En este contexto adverso, los bonos argentinos volvieron a desplomarse y el riesgo país voló sobre los 3.100 puntos, en registros previos al canje de 2005. Hay quienes han visto en este fenómeno una señal favorable: la oferta que tiene en mente hacer Guzmán a los acreedores ya no luciría tan agresiva. Hay quienes advierten sin embargo que, sin perspectiva de crecimiento y sin un sendero de equilibrio fiscal, los acreedores podrían estar deshaciéndose de los bonos y estos yéndose a manos de fondos buitres, los viejos litigantes. Muchos de los que defienden esta hipótesis creen que lo más apropiado sería abandonar toda posición negociadora y declarar un default. Se atribuye esa voluntad al Instituto Patria.

Si nos atenemos a las credenciales de Guzmán, un default sería un fracaso para el ministro, director del programa de la Universidad de Columbia para el “Diálogo de políticas sobre reestructuración de la deuda” hasta antes de ingresar en la función pública. En estos días circuló además la versión de que el canje de la deuda sería el único servicio que estaría dispuesto a brindar a la Nación. En el ministerio ironizan: dicen que aún si fuera así tiene un largo tiempo por delante. Economía reconoció que ha hecho un “ligero corrimiento” en el cronograma para la reestructuración de la deuda bajo legislación extranjera, pero ratificó que en los próximos días hará la presentación formal de la oferta. El canje, el viernes, del 85% del bono dual AF20 “desmiente el clima apocalíptico que se ha querido instalar”, dijo una fuente del ministerio a esta columna.


Fernández cumplirá este jueves 100 días de un gobierno signado por la incertidumbre. Cualquier pronóstico, por próximo que sea, es hoy una ficha arrojada al paño.


La Argentina ha quedado fuera del radar de los actores en los que necesita apoyarse, incluidos EE. UU. y el Fondo. El organismo ha dicho que el coronavirus provocará un impacto en la economía global, del que la Argentina “no será inmune”. En la misma analogía, la economía argentina integra un grupo de riesgo extremo ante el descalabro económico y financiero. La crisis la encuentra en condiciones sensiblemente más desfavorables que la de 2008/9, cuando la actividad se derrumbó casi un 7%.

El presidente empezó la semana con una entrevista en TV lamentando que el mundo “se confabulaba para hacer más difícil” la salida de la Argentina, una gaffe, por decir lo menos. Ante la catástrofe de Italia, tomó conciencia de la dimensión del desafío del coronavirus. Endureció el abordaje del problema y asumió el liderazgo ante la crisis

Alberto Fernández cumplirá este jueves 100 días de un gobierno signado por la incertidumbre. Cualquier pronóstico, por próximo que sea, es hoy una ficha arrojada al paño.


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