Un monstruo grande

Scioli se perfila cada vez con más fuerza en el FpV. Crece Macri y se mantiene expectante Massa.

Redacción

Por Redacción

ARNALDO PAGANETTI arnaldopaganetti@rionegro.com.ar

Se acerca el cuco de fin de año cuando, como suele decir un excanciller, “pasan cosas tremendas”. Las fiestas del 2013 estuvieron salpicadas por las rebeliones policiales que sorprendieron a autoridades nacionales y provinciales. Y para las próximas hay luces de alerta encendidas por sindicalistas como Luis Barrionuevo y organizaciones barriales combativas. “Río Negro” fue testigo de un llamado del senador Miguel Pichetto al secretario de Seguridad, Sergio Berni, en el que le manifestó honda preocupación por lo que pudiera acontecer en Bariloche, uno de los escenarios trágicos de hace poco más de 12 meses. “Hay una sociedad fracturada y me temo que el gobernador (Alberto Weretilneck, quien anunció simpatías por la candidatura presidencial de Sergio Massa), podría dejar la zona liberada para los desmanes”, le transmitió el jefe del bloque del FpV, alineado detrás de la nominación de Daniel Scioli, el aspirante más proyectado del kirchnerismo pese a la meditada reticencia de Cristina Fernández. Las visiones conspirativas sobrevuelan el espacio político. Se abonan en dichos de la propia mandataria, de sectores gremiales que reclaman un bono salarial extra que compense el desfasaje inflacionario, del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y hasta en manifestaciones de la desbordada Elisa Carrió, quien habló de un “autogolpe”. Este diario indagó en el área de Berni para saber qué previsiones se están adoptando. “No visualizamos un escenario catastrófico y, a la luz de la experiencia, no habrá invasión de trotskistas, peores inundaciones ni cortes eléctricos peores a los ya acontecidos”, se señaló. Y se agregó un aditamento importante: ante la primera insinuación de brote sedicioso, se procederá igual que en Santa Cruz. En la provincia de los Kirchner se logró la intervención de un fiscal de Mar del Plata y los uniformados rebeldes se disciplinaron. “Si antes fuimos superados por maniobras extorsivas, ahora trabajamos para que la justicia reaccione a tiempo. Si hasta el gobernador (de Córdoba, Juan Manuel) De la Sota, reconoció que la depuración estuvo orientada a combatir a policías vinculados con el narcotráfico y prostíbulos”, se especificó. Para las autoridades del Ministerio de Seguridad, objetivamente no hay condiciones para que se produzcan situaciones de saqueos. Sin embargo, están atentas a los paros en el transporte y al activismo de organizaciones como Barrios de Pie o del gastronómico Barrionuevo, tratando de “lograr visibilidad en los medios opositores”. Reconocen, sí, que la pimienta la aportarán las peleas en el mismo Frente para la Victoria. De hecho, el bloque de diputados comandado por Diana Conti y Juliana Di Tullio, desautorizó un procedimiento con efectivos de Gendarmería ordenado por Berni en la autopista Panamericana, para despejar una manifestación de trabajadores de la autopartista Lear. El funcionario cristinista cree tener una espada de Damocles sobre su cabeza y no acepta la condena de sus compañeros, que se solidarizaron con el diputado de izquierda Nicolás del Caño (PTS-FIT). Es que ya hay posicionamientos con vistas a la futura competencia electoral y todos operan mientras no haya un pronunciamiento expreso de Cristina. Así, Capitanich dejó plantado a Berni en una reunión del consejo de seguridad interior y se fue a un acto con el ministro de Defensa, Agustín Rossi. Ni lerdo ni perezoso, “super-Berni” se fotografió con Scioli y machacó sobre algunas premisas K: no apela a la represión ni al gatillo fácil, solo ordena niveles de violencia adecuados para sofocar los ataques con bulones de los que cortan la Pana-mericana; además, no avasalla derechos y destaca que el problema principal no es la inseguridad, sino la impunidad. En su carrera hacia la Rosada, Scioli tratará de vencer la resistencia del kirchnerismo duro. Se apoya en varias encuesta que lo muestran consolidado, con un amesetamiento de Massa y un ascenso de Mauricio Macri. En sucesivas reuniones con peronistas en Río Negro, Tucumán y Mendoza, Scioli hizo saber que acepta el criterio de la presidenta de demorar lo máximo que pueda un apoyo tajante. De hecho, sostuvo que potenciará la interna una lucha con el ministro Florencio Randazzo. “Si este proceso se dilata demasiado, tu figura se puede deteriorar y crecer aún más Macri. En febrero, o a más tardar marzo, tenés que constituir un comando electoral”, lo apuró un intendente del Gran Buenos Aires. El destino del Frente Amplio Unen, tras el explosivo alejamiento de “Lilita” Carrió (no dejó títere con cabeza en ese espacio), parece ser el de la dispersión. Hay radicales que apuestan por Macri (Ernesto Sanz, quien sueña ser vicepresidente) y otros por Massa, entre ellos Gerardo Morales, Nito Artaza, José Cano y Luis Naidenoff. El panorama se irá aclarando en el próximo otoño, mientras se observa un endurecimiento de jueces federales frente a denuncias contra funcionarios públicos. Scioli manifiesta que su andar tomó un ritmo “irreversible”, casualmente el adjetivo con el que se identifican miembros de La Cámpora que empezaron a rodearlo.

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