Un proceso largo y muy complejo

WASHINGTON (AFP).- Para el presidente de Estados Unidos, el hombre más poderosos del mundo, la designación de un ministro es una operación políticamente delicada, que requiere la aprobación del Senado. De los 8.000 funcionarios que nombra el presidente, 1.200 deben obtener el aval del Senado: los ministros (”secretarios” de departamentos), embajadores, altos cargos de agencias gubernamentales y jueces federales. Al designar a Chuck Hagel como secretario de Defensa y a John Brennan a la cabeza de la CIA, Barack Obama no hizo más que iniciar un proceso cuyo final puede no controlar. Las vidas de Chuck Hagel y John Brennan serán primero pasadas por el tamiz del FBI y otros organismos gubernamentales para determinar eventuales conflictos de interés u obstáculos éticos a la asunción . Los candidatos son convocados uno por uno ante una comisión del Senado para una sesión durante la cual serán intensamente interrogados sobre sus posiciones y su pasado también será examinado con lupa. El Senado debe aprobar por mayoría especial a cualquier designación. Con 55 bancas, los demócratas deberán convencer al menos a cinco republicanos.


WASHINGTON (AFP).- Para el presidente de Estados Unidos, el hombre más poderosos del mundo, la designación de un ministro es una operación políticamente delicada, que requiere la aprobación del Senado. De los 8.000 funcionarios que nombra el presidente, 1.200 deben obtener el aval del Senado: los ministros (”secretarios” de departamentos), embajadores, altos cargos de agencias gubernamentales y jueces federales. Al designar a Chuck Hagel como secretario de Defensa y a John Brennan a la cabeza de la CIA, Barack Obama no hizo más que iniciar un proceso cuyo final puede no controlar. Las vidas de Chuck Hagel y John Brennan serán primero pasadas por el tamiz del FBI y otros organismos gubernamentales para determinar eventuales conflictos de interés u obstáculos éticos a la asunción . Los candidatos son convocados uno por uno ante una comisión del Senado para una sesión durante la cual serán intensamente interrogados sobre sus posiciones y su pasado también será examinado con lupa. El Senado debe aprobar por mayoría especial a cualquier designación. Con 55 bancas, los demócratas deberán convencer al menos a cinco republicanos.

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