Un voraz incendio afectó al Frigorífico Guerrico en Ruta 22: explotaron tubos de amoníaco

Las llamas afectaban a parte de la chacra y también las instalaciones de frío. Trabajaron allí dotaciones de Allen y Roca hasta la madrugada. La policía cortó la Ruta 22.

Redacción

Por Redacción

Lo que comenzó como un llamado para contener un incendio de pastizales y proteger a una vivienda cercana, terminó en la intervención por un siniestro de gran envergadura. El saldo fue buena parte de un frigorífico seriamente dañado, la explosión de sus tubos de amoníaco y llamas que demandarían horas en ser contenidas. A esa primera dotación de Allen que arribó al lugar, debieron sumarse refuerzos desde Roca, ya que varios de sus vehículos estaban afectados en otras emergencias y que las reservas de agua se volvieron insuficientes, ante la necesidad constante de «enfriar» la zona.


Un importante incendio que podía observarse desde lejos, en medio de la noche, afectó las instalaciones del Frigorífico Guerrico, ubicado a la vera de la Ruta 22, propiedad de la familia Alba, conocidos productores frutícolas de la zona. Las llamas comenzaron poco después de las 21, en una chacra cercana, hacia el norte, pero el viento las extendió rápidamente.

Cerca de las 22 se escucharon algunas explosiones, que según confirmaron a RÍO NEGRO bomberos que trabajaron en el lugar, correspondían a los tubos de amoníaco, usados para abastecer a las cámaras de frío donde se resguarda la fruta. La situación, tan temida en casos como este, obligó a los voluntarios a usar trajes especiales y protección para evitar la inhalación de ese gas incoloro, altamente tóxico.

La policía cortó el tránsito en la Ruta Nacional 22 debido a la peligrosidad del siniestro, que amenazaba con extenderse. Los vehículos fueron desviados por la Ruta Provincial N° 65, conocida como la ruta Chica.

El área de Defensa Civil municipal aportó sus camiones regadores para abastecer a las autobombas. Mientras tanto, en el predio del frigorífico, ardía una casilla que era utilizada como depósito de insumos, algunos de ellos inflamables, y que continuaban reaccionando al calor constante y como consecuencia, explotaban.

En redes sociales, se multiplicaban los comentarios de allegados y conocidos de la familia afectada, lamentándose por lo sucedido.

Poner el cuerpo


Foto: Juan José Thomes.

Para graficar el riesgo al que estuvieron expuestos los voluntarios, uno de ellos contó a este medio cómo quedó dañado su traje, específico para intervenir en siniestros forestales, pero no para un caso que se agravó de esta manera:

«El aviso fue para asistir a un incendio de pastizales, pero las llamas habían alcanzado filas de bins… la situación ya no era la misma. Tuvimos que pedir refuerzos y después seguimos dando una mano armando los equipos que hicieran falta. A pesar de los recaudos, se ablandaron y derritieron varias partes de mi traje»,

contó uno de ellos.

Con el paso de las horas, el cuartel allense debió seguir organizando su personal para asistir a varias urgencias que se registraron en simultáneo. Varios de ellos se encontraban en esta esforzada labor desde horas de la tarde. Se preparaban guardias en el lugar para mantener al siniestro controlado.

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