Una bandera que genera cruces en Tokio

Mientras los Juegos Olímpicos se desarrollan en Japón, el uso de una insignia oficial por parte del país organizador causó algunos cruces con otros países. ¿A qué se debe?

En pleno contexto de los Juegos Olímpicos, varios países asiáticos han mostrado su descontento por la utilización de una bandera nipona que, según esgrimen, “recuerda dolores del pasado”. Algunos países han instado incluso a su prohibición durante el desarrollo del certamen.


Japón considera que la bandera del «sol naciente» es parte de su historia. Pero para muchos en las dos Coreas, China y otros países asiáticos, es un recordatorio de las atrocidades cometidas por su vecino en tiempos de guerra.

Algunos expertos consideran que las restricciones en medio de la pandemia, que han impedido la presencia de espectadores en buena parte de los estadios olímpicos, imposibilitarán también que la discrepancia se agrave.

Pero, ¿cuál es el lío? Hay dos banderas del sol naciente asociadas con Japón. El propio nombre del país significa «el origen del sol». Una de estas enseñas es la bandera nacional, llamada «nishoki» o «hinomaru». Es la que muestra un círculo rojo sobre un fondo blanco. Prácticamente nadie se muestra indignado por esta bandera. La otra tiene también un círculo rojo, pero rodeado por 16 rayos que se extienden hacia el perímetro. Llamada «kyokujitsuki», ésta es la bandera que ha generado protestas vehementes por parte de algunos “vecinos”.

Ambas banderas han sido usadas durante siglos. Sin embargo, las disputas sobre la del «sol naciente» se remontan a los albores del siglo XX. Fue entonces cuando la Armada Imperial de Japón la usó como emblema oficial, en momentos en que el país colonizaba la Península de Corea e invadía u ocupaba China y otros países asiáticos, hasta su derrota en la Segunda Guerra Mundial, en 1945. La bandera controvertida es usada todavía por la Armada, la Fuerza de Autodefensa Marítima. Y en estos días, grupos ultraderechistas de Japón suelen mostrar la bandera durante protestas o en las redes sociales.

La delegación de los Juegos utilizó la bandera más habitual.


El gobierno japonés enfatiza que las dos banderas muestran representaciones del sol y se usaban en el país incluso antes del periodo de la guerra. Incluso hoy, la bandera con los rayos se emplea cotidianamente en Japón, afirma el gobierno.

«El argumento de que esto representa una declaración política o un símbolo de militarismo es completamente irrelevante. Creo que hay un gran malentendido», indicó en 2013 Yoshihide Suga, quien es ahora el primer ministro. Pero los vecinos de Japón ven el asunto de manera muy distinta.


En 2019, Corea del Sur pidió formalmente que el Comité Olímpico Internacional prohibiera la bandera en los Juegos de Tokio. Seúl afirmó que la bandera simboliza las «cicatrices y el dolor» de los asiáticos que sufrieron la agresión bélica de Japón, tal como la esvástica «recuerda a los europeos la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial». La prensa estatal norcoreana ha acusado a Japón de un intento por convertir «la bandera de los criminales de guerra» en un símbolo de paz durante los Olímpicos. «Es un insulto intolerable a otra gente de Asia», enfatizó.

China es también sensible a lo que percibe como afrentas del gobierno, los individuos o las empresas de Japón. Sin embargo, la indignación oficial por estos temas ha disminuido en momentos en que ha aumentado la rivalidad política, económica y cultural de China con Estados Unidos. En lo referente a la bandera, queda claro que genera menos descontento en China que en Corea del Sur.


Algunas puntas del conflicto



Algunos expertos consideran que la disputa por la bandera no es tan grave como otros asuntos, por lo tanto, difícilmente las relaciones empeorarán.

Sin embargo, la disputa sobre la bandera puede agravarse si el descontento entre los grupos cívicos antijaponeses en Corea del Sur genera una represalia por parte del público en Tokio, dijo Lee Myon-woo, subjefe del Instituto Sejong, cerca de Seúl.

Lee dijo que Corea del Sur debería abstenerse de hacer una «interpretación política excesiva» de la bandera, pues no hay indicios de que Japón esté reviviendo su militarismo.

Pero Bong Youngshik, investigador del Instituto de la Universidad Yonei para Estudios Norcoreanos, dijo que la bandera no tendría que ser un problema si Japón hubiera aceptado las exigencias de sus vecinos y hubiera emitido una «disculpa más sincera» por sus abusos durante la guerra.


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