Una compleja cirugía mejorará la calidad de vida una mujer con Parkinson en Roca

Roca fue escenario de una Estimulación Cerebral Profunda, procedimiento de alta complejidad y con tecnología de punta. La paciente esperó toda la pandemia para operarse y tiene la enfermedad en estadio avanzado.

Las olas de la pandemia frenaron muchas cosas. Entre ellas, la cirugía de una mujer de Roca que padece la Enfermedad de Parkinson en estadio avanzado con más de siete años de evolución y que esperaba un tratamiento para estar mejor.

En 2019 presentó la solicitud para realizarse el tratamiento de Estimulación Cerebral Profunda (DBS), pero quedó postergada por la emergencia sanitaria covid-19. Finalmente, la intervención quirúrgica se realizó el viernes pasado (29 de octubre) en la Clínica Roca con muy buenos resultados. 

“Aunque el paciente se va de alta en 24 horas, es un procedimiento de alta complejidad”, aseguró a RIO NEGRO Claudia Moreno, médica neurocirujana de Roca, quien junto a su colega Fabricio Medina, lideraron la cirugía en esa institución privada.

En un hecho histórico, participó de la cirugía Fabián Piedimonte, presidente de la Fundación Cenit y uno de los máximos exponentes de la Neurocirugía Funcional del país. Llegó a la ciudad para formar parte del equipo junto a la anestesióloga Andrea Merino, el bioingeniero Juan Pablo, el licenciado Matías Nayar y la instrumentadora María Guadalupe, quienes también fueron parte.

La DSB (siglas en inglés) sirve para tratar algunos trastornos del movimiento como puede ser la epilepsia, temblores o patologías psiquiátricas. Es una intervención que conlleva más de diez horas y unas doce personas dentro del quirófano. Necesariamente debe realizarse con el paciente despierto, bajo “sedación consciente”, para que este pueda obedecer órdenes y responder a estímulos. 

Esta fue la tercera vez que se realizó en Roca. La primera e inaugural fue hace un poco más de tres años, en marzo 2018 en la Clínica Roca y a fines de 2018 e inicios de 2019 se llevó adelante por primera vez en el hospital público Francisco López Lima. 

Si bien este tratamiento no cura la enfermedad, se busca mejorar la calidad de vida de la persona que padece los innumerables efectos de la Parkinson y disminuir la toma de medicamentos, para evitar la aparición de efectos adversos o comorbilidades. 

El equipo de profesionales liderado por los neurocirujanos Claudia Moreno y Fabricio Medina. Foto: gentileza

Hasta tanto la humanidad encuentre la cura a estas enfermedades, se busca paliar los síntomas, que son importantes sobre todo cuando ya llevan algunos años de evolución”, comentó Moreno, quien reiteró que es una patología sin causa.  

“La DBS lleva más de 20 años realizándose en el mundo y aun así, en todo este tiempo, muchos pacientes con la enfermedad y colegas de otras especialidades desconocen esta posibilidad terapéutica que mejora la calidad de vida de los pacientes”, enfatizó la cirujana roquense. 

Además, es una práctica muy costosa ya que los insumos que se utilizan no se fabrican en el país, sino que se importan desde Estados Unidos y/o Alemania. 

“Tienen un costo elevado, pero es más elevado el costo de un paciente que está recibiendo medicación por años, un paciente que deja de ser ‘útil en la sociedad’ porque no puede realizar ningún tipo de actividad, que pierde su vida social, que se aísla y deprime (…) Todo eso termina siendo mucho más costoso que el estimulador”, aseguró la médica en una entrevista con este medio.

Esta es la tercera paciente en acceder al tratamiento sin moverse de su ciudad. Sobre el avance que implica haber realizado este cirugía a nivel local, Moreno dijo que se trata de su propósito como profesional poder ayudar y por otro lado, significó un nuevo logro. 

«Mi propósito en esta vida es ayudar a la gente y un modo de hacerlo es con mi profesión. Esta es una manera, porque permite al paciente recuperar una mejor calidad de vida”

Claudia Moreno, neurocirujana de Roca

“Acá donde no se había hecho nunca (la cirugía), nos decían a mi y a mi socio que no íbamos a poder, pero lo logramos y los pacientes están contentos porque notan una mejoría y no tienen que desplazarse hasta la gran ciudad para ver si logran conseguir un turno”, aseguró la mujer. 

Por otro lado, dijo que es un “orgullo” haber contado con Fabián Piedimonte. “Es un placer trabajar con él. Dentro del país es el mayor referente y lo trajimos a Roca”, señaló Moreno. 

La técnica


Se aborda a través del cráneo donde se introducen electrodos que van al centro del cerebro, con núcleos que tienen funciones vitales. Se coloca un estimulador por arriba de la clavícula que se enciende alrededor de 20 o 30 días post-cirugía a través de telemetría, un proceso de comunicación. Recién allí la paciente empieza a sentir mejoría. 

Moreno explicó que el encendido lleva su tiempo porque se espera que desaparezcan los efectos de la intervención quirúrgica. “Debemos tener al paciente virgen de cualquier estimulación para que el encendido sea real y verdadero, no ficticio por los efectos asociados que tiene todavía de la cirugía”, explicó. 

En cuanto a la anestesia, implementaron una Sedoanalgesia con Dexmedetomidina para lograr una sedación consciente, lo que permitió que la paciente se mantuviera despierta para responder órdenes y que no sintiera nada de dolor.

Vivir con la Parkinson 


Es una patología neurodegenerativa que afecta el movimiento. Los indicios suelen ser los temblores, la rigidez o disminución del movimiento que comienzan siendo apenas perceptibles, pero aumentan gradualmente. Aparece muy sutil e interfiere un poco la vida del paciente, pero a medida que va evolucionando la enfermedad se va dificultando más la actividad de la persona, hasta el punto en el que deben dejar sus trabajos, la vida en familia y la vida social se altera. 

No pueden realizar la actividad que hacían previamente, están más propensos a caídas y a comorbilidades asociadas como fracturas, traumatismos de cráneo, entre otras. 

La enfermedad afecta a ambos sexos, sobre todo a personas mayores de 45 años y en algunos casos muy poco frecuentes a nivel mundial, se observa en personas jóvenes menores de 30 años e incluso adolescentes.

Datos

50
años es el promedio de edad en el que se suelen colocar los estimuladores ya que a esa edad suele desarrollarse la enfermedad.
2018
fue el año en que se hizo por primera vez en Roca una Estimulación Cerebral Profunda. Es la tercera persona en acceder.

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