Una ingrata vivencia

El temor que tenemos los trabajadores nos lleva a callarnos para no perder nuestro trabajo. La situación laboral en la que estamos sometidos “hoy por hoy” todos los obreros nos está convirtiendo en personas que ceden su integridad moral y dignidad.

Hace más de un año, 30 operarios del rubro petrolero de la misma compañía yankee fuimos despedidos de manera injusta. ¡Esta es la época que vivimos los que hacemos el trabajo duro!

La empresa, con una actitud despreciable, en complicidad con el sindicato, el gobierno y la Justicia, echó por suelo los derechos y la voluntad de lucha de los obreros. A esta historia hay que sumarle, primero, la acción traicionera de los delegados, cumpliendo con aquello de que “no hay peor enemigo que quien dice ser tu amigo”. Segundo, la acción de los gobiernos provincial y nacional, que con su política aplastan los derechos de los trabajadores a cambio de la supuesta llegada de inversiones extranjeras. Tercero, el Poder Judicial, vendido a los intereses empresariales. Esta es una breve reseña de un damnificado, que a más de un año de los infames episodios y tras más de diez años de laburo no ha recibido nada.

Manuel Adolfo Saldivia

DNI 27.841.863

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