¿Una taberna donde comer pastrami? Te recomendamos una

“Morrigan” es un pequeño reducto con una vida artística intensa y una carta acotada pero sabrosa. Lindo sitio que abre todos los días en Neuquén capital.

Te recomendamos una taberna donde comer pastrami

“Morrigan” es un pequeño reducto con una vida artística intensa y una carta acotada pero sabrosa. Lindo sitio que abre todos los días en Neuquén capital.

¿Una taberna donde comer pastrami? Te recomendamos una

“Morrigan” es un pequeño reducto con una vida artística intensa y una carta acotada pero sabrosa. Lindo sitio que abre todos los días en Neuquén capital.

“Morrigan” es una taberna ubicada en la primera cuadra de la calle Elordi de Neuquén capital. Taberna. Nunca mejor rotulada en su nombre. No es un bar, no es un restaurante, es eso, una taberna. Rincones de baja luz, madera, paredes verde irlandés, un blasón en el ploteo de su puerta, una barra para apoyar los codos, cerveza tirada, buenas botellas de bebidas y una carta de morfi interesante.

En ese sitio se encuentra uno de los mejores sándwiches de pastrami de la ciudad, sino el mejor. Matías, su dueño y cocinero es un apasionado de los fuegos, las carnes de caza y los encurtidos. Una cazuela con ciervo confitado y pepinillo nos abre la boca para disponernos a cenar.

“Morrigan” no cierra ningún día y en casi todos hay una banda diferente de música. Tiene una agenda intensa de bandas e intervenciones artísticas.

No es un sitio glamoroso ni nada por el estilo. Mientras espero mi pastrami en la barra entra una señora de unos 50 y pico con un pendrive y un listado de pistas melódicas en karaoke para cantarle a su “nuevo amigo”. Matías no tiene drama, pone pausa a Guns And Roses que suenan por los parlantes y a los cinco minutos la señora en cuestión le está cantando a su nuevo amado un bolero. No consumen nada, canta 3 canciones y se va, vuelve el rock a los parlantes, así funciona un poco esto. Matías le ha dado una impronta de sitio de culto que atrae a varios curiosos a pesar de tener todos los días un elenco estable. Cervezas de la región, buen tapeo de rabas, langostinos empanados, al ajillo y uno de los pocos sitios que sirven revuelto gramajo, posta posta. Los sándwiches de matambre, los aros de cebolla y los chips de pollo con barbacoa incitan a tomarse una ipa.

Buen sucucho para estar a resguardo, inevitable recoveco de buenos momentos donde el diente y la garganta nunca se marcharan defraudados.

Vaya y pruebe, yo empezaría por el pastrami, con pepino, mostaza y panceta. Una carne macerada que se corta con la vista.

Matías logra en la simpleza meter productos interesantes como la trucha y el ciervo. Anímese que el mundo tiene más allá de las papas y las pizzas un abanico de cosas ricas que merecen ser probadas.

Abre a partir de las 19.


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