“Violeta de los Alpes”, una planta sencilla.

El Jardin de Casa

Teodorico

Estas fotos corresponden a plantas que tengo en mi poder desde 1985 adquiridas en un vivero aquí en Ushuaia, o sea que ya tienen 28 años en mi poder y que cuido y hablo como sí fueran mis hijas. En febrero y por primera vez he germinado siete semillas, sembradas el 24 de febrero.

Mi pregunta está relacionado con su cuidado ya que por lo mencionado son ancianas. Creo que debo tener algún cuidado especial como algún producto para evitar enfermedades y algún complemento para fortalecerlas. Esto es mi gran preocupación, ya que entenderá lo importante que son para mi, ya que amo las plantas y flores producto de la enseñanza de mi madre.

Saludo atentamente, Enrique-Usuhuaia

El dicho dice “hazte la fama y échate a dormir”. Creo que esto sintetiza la visión que mucha gente tiene de la “violeta de los Alpes”, que le gusta a todos porque es realmente hermosa, pero muchos le “arisquean” porque la consideran una planta difícil … bueno, para eso está esta columna … para tratar de facilitar las cosas.

Su nombre técnico es Cyclamen persicum (sinónimo Cyclamen indicum), pertenece a la familia de las Primulaceas (al igual que las “primaveras”) y su origen es el sur de Europa, sur de Turquía, Siria, Líbano, Israel y Jordania. También se la encuentra en las islas griegas de Rhodes, Creta, Algeria y Túnez, pero está comprobado que no son nativas de esas regiones sino que aparentemente fueron introducidas por monjes u otras órdenes religiosas, pues se las ha hallado cerca de viejos monasterios o cementerios. Es el “ciclamen de los floristas” y alcanza una altura de 13 y un ancho de 30 centímetros.

El nombre de “cyclamen” deriva del griego “kyklaminos”, que quiere decir “círculo”. No se sabe por qué los griegos le dieron este nombre, pero en muchas de las veinte especies conocidas, los pedúnculos de las semillas se enroscan después de la polinización, de modo que la semilla queda muy cerca del suelo pero en el Cyclamen persico permanece erguida.

En cuanto a la floración, ciertos autores distinguen dos especies: el Cyclamen persicum variedad autumnale, que comienza a florecer en el otoño, en tanto que la especie Cyclamen persicum variedad persicum lo hace al fin del invierno o comienzos de la primavera. Pero en total se conocen unas veinte especies de “violetas de los Alpes”, algunas de ellas silvestres y sumamente rústicas.

Multiplicación y cultivo

Se reproducen únicamente por semilla, la que se puede obtener en semillerías o de las propias plantas. Se siembran en otoño, en un sitio abrigado (13 a 17ºC) y en penumbra, manteniendo el suelo siempre húmedo. Colocar una semilla por macetita o celdilla y cubrir con medio centímetro de sustrato, , tapando con un vidrio o nailon traslúcido para que haya una alta humedad.

Una vez que los plantines han formado dos o tres hojas, se las trasplanta a macetas más grandes pero de poco diámetro y luego, cuando han alcanzado cierto desarrollo, se los vuelve a trasplantar a otra maceta algo más grande, en la cual pueden permanecer hasta el fin del primer ciclo o ser llevados al jardín. Para crecer necesitan temperaturas frescas y buena luz. La mejor es de alrededor de 15 a 16ºC. Hay que evitar las fluctuaciones muy abruptas.

Les agrada un sustrato enriquecido con compost hecho con agujas de pino, pero hay que advertir que son plantas muy frugales, que no toleran suelos muy ricos en nutrientes, lo que provoca que se “vayan en vicio”, formando sólo hojas y no flores y dando el típico aspecto de una planta de repollo. Por eso, absténgase de fertilizar con abonos químicos y menos que menos si son nitrogenados, a pesar de que ciertos autores los puedan recomendar.

Floración

Las hojas y flores se forman sobre un tallo muy corto, de modo que da la sensación de que nacen directamente del rizoma. En realidad, dicho rizoma debería estar totalmente cubierto con tierra o sustrato, como sucede con otras plantas bulbosas y el hecho de que estamos acostumbrados a verlos con una parte sobre la superficie del suelo, parece ser un recurso de los viveros para inducir una floración más acelerada para poder comercializarlos.

Estos rizomas son tóxicos, pues contienen cyclamina A, pero como son muy amargos y se encuentran bajo tierra, es poco el peligro que representan para chicos y animales domésticos.

En interior

Mucha gente prefiere cultivarlas en interior pero, como por lo general las temperaturas dentro de un hogar rondan los 25ºC, es muy caluroso para ellas, que prefieren siempre temperaturas que oscilen en alrededor de 13 a 18ºC y con mucha luz pero jamás sol directo. El mejor lugar es por lo general un sitio sin calefacción, como puede ser un lavadero, jardín de invierno o incluso galerías, patios y balcones con cierta protección contra las heladas de más de 2ºC bajo cero, las que suelen tolerar.

Cuando está en floración, necesita tener el suelo siempre húmedo. Un truco para prolongar la floración, que me enseñó una experta en ciclamen, consiste en regarlos todas las mañanas únicamente con cubitos de hielo rodeando el rizoma … con esto se evita humedecer el centro del tallo, que puede producir putrefacciones y con el frío se engaña a la planta.

A medida que se va reduciendo la floración, se reducen los riegos y se suspenden cuando las hojas se vuelven amarillas. Tanto estas hojas que amarillean como las flores viejas no se deben cortar sino sacar “a rosca”, es decir girando los tallos o pecíolos hasta que se desprenden limpiamente del tallo principal.

Hasta la próxima brotación otoñal, se los guarda en un sitio frío a fresco y con penumbra, sin regar y a lo sumo con el suelo apenas húmedo.

En el jardín

Los más seguro en el jardín, es conseguir semillas de cyclamen silvestres. Ahora bien, me dirá usted, “cómo hago yo para cultivar violetas de los Alpes por muchos años en mi jardín, si no tengo forma de conseguir semilla de las silvestres” que muestro más abajo.

La “violeta de los Alpes” puede crecer perfectamente en el jardín, con sólo tener la precaución de protegerla de las heladas muy fuertes ya que, como quedó dicho, soportan un par de grados bajo cero. Si bien por lo general se considera que soporta temperaturas que no sean inferiores a entre -3 a -5ºC, por otro lado se han encontrado plantas que crecían en la nieve en, las alturas del Golán, en Palestina.

Necesita descanso en verano y sólo lo logra si pierde su follaje; si tiene riego, recibe un estímulo que puede incitar a seguir vegetando, por lo que no formará flores. Son también bastante resistentes a frío (proteger de la nieve), pero les cae bien la temperatura y humedad ambiente de fin del invierno para florecer.

Si se plantan contra una pared orientada al norte, protegida de los vientos fríos y en regiones nevadoras se las tapa con ramas de pino, pueden resistir un poco más, especialmente si la nieve las cubre y les da una protección adicional. También se pueden probar las mantas antiheladas.

Cuando entran en reposo en la primavera, se los deja en el suelo hasta la próxima brotación. Esta especie prefiere suelos algo ácidos, tirando a neutros, pero por experiencia puedo decir que soportan los levemente alcalinos.

Yo he experimentado con pleno éxito con unas violetas enanas que se ofrecen en los viveros y que son un variedad de Cyclamen persicum. Sus flores se parecen mucho a las silvestres y se multiplican por semilla, floreciendo al cabo del tercer año de cultivo en el jardín.

Violetas silvestres

Estas son bastante más resistentes a frío que el pérsico, el tradicional de flores grandes y su “primo” de menor tamaño. Les agradan los suelos neutros a levemente alcalinos.

Dentro de los cyclamen silvestres, tenemos cinco especies principales. Algunas de ellas tienen distintos nombres, de acuerdo a qué botánico las clasificó en su momento.

Cyclamen coum (sinónimo vernum). Florece muy temprano en primavera con flores chicas, sin perfume y moteadas de color púrpura en la boca. Originaria del sureste de Europa hasta Persia. El Cyclamen ibericum es una subespecie de éste (sinónimo: elegans y vernale). Flores púrpura con boca algo más coloreada. Cáucaso.

Cyclamen libanoticum. Flores fragantes, color rosa fuerte o pálido con rojo fuerte. Es originario del Líbano, como su nombre lo revela.

Cyclamen europeum (sinónimos estivum, cordifolium, floribundum, orbiculatum y purpurascens). Flores con pedúnculo de 10 a 13 centímetros de alto que al semillar se enrosca formando una espiral.

Cyclamen africanum (sinónimo soldense). Flores blanquecinas, finamente manchadas de rosado o púrpura. Originario de Algeria.

Cyclamen neapolitanum o hederifolium (sinónimos autumnale, ficaerifolium, subhastatum y vernale). Florece en otoño con flores chicas, rosadas a veces blancas y pedúnculos cortos que se retuercen al semillar. Sur y este de Europa.

Todas estas violetas de los Alpes silvestres no superan los 20 centímetros de altura y se reproducen muy bien por semilla, que al madurar salta de sus cápsulas o son transportadas por hormigas, formando manchones tupidos con el paso de los años.

Pueden ser plantadas en el jardín por muchos años, siempre y cuando el sitio esté a media sombra o sombra, protegido del sol fuerte entre las 11 y las 18 y con suelo muy bien drenado, preferentemente alcalino y humífero. Las silvestres soportan riegos en la época de descanso.


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