Video: Aruba, una isla feliz para viajar en familia y conocer lo mejor del Caribe
Es casi obvio que todos llegamos a la “Isla Feliz” atraídos por sus playas, que son de esas que uno guarda en la memoria para siempre. Una experiencia compartida.
Aguas turquesas y arenas blancas, un paraíso para el disfrute. Foto gentileza Marcelo García @voydeviaje.
«No todos los viajes son iguales. Algunos se sienten como una escapada, otros como una aventura. Pero hay destinos que te abrazan, te invitan a vivir lento y a respirar hondo. Así fue nuestra vivencia en este lugar del Caribe que no solo visitamos: sentimos que nos estaba esperando
Aruba, una isla pequeña que se recorre de una punta a otra en media hora
Ubicado al sur del Caribe, muy cerca de la costa venezolana, este país pertenece al Reino fe los Países Bajos pero tiene alma latina, mezcla de culturas y una energía que vibra en cada saludo de “bon bini” (Bienvenidos).
Es una isla pequeña -se recorre de punta a punta en menos de una hora- pero está tan bien organizada, es tan segura y tiene tanto por ofrecer, que desde que llegamos supe que sería un viaje distinto. Y lo fue.
Para llegar desde el Alto Valle, hay varias opciones, pero en todas tenés que hacer escala. En este sentido, la compañía Copa Airlines, tiene frecuencias diarias desde Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, Tucumán y Salta, por lo tanto, es cuestión de analizar cuál es la más conveniente para tu viaje.
Nosotros partimos desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y optamos por volar con Copa Airlines, porque siempre aprovechamos el famoso “stopover” que te permite quedarte unos días y conocer dos países por el precio aéreo de uno. El valor del ticket aéreo ida y vuelta ronda los 1.000 dólares, dependiendo de la fecha en que elijas viajar. El vuelo dura algo así como siete horas para llegar a Panamá, donde hace una breve escala y luego en dos horas estás aterrizando en el aeropuerto Internacional Reina Beatrix de Aruba.
Qué hacer en Aruba
Es casi obvio que todos llegamos a la “Isla Feliz” atraídos por sus playas, que son de esas que uno guarda en la memoria para siempre.
Pasamos tardes enteras en Eagle Beach, bajo la sombra de los árboles divi-divi, disfrutando de la mejor playa del Caribe, según Tripadvisor. Aunque también disfrutamos de los deportes acuáticos, los bares sobre la playa y atardeceres que parecían coreografiados. Aunque si viajas con chicos, lo ideal es Baby Beach, donde encontrarán aguas tranquilas, cálidas y cristalinas. El lugar parece una piscina gigante.
También descubrimos joyitas como Boca Catalina y Arashi Beach, donde el snorkel nos regaló un espectáculo de colores bajo el agua.
Pero lo cierto es que Aruba no es solo playas espectaculares, también es naturaleza como la que ofrece el Parque Nacional Arikok. Es por eso que un día decidimos cambiar la postal de playa por el desierto. El parque nos mostró otro lado de Aruba: cactus gigantes, cuevas con pinturas rupestres, miradores que te dejan sin aliento y la impactante piscina natural Conchi, a la que llegamos en una excursión en 4×4. Una aventura total.
También tiene rincones llenos de historia como la Capilla de Alto Vista, un sitio espiritual en medio del desierto, o el famoso Faro California, que se ha convertido en la marca registrada del paisaje de Aruba y ofrece una vista perfecta de la costa oeste de la isla, formada por playas y arrecifes de coral.
También están las ruinas de Bushiribana, frente al mar. Este antiguo molino de oro es un vestigio histórico de la isla de Aruba durante la fiebre del oro. Esto comenzó en el año 1824 y el molino aún se mantiene intacto después de casi 200 años de existencia.
Pero no podíamos irnos de Aruba sin recorrer su colorida ciudad, llena de arte. Les hablo de Oranjestad, la capital, que fue una sorpresa encantadora: fachadas coloniales, tranvías gratuitos, arte urbano, mercados de frutas y recuerdos. Pero el alma creativa de la isla vive en San Nicolás, con sus murales inmensos y esa sensación de estar caminando dentro de una galería a cielo abierto.
Viajar con niños pequeños
Nos pasa a nosotros y le pasa a todos. Cuando viajas con niños pequeños, muchas veces uno duda de los destinos. Pero Aruba es comodísima. Podes visitar el Philip’s Animal Garden, donde se puede interactuar con animales rescatados, y el Butterfly Farm, un jardín mágico donde las mariposas se posaban en tus manos.
También hicimos una salida en catamarán con snorkel incluido: música, gastronomía local, ricas frutas, chapuzones… y muchas carcajadas.
Dónde alojarse en Aruba
Todo depende del bolsillo de cada viajero. Nosotros elegimos alojarnos en Palm Beach, una de las zonas más animadas de la isla, ideal para quienes buscan comodidad, playa a pasos y propuestas para todas las edades.
Nos hospedamos en el Radisson Blu Aruba, un hotel moderno, elegante y muy bien ubicado. Desde la terraza con piscina se pueden ver los atardeceres más lindos de Palm Beach, y su cercanía con restaurantes, tiendas y el mar hizo que todo estuviera al alcance.
Para hacer tu viaje más fácil
- El clima es una bendición: 27 a 32°C todo el año, con sol garantizado. Un dato más que importante es que la isla está fuera del cinturón de huracanes, por lo tanto, tenés asegurada una estadía sin sobresaltos.
- No necesitas visa si viajas desde Argentina, solo pasaporte vigente, pasaje de regreso y reserva de alojamiento.. Aunque también tenés que saber que debes completar la ED Card online antes de viajar.
- La moneda es el florín arubeño, pero todos aceptan dólares, tarjetas de crédito y débito.
- Se habla papiamento, neerlandés, inglés y español. ¡Nunca tuvimos problemas para comunicarnos! Aruba es muy segura, ideal para moverse en auto o salir de noche sin preocupaciones.
- Y el Wi-Fi… excelente. En los hoteles, bares y hasta en la playa, estuvimos siempre conectados (cuando quisimos, claro).
- La gastronomía merece un capítulo aparte. Probamos desde platos locales hasta cocina internacional en lugares que todavía recuerdo con sabor: Sea Roberts, con pescados fresquísimos en un ambiente relajado, Hadicurari, literalmente con los pies en la arena, Le Avenue, donde cada plato fue una obra de arte y la cerveza un punto aparte, Azar, ideal para una cena con tragos y platos modernos, Quinta del Carmen, mi favorito: en una casa colonial bellísima, con una carta que mezcla historia y sofisticación. Y sí: el keshi yena es tan rico como dicen. No se vayan sin probarlo.
La isla donde la felicidad se vuelve rutina
Viajar a Aruba es regalarse tiempo de calidad. Es compartir risas en la playa, descubrir historias entre ruinas y dejar que el viento y el mar hagan lo suyo. La isla feliz no es solo un lema: es una forma de vivir.
¿Es un destino barato? No, pero sin dudas vale cada centavo.
Más información
Marcelo García y su familia, Vicky, Ema y Luci, son buscadores de aventuras viajeras. Podes verlos los sábados a las 12.30 hs por Canal 7 de Neuquén y los martes 20.30 por Sun Channel para toda Latinoamérica.
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Como creador de contenido se unió a YouTube en octubre del 2015, tiene 17,6 suscriptores, 245 videos y más de 3.400.000 visualizaciones.
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