«Me voy más que sorprendido», así se vivió el finde en el Vía Christi de Junín de los Andes
Mirá por qué el parque se llenó de turistas este fin de semana. Cuenta el camino de Cristo desde una mirada contemporánea, con referencias a la religión Católica, la historia reciente de Argentina y el continente, e incorpora elementos de la cultura mapuche.
Semana Santa se vivía con un clima cálido de otoño en la cordillera neuquina. Los turistas llenaban cada una de las ciudades, tomaban mates en las costas de los lagos, hacían caminatas y recorrían las calles de las ciudades con sabor a chocolate en sus bocas. Un grupo de amigos decidió ir a San Martín de los Andes a pasar los cuatro días de descanso. El viernes santo se despertaron y pensaron que excursión podían realizar. Analizaron las posibilidades y, sin dudas, en un día como ese, todos los caminos conducían a Junín de los Andes.
“Vamos al Via Christi”, dijo Ramiro, y de inmediato sus amigas lo corrigieron, “se dice Via Crucis”. Subieron al auto y comenzó el debate que llevaron a cabo, en los 41 kilómetros que separan a ambas localidades. Tardaron unos 40 minutos en llegar, la ruta estaba cargada de autos que iban y venían en un feriado turístico. El sol recostado sobre las montañas hacía brillar el paisaje que, en el horizonte, dominaba el rey con su corona nevada: el Lanín.
Al llegar un hombre indicaba dónde estacionar. Avisaba que era bueno llevar agua y protector solar e invitaba a comenzar el recorrido de a pie, que se completaría en unas dos horas. Subieron por un sendero hasta la construcción que marca el acceso al parque. Una chica les preguntó si era la primera vez allí, si sabían algo acerca del parque y comenzó a responder la primera pregunta que salió a la luz.
Les dijo que Parque temático Vía Christi significa camino de Cristo y representa la vida de Jesucristo, no solo el vía crucis que es el “camino de la cruz”. También están representadas otras culturas como la Mapuche a lo largo de 2 kilómetros de recorrido pedestre. “Son 23 estaciones, hay placas en relieve y un mega Cristo Luz que emerge de la cima de la montaña”, relató.
Alicia Ruiz, secretaria de turismo de Junín de los Andes, iba y venía a paso rápido por la recepción del Parque. Atendía a los turistas, organizaba y decía que en esta Semana Santa recibieron más visitantes que nunca. “Se ve que la difusión llega y cada vez más personas eligen Junín de los Andes para estas fechas”, y aseguraba que el parque está abierto de 9 a 19 todos los días, con tres visitas guiadas a las 10, a las 11 y a las 14.
El viernes se realizó una procesión, el sábado por la mañana el artista y creador de todo el parque, el arquitecto Alejandro Santana fue quién guío la visita y por la noche se hizo una procesión al Cristo Luz, mientras en el interior cantó un coro.
Con pasos tranquilos, también Santana recorría el lugar y explicaba ese recorrido, que metido en un bosque de coníferas, estaba por sorprender a todas las personas que llegaban. “Se van a encontrar con esculturas de tamaño más grande del natural, en las que se presentan estaciones del Evangelio, de la vida, muerte y resurrección de Cristo. También relieves que ilustran las estaciones y un parque maravilloso, con un camino que conduce esas estaciones con guardas de las culturas latinoamericanas”, describía.
Aseguraba además, que lo inspiró la virgen María de Guadalupe, que es la que se le presentó a un indio en México, como mestiza y muestra la interculturalidad. “Junín de los Andes en especial, es un lugar intercultural, con una presencia de la cultura mapuche muy fuerte y lo que se tomó es que todos sean uno”, aseguraba desde ese pueblo en el que el turismo convoca desde la religión, invita desde los ríos famosos a nivel mundial por la pesca con mosca, con los ascensos al maravilloso Lanín o los paisajes solitarios y hermosos.
Desde General Roca habían llegado Analía Altamiranda y Héctor Lambrecht, con sus hijos Zoe e Ignacio, a recorrer el lugar. No era la primera vez que pasaban por allí. Hace 19 años, cuando se estaba construyendo y solo había cuatro estatuas habían subido a ese cerro pero no podían creer en lo que se convirtió.
“Estéticamente es hermoso y para las personas que creen el impacto es mayor todavía. La conjunción de culturas que hace es maravillosa. Además de la dimensión, es bellísimo”, decía Analía frente a una estatua gigante de Jesús, caminando con sus discípulos y Zoe, a su lado la interrumpía. “Las estatuas, el tamaño de las manos, de los pies, el realismo y las expresiones de las caras, me parecen que es lo mejor”, decía la pequeña con una sonrisa que iluminaba.
Después de recorrer las estaciones, los turistas pasaban frente a la confitería y emprendían el tramo que más esfuerzo les iba a insumir. Mauro y su hija pequeña caminaban agitados, en la trepada hacia el Cristo Luz. Había llegado desde Centenario y estaba asombrado por lo que encontró. “Me sorprendió lo que hizo este artista y el contenido que tiene”, decía y recomendaba a los que quieran ir, que aprovechen las visitas guiadas para no perder los detalles.
Cristo Luz, es una obra sensacional, un cristo de cristal de 40 metros incrustado en la montaña. Mientras hacía zigzag por las pasarelas hacia la cima Néstor se tomaba unos minutos para recuperar el aire, se acomodaba su sombrero gaucho y decía “me pareció algo hermoso, les llega a todos. Vinimos con la familia de Neuquén y es una experiencia muy linda”.
Al llegar a la cabeza del Cristo Luz, se puede ingresar por la nuca a un lugar con vista a todo el pueblo. En ese lugar, Marisol, Hugo y su familia descansaban y disfrutaban el silencio, que por ratos, rompía los gritos de algunos niños que jugaban ahí. Habían llegado desde Neuquén Capital y decían, “fue complicado subir, pero es todo muy bonito, el trabajo que se hizo con las esculturas es muy bueno”.
Al terminar el recorrido, muchos estaban agotados pero conmovidos por lo vivido. Al dejar el lugar, allí seguía Alejandro Santana, en el lugar que él creó, junto a personas de la comunidad de Junín, con quien pensaron las estaciones a la luz del Evangelio.
“La gente se ve muy emocionada cuando vuelve del parque, interactúa la naturaleza del cerro, el Evangelio y el arte, con lo que cada uno pueda captar. No está bueno que yo sea quién lo dice, pero llegan a unos estados lindos”, decía y cada persona que se le acercaba maravillada a felicitarlo, reafirmaba eso que a él, le daba pudor describir.
Las entradas al lugar salen $300 para residentes neuquinos y $400 nacionales. Para ir, consultar la página: https://viachristi.com.ar/
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