Pescan tiburones y ayudan a preservarlos, historia de una pasión que es ley

Leandro Navarro es de Viedma y espera cada verano ir al mar para pescar tiburones. Desde hace un tiempo se sumó a al proyecto Conservar Tiburones en Argentina, que propone devolverlos para cuidarlos y estudiarlos, y que hacer un mes se convirtió en ley en Río Negro.

En la foto Leandro Navarro aparece metido en el mar patagónico, en la zona de las playas de Bahía Creek. Abraza en blanco y negro a un tiburón bacota hembra, las olas sobre ellos y la satisfacción en la cara. Cuenta que después de la foto lo dejó volver al mar, con la seña que le puso en su aleta dorsal, una especie de plástico con datos para su identificación, con el que los científicos podrán determinar el o los recorridos migratorios, crecimiento, supervivencia.

Hasta hace un mes en Río Negro, cualquiera pescaba un tiburón, y si lo deseaba, lo cargaba al auto y se iba. Pero desde diciembre todo cambió porque se sancionó una ley que convirtió a la provincia en la segunda en el país, después de Buenos Aires, en regular la captura con fomento de prácticas pesqueras de marcado y devolución.

Entre otros fundamentos, la norma dice que los tiburones requieren “protección diferenciada debido al franco declive en el que se encuentran la mayoría de sus poblaciones”. Son grandes predadores que ayudan a mantener sanos los ecosistemas marinos, por lo que su extinción impactaría en el mar.

La temporada de pesca de tiburones está a pleno. Arrancó en noviembre y llegará hasta abril. Fotos: @leo.navarro77.

Leandro, siempre los pescó, pero desde hace un tiempo, se sumó también a cuidarlos. “Antes los matábamos, los comíamos, hasta que nos alcanzó esta idea de los chicos de Conservar tiburones en Argentina y hace unos 4 años comenzamos a devolverlos al mar”, dice el joven viedmense.

Una veintena de pescadores de Río Negro forman parte de los más de 200 que contribuyen de manera voluntaria al proyecto que impulsa WCS Argentina, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el Museo Argentino de Ciencias Naturales desde 2010.

“Se trata de cuidar a las especies, y también de estudiar sus movimientos de migración. La especie está en riesgo, los pescadores de caña no le hacemos daño mayor, pero sí las flotas de pesca que los sacan de manera indiscriminada”, relata.

Además de marcarlos, antes de largarlos los miden y comparten los resultados. “Los chicos del proyecto nos dejan una libreta y estamos en un grupo de Facebook donde anotamos cuánto mide, si es hembra, macho, cuánto pesa, si está flaco, con que carnada lo pescamos, en que zona”, describe Leo.

Los datos de todos los pescadores de Argentina figuran ahí, y con esa información, a fin de año hacen un relevamiento.

El proyecto logró devolver más de 2200 tiburones en el país, de los cuales 267 ejemplares fueron en aguas rionegrinas. “Es hermoso, porque por ejemplo, 200 tiburones fueron devueltos y 20 volvieron a recapturarlos en otro lado”.

Ellos, en Bahía Creek hace tres años sacaron un tiburón que hace un año agarraron en Brasil. “Acá no están todo el año, llegan en estos meses de calor y después se vuelven a ir. Es una idea que fue creciendo de a poco y vemos que a todos los que pescan, les encanta esta idea de marcarlos y devolverlos”.

Leo contaba que “gracias a Dios”, desde chico lo llevaron a la playa a pescar. Tiene 46 años y hace más de 40 convive con esta pasión. Cada año espera el verano para ir a pescar.

“Es una zona privilegiada. Del lado de Buenos Aires tengo San Blas y del lado de Río Negro, El Espigón, Bahía Rosas, Bahía Creek, el puerto de San Antonio. Son playas muy lindas y además lugares únicos para pescar”.

Conservar Tiburones en Argentina trabaja desde el 2017 con pescadores de la provincia, para promover un nuevo paradigma en la pesca deportiva


Pescar un tiburón con caña


Leo mira la foto y recuerda la noche que se prepararon y se fueron a la playa. Detalla que se puede hacer en cualquier hora, pero “dicen que se alimenta cuando cae la tarde o a la mañana temprano, por eso nos gusta ir a la noche. El viento es fundamental, es más probable pescar cuando el viento está del este o del sur, que con un viento norte: se acercan más a la costa”.

Leo asegura que no se trata de fuerza bruta, si no de técnica. Para sacarlo en sus playas, espera la marea baja, sale a plantar las líneas y espera que suba y piquen.

“Uno piensa que están lejos, pero están cerca de la costa. Una vez que pican a veces tenemos que tirar a nado a buscarlos, otras nos metemos con un kayak a 100 o 200 metros. Hay muchas formas de pescarlos”.

Leo pesca desde niño en la costa de Río Negro.

La temporada de pesca de tiburones está a pleno. Arrancó en noviembre y llegará hasta abril. En ese mes, dejarán la Patagonia rumbo a Brasil. Deberán sortear las flotas pesqueras para seguir su ruta, porque hay lugares, como Uruguay, en dondo los barcos no tienen prohibido pescarlos.

Leo piensa y los enuncia, dice que hay tiburones cazones, tiburones bacota, escalandrum, gatopardos. Los describe “los cazones son puntuditos, tienen dientes y no crecen más que 20 kilos. El gatuzo, no tiene dientes y es más chico. El cuerpo, las manchas o el color de la piel, con esas cosas los podemos diferenciar.

“Nosotros devolvemos todos. Es una cuestión de conciencia, de cuidar. Lo mismo la basura, cada vez somos más los que nos sumamos, los que queremos marcarlos devolverlos, es lindo verlos volver al mar. Todos estamos entusiasmados con eso”, concluye.


Importancia de una ley de pesca deportiva para proteger a los tiburones


Río Negro la segunda provincia que establece una norma que apunta a regular la captura con fines recreativos para preservar especies que están amenazadas de extinción. Y el fomento de prácticas pesqueras de marcado y devolución con vida colabora con la ciencia ciudadana, obteniendo valiosos datos para la conservación.

Los tiburones son los vertebrados más amenazados de los océanos. Según evidencia científica, a escala regional y global, algunas especies -como el escalandrún, cazón y gatuzo- se han reducido en más del 80% en las últimas 3 décadas.

En Argentina, un informe del Foro para la Conservación del Mar Patagónico revela que el 57% de las especies evaluadas en la región están bajo alguna categoría de amenaza de extinción.

Su principal amenaza es la presión pesquera insostenible y, en menor medida, la destrucción de hábitat, la contaminación y el cambio climático. Las características biológicas de la mayoría de las especies de tiburones -como bajo número de crías, crecimiento lento y madurez tardía- las hacen intrínsecamente vulnerables a la sobrepesca.


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