Exclusivo Suscriptores

María cuenta cómo es ir a vivir a Italia, la verdad de las casas por un euro y cómo sacar la ciudadanía

Desde hace dos años María Coda tiene una nueva vida, cuenta la verdad sobre las casas por 1 euro y comparte su experiencia en torno a sacar la ciudadanía.

Como muchos en Argentina, María Coda es hija de italianos que llegaron al país y lo convirtieron en su hogar. Ella nació y vivió siempre en Rosario, pero después de la pandemia, en septiembre de 2021, decidió viajar para hacer la doble nacionalidad italiana. Si bien se puede hacer por el consulado en Argentina, no conseguían turno así que decidieron instalarse unos meses en Biccari, un pueblo del sur de Italia. Pero cuando terminaron el tramite, el ritmo de ese pueblo los había conquistado por completo y decidieron quedarse.

Con su marido Matías y su hijo Benjamín de 10 años comenzarían allí una nueva vida. Matías trabaja online, por lo que podían hacerlo. Solo les faltaban dos integrantes de la familia. Fue así que viajaron a Argentina, desarmaron todo, agarraron a sus perras Bruna y Greta y volvieron, compraron una casa, un auto y se instalaron en Italia.

Biccari está en el sureste de Italia, en la atractiva región de Puglia y al pie del Monte Cornacchia. Está rodeado de colinas y bosques, olivares y un lago. En los diarios argentinos fue noticia alguna vez por ofrecer casas antiguas a 1 euro para que la gente vaya a experimentar la ‘dolce vita’”. Desde allí, María cuenta la verdad sobre esos inmuebles, comparte su experiencia en torno a sacar la doble ciudadanía y cómo es volver a vivir en la tierra de sus padres, pero lejos de la familia.

“Es pintoresco, Nápoles está a dos horas, es todo cerca en Italia. Mientras hacíamos la ciudadanía nos hizo un clic sobre cómo queríamos criar a nuestro hijo. Tengo mucho miedo a la inseguridad y no quería vivir en un barrio privado para que se críe como en un gueto. Quiero que sea libre y sin miedo”, dice por teléfono María.

Habla de sus días en ese lugar, en el que por estos días comenzó a llegar el invierno y caen las primeras nevadas. Asegura que se conocen todos, la vida social pasa en la plaza. Tiene un lago arriba, que disfrutan en verano, hay tres bares, restoranes, dos supermercados. El viento de ese sur, como el de aquí, es famoso. Sus ciudadanos son religiosos, la gente va a misa, hay tradiciones y respeto por los mayores y los maestros.

“No hay mucho laburo, esa es la contra, pero dormimos con la puerta abierta, los chicos andan en la calle. En el pueblo la oferta de trabajo disponible es en la cosecha de olivas. Algunos se quedan en el pueblo y viajan a la ciudades cercanas a trabajar. En el sur, la vida es más económica que en el norte. Todo tiene sus pros y sus contras. Aunque también hay muchos que conozco que ganan muy bien”.

Su vida en Argentina siempre fue de trabajo. Horas metida en un medio de comunicación, pero cuando nació Benja todo cambió y su deseo más grande fue dedicarse a su hijo. No fue un tema económico lo que la alejó de su tierra sino la búsqueda de la tranquilidad.

“Estaba bien económicamente, amo a Argentina, no me fui odiando al país, pero tenía el edificio con guardia las 24 horas. Mi hijo iba a una escuela privada y ahora van a una pública donde van el hijo del panadero, al de intendente, todos juntos”.

Hoy no tiene horarios, ni jefes, tiene vida social, amigas. Benja va a la escuela pública de las 8:20 a 16:20. Encuentra diferencias con las escuelas de acá, dice que les dan los libros, son muy exigente y le gusta.

“Nos recibieron muy bien. Cuando llegamos lo anoté y el primer día de clases, el sindaco (intendente), lo esperó a Benjamín para darle la bienvenida con una pelota de fútbol. El primer acto eran las Olimpiadas, hablaban de todos los países y le dieron la llama olímpica del conocimiento para que la encienda. En el sur son muy parecidos a nosotros”.

María dice que, dentro de todo, en Biccari hay más niños que en otros pueblos que están experimentando la despoblación. En la escuela hay dos primeros grados, dos segundos, cosa que no pasa en otras comunas similares.


Casas por un euro


La oferta de casas por un euro para promover los pueblos y aldeas siempre es noticia. Biccari, estuvo alguna vez en los titulares y desde allá, María advierte sobre la fantasía de esa nota que se replica en los diarios, versus la realidad, porque esas casas suelen estar decrépitas.

“Son inviables esas casas, las ponen a ese precio porque no sirven. Los pueblos son todos lindos, porque Italia es hermosa, pero a las casas, les tenés que poner 80 mil euros encima para que funcionen. Conozco mucha gente que se entusiasma con esa idea y cuando llegan se decepcionan. Hay que tener cuidado”.

A veces se encuentra con gente que cree que al comprar esa casa tendrán facilidades para la ciudadanía y no es así. “Podés tener 20 casas pero no te van a dar la ciudadanía por eso. Y no es reciclar, es tirar las paredes, ponerle cañerías para que tenga agua, calefacción, hacer de nuevo”.


Hay un lado B: “se extraña”


Como buena tana, le gusta la familia reunida, añora momentos y extraña sabores. “en lo que es comida y salud, Argentina está a niveles Dios. Comemos bien, en lo dulce, nos gusta el lemon pie que es inglés y lo incorporamos, la selva negra alemana, la incorporamos, al tener tanta inmigración, tenemos variedad. Ellos comen lo italiano”.

Lo bueno que tienen, es la pasta, porque la harina es mejor. La carne es cara, tiene otros cortes y me parece poco sabrosa. Ellos comen más cerdo, pollo y no son carnívoros. Y lo bueno es que la verdura es más orgánica, el pollo sin hormonas, los huevos naturales, es más sano”.

“Esxtraño las costumbres argentinas. Tengo que viajar si o si una vez al año, no volvería, pero extraño a la familia”, confiesa con nostalgia, por teléfono María, en medio de una de esas escapadas a Rosario.


Cómo sacar la doble ciudadanía italiana


Lo primero que hay que hacer es juntar todos los papeles . En la carpeta debe estar toda la documentación, es decir, las actas de los antepasados italianos como del solicitante, junto con el Certificado de No Naturalización, con timbrados y traducciones, pero la mayoría de las veces la gran traba es la dificultad para obtener el turno.

María trató de hacerlo desde Argentina, su familia completa es italiana. Primero logró el turno y ahí se enteró que su papá se había naturalizado, entonces lo hice por su mamá. “Pido el nuevo turno y me daban como ocho años. Lo quería hacer por mi hijo, para que tenga la posibilidad de moverse dónde quiera”.

“Tenés que tener tu carpeta perfecta, ir a una comuna. En nuestro caso fuimos a un gestor, pero hay que tener cuidado si se toma ese camino porque hay muchos chantas que se aprovechan, la mayoría son argentinos, hay que tener referencias” cuenta María.


Sacar turno, paso a paso


Al llegar debían fijar residencia, para eso hay que alquilar, y no es fácil. “Hay que saber en que comuna harán el trámite, manejar el idioma. Si algún gestor te dice que en dos meses te están estafando. Es un trámite largo, en nuestro caso fueron tres meses pero ahora tarda más”.

Hace días, el consulado italiano en Buenos Aires anunció que realizó cambios en su sistema de turnos para evitar los intentos de obtención de citas por parte de terceros, haciendo referencia a los gestores.

Según el comunicado oficial del consulado, los turnos se habilitan, de domingos a jueves a las 19, a través del Prenot@mi (opción «Reconstrucción» y «Hijos Directos Mayores de Edad»). Además, se podrán a disposición en cualquier otro momento no previsible, de manera aleatoria. Es conveniente solicitar turno desde una PC, ya que desde un celular es más complicado. Hay que tener buena conexión a internet y mucha paciencia.

Entre el 1° de enero y el 31 de marzo de 2024, los solicitantes para gestionar el pasaporte italiano deberán abonar $49.180. Por otra parte, la ciudadanía italiana, tanto por descendencia como para hijo directo, tendrá un costo de $127.150.

La página aparece en italiano, pero en el margen superior derecho, se puede cambiar a español. En la barra general aparecerá un botón que será “Reservar”, en donde habrá que sacar el turno. Luego envían un código que llegará por correo. Al finalizar se tendrán los datos de la cita con toda la información para presentarse el día asignado.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Comentarios