Viajeros de Neuquén en Albania entraron a un negocio, escucharon una canción y mirá lo que pasó
Rubén y Alicia son de Plottier y llevan 70 días de viaje. Vivieron un momento mágico e inesperado en un negocio en Albania. Rutas y amor por los viajes.
Rubén Yarza tiene 66 años, está jubilado, vive en Plottier y desde hace décadas cultiva una pasión: viajar. Lo hace junto a su esposa Alicia, de 64, con quien comparte una rutina de vida tranquila en la Patagonia, tres hijos, cuatro nietos y un mismo deseo: seguir conociendo el mundo mientras se pueda. Este año se embarcaron en un viaje de 70 días por Europa que los llevó por lugares menos habituales para el turismo argentino, desde Polonia hasta Albania. Y fue precisamente en este último país donde ocurrió una anécdota inesperada y emotiva.
🤩 Rubén y Alicia son de Plottier y llevan 70 días de viaje.
— Diario Río Negro (@rionegrocomar) June 16, 2025
Vivieron un momento mágico e inesperado en un negocio en Albania. Rutas y amor por los viajes.
¿De qué se trató? Enterate en la nota por Natalia López 👇 https://t.co/msnIVjst6h pic.twitter.com/Adbpei3N0e
La canción que unió Neuquén con Albania a través de la radio
“Estamos en Albania porque organicé un viaje”, cuenta Rubén desde Europa. “Arrancamos en España porque visitamos amigos y familia, mi bisabuelo vino del País Vasco y de ahí tomamos un vuelo a Polonia para hacer Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Bosnia…”.
En Sarajevo, incluso, vivieron otro cruce de caminos insólito: “Haciendo un free tour conocimos a dos mujeres argentinas: una señora de Plottier y otra de Fernández Oro. Una alegría, qué casualidad encontrarnos en Bosnia con una vecina y otra con un amigo en común. Esas cosas que se dan en los viajes”.
La anécdota más llamativa, sin embargo, llegó unos días después, al entrar a una tienda de souvenirs en Sarandë, Albania. “Entré a mirar imanes, abanicos, esas cosas típicas. Yo no me había dado cuenta, pero Alicia me dice: ‘Escuchá, es la música nuestra’. Y me pongo a prestar atención. Al principio no caía, estaba como en el aire. Tanto que en el video que grabé me equivoco y digo que era el himno de Neuquén, Trabún Mapu, pero en realidad era ‘Quimey Neuquén’. Me salió así. Les pregunté a las chicas que estaban ahí, eran albanesas y no entendían nada. Entonces agarré el teléfono y grabé el final del tema, porque fue algo que me llamó mucho la atención”.

Lo más sorprendente, cuenta Rubén, fue darse cuenta de que no se trataba de una playlist programada, sino de la radio local: “No era un tema puesto con una aplicación, era la radio de Albania. Porque terminó el tema y salieron las publicidades hablando en albanés. No sé qué decían, pero fue una sorpresa que me dejó sin reacción. Escuchar eso fue emocionante”.
El video se lo mandó a su amigo Aldo Babaglio, un referente de la historia y la cultura neuquina. “Por eso lo compartí con él. Es una anécdota linda, de esas que te quedan grabadas”, resume.
Jubilados, sí; quietos, nunca
Salieron de Neuquén el 12 de abril. Luego volaron a Europa y volverán el 22 de junio. Serán 70 días de viaje. “Así que cuando lleguemos me voy a tomar vacaciones porque estoy muy cansado”, dice con humor. Rubén trabajó durante años como técnico electricista y luego en la administración pública.
“La vida me dio salud y eso lo aprovechamos. Hemos venido con más plata, con menos, con más tiempo o menos tiempo, pero siempre con ganas de disfrutar”, cuenta.
En los casi tres meses de viaje recorrieron ciudades grandes y pueblos pequeños, en un itinerario que incluyó España, Polonia, Croacia, Bosnia, Montenegro, Albania, Eslovenia, y hacia el final, el sur de Italia y una escapada a Grecia.

“Ya habíamos hecho una parte de Europa del Este en otro viaje, pero ahora quisimos ir más al sur. Me puse a investigar. Polonia siempre me intrigó por la Segunda Guerra Mundial y Auschwitz. Buscando en el mapa descubrí estos países que ahora están tomando nombre”.
A la vuelta los esperan sus tres hijos y cuatro nietos: “Con un asadito, que es lo que más extraño. Esa costumbre nuestra, cuando la tenemos la disfrutamos, y cuando no, la añoramos”.
La historia de Rubén y Alicia es una de esas que renueva el entusiasmo. Jubilados, sí, pero lejos de quedarse quietos. Con la valija liviana, el oído atento y el corazón abierto, siguen descubriendo el mundo con el alma de quienes no dejaron de moverse nunca.

Consejos prácticos sin gastar de más
Rubén, un viajero experimentado, comparte algunas claves. Lo primero es dejar de lado el miedo. Hoy, con herramientas como los traductores automáticos, Google Maps y una buena conexión a internet, moverse por cualquier ciudad es mucho más sencillo. Lo ideal es comprar un chip local para el celular. Cualquier equipo sirve si está conectado.
A la hora de armar la valija, menos es más. Llevar solo lo indispensable permite viajar liviano y evita complicaciones. Según cuenta Rubén, cada vez que viajan llevan menos ropa, y aun así siempre les sobra. Además, en el camino suelen aparecer oportunidades inesperadas: encontraron camperas de excelente calidad por apenas 2 a 6 euros, prendas que en Argentina costarían una fortuna.

La mejor manera de conocer una ciudad es caminando. Es ideal llevar agua, una fruta o un yogur para ir liviano y aprovechar el tiempo. A la hora de cenar, se puede compartir una pizza con cerveza o un buen plato de pastas con vino sin gastar demasiado.
En cuanto al alojamiento, una opción práctica y económica es alquilar departamentos en zonas céntricas para evitar gastos en transporte y poder cocinar algo simple. Rubén recomienda usar aplicaciones que ofrecen recorridos gratuitos con guías locales.
Los “free tours” permiten descubrir la historia de cada ciudad, suelen estar disponibles en español y funcionan “a la gorra”. Siempre es importante viajar con un buen seguro de salud. Es una tranquilidad necesaria para evitar problemas mayores durante el viaje.
Destino turístico en auge: el este europeo
El turismo en Europa del Este está experimentando un auge, con un aumento significativo de visitantes en los últimos años.
Este crecimiento se debe a varios factores, incluyendo la rica historia y cultura de la región, precios más accesibles en comparación con Europa Occidental, y la creciente promoción de destinos emergentes como Budapest y Praga.
El auge se ha acelerado desde la caída del comunismo en 1989, con un aumento constante en la llegada de turistas, especialmente desde la década de 1990 y principios de los 2000.
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