Weretilneck se confiesa en la despedida

Dejó en claro que este es el momento para dejar su rol como autoridad provincial y relativizó cualquier intención de volver en cuatro años. Admitió que lo de la central nuclear fue un error.

Tarde en la Casa de Gobierno.Despacho con cuadros bajados. Raudamente, Alberto Weretilneck ingresa y saluda. Invita a pasar y justifica su impuntualidad, algo inusual en él.

“Recién terminé con las radios y fueron 14 entrevistas”, explica, y firma expedientes, algunos de los últimos, que le arrimó María, su secretaría.
Son jornadas de excitaciones y emociones.

Sensaciones distintas a muchos momentos difíciles. “Fueron varios. La muerte del Gringo. Esa madrugada y el día fue dificilísimo. Lo de [el asesinato de] Lucas Muñoz por su falta de explicación y dramatismo. El rompimiento con el senador [Miguel] Pichetto, y se van quienes estaban en el gobierno”.

-¿Y el proyecto nuclear?

-Sí, la central nuclear y la elección del 2017. Pero, aquello era distinto porque la solución no estaba en uno. Lo de la planta fue una decisión mía.

-¿Fue un error?

-Sí… sobre todo porque no haber previsto la licencia social fue un desgaste innecesario, porque finalmente no se construyó ninguna. Un error a todas luces.

Foto: Marcelo Ochoa.

-¿Y cómo ubica al fracasado intento de su re-reelección?

-Estaba convencido de que estaba habilitado. Existía jurisprudencia a favor y, en definitiva, el STJ y la Procuración abonaron esa postura. La propia Corte resolvió tres a dos. Pensé que salía y estuvo muy cerca.

El proyecto de la planta nuclear. Fue decisión mía y un error a todas luces”

Alberto Weretilneck-Gobernador Río Negro

-Si salía estaría por asumir un tercer mandato. ¿Eso, igualmente, puede ocurrir?

-Nunca se debe ser concluyente ni terminante. Pero si tuviera expectativa de regreso dañaría mucho lo logrado. El desafío es consolidar las gestiones para que los rionegrinos ya no acompañen personas, sino a las gestiones.

-¿No responde si quiere volver? ¿O se va cansado?

-Cansado no, pero hay etapas. Me da pena ver políticos que tuvieron todo que se van muy mal. Pretendo tener la sabiduría para elegir el momento y creo que este es el momento para finalizar mi proceso provincial. Si a Arabela le va bien y a los intendentes, entonces uno pasará a la historia por sus 8 años y haber creado un partido provincial.

-No hablemos de logros, sino de fruticultura donde usted reconoce que no pudo.

-No pude. Ocurre que en otras actividades se pueden mostrar resultados. Río Negro se recuperó en la producción de petróleo y gas, en ganadería, en pesca, también creció como destino turístico, hay logros en Salud, Educación e infraestructura, con el Castello. Pero, fruticultura no se pudo, y es la principal actividad.

-¿Y cuál es la autocrítica?

-No haber dedicado el tiempo para buscar el consenso.

-El ministro Diomedi, partícipe del complejo, llegó como interlocutor. ¿Falló en la elección?

-No… Fue Alberto quien me convenció de las fallas estructurales. No haber logrado consenso fue culpa mía. Tal vez, un error táctico fue llevar el plan primero a Nación cuando debía antes hablar con los sectores en Río Negro. El camino es la reconversión y lo están haciendo, pero falta financiamiento barato.

-Otra falla asumida es la modernización del Estado.

-Sí, aquello que le haga más fácil la vida, como la definitiva modificación de los turnos en los hospitales, y en el Ipross.

P-¿La deuda que queda no es un riesgo?

-El vencimiento del Castello operará entre 2023 y 2025, y esperemos para entonces que el país ya haya normalizado. La deuda en pesos es pesada por las tasas y, por eso, hoy tenemos un déficit financiero.

-¿Cómo queda financieramente la provincia?

-Quedamos justo. Hay superávit primario, pero déficit financiero después de un año con una inflación del 55% que es mayor para el Estado.

-¿Qué papel asumirá en la nueva etapa?

-Ser un digno senador. Tendrá pilares. El legislativo donde pretendo estar en las comisiones de Presupuesto, Turismo, Energía, Agricultura-Ganadería y Defensa por el Invap. Otro será acompañar al gobierno, intendentes y comisiones, y el tercero será vincular a los rionegrinos –desde sus entidades– con Nación.

-¿Habrá acercamientos con el oficialismo?

-No seremos una oposición ciega, colaboraremos en lo que podamos, salvo se perjudique a la provincia y a los rionegrinos. Actitud de colaboración.

-¿Y la política provincial?

-Sí, hay que canalizar la energía de Juntos con capacitación. El crecimiento nos obliga a tener una contención.

Foto : Marcelo Ochoa

-Planteó, en la reunión con el partido, una obligada conjunción entre de la Provincia y los municipios. ¿Eso fue un aprendizaje de sus errores?

-Sí. En eso, hay errores que me hago cargo, como no haber puesto todo para encauzar la relación con (Daniel) Fioretti (el destituido intendente de Regina), y no haber actuado más por la interna en Cinco Saltos. Hay otros. Hubo errores políticos entre tantos temas y tanta vorágine.

-“Manda Arabela”, también aclaró en esa reunión. ¿Por qué esa aclaración?

-Ella está construyendo su liderazgo y eso lleva tiempo. Por eso, no deben quedar dudas que ella conduce y es su responsabilidad. Nadie debe confundirse. Hablaste de un esquema de personalismo y es cierto que el proyecto se construyó a mi imagen y debo ser el primero en transmitir este cambio de paradigma.

-¿No se meterá en el gobierno?

-No en las decisiones, salvo si me preguntan. No voy a intervenir entre un ministro o intendente y la gobernadora. Alberto no va a estar en la cotidiana.

-¿Y Alberto lo entenderá?

-Sí, por eso lo digo. Solo participaré si existe un conflicto o algo muy delicado, pero no puedo estar en la diaria. No voy a cuestionar una decisión de ella, pues tiene experiencia y formación.

-¿Y la principal diferencia con Carreras?

-Vamos a ver, ahora no tengo ninguna… –se ríe frente a la insistencia y agrega– ella es mujer y yo hombre… ella de Bariloche y yo de Cipolletti. Ella come poca carne y yo mucha…


Un costo personal: “La ausencia familiar”


No oculta su satisfacción política por lo logrado. “Significa mucho para uno que viene de abajo y nunca se propuso llegar a tanto en la política y función pública”.

Este estado se contrasta cuando se lo consulta por lo personal. Modifica su postura y no duda en el costo personal.

“La familia, por mi ausencia. Estoy bien espiritualmente y con la salud, salvo unos 10 kilos más [se ríe]. Eso se resuelve, pero no las muchas horas que le saque a los chicos y a mi exesposa”.

-¿La separación también pesa en la política?

-No, no fue la política. Ocurrió, como una situación lógica que pasa en los matrimonios.

-¿Y los chicos qué dicen frente a la política? (Luciana, 23 años y cursa Sociología; Agustín, 20 años y estudia Antropología; y Santiago, 16 años, en quinto año).

-Tienen espíritu político, pero no les gusta directamente; salvo a Santiago, desde siempre, a los cinco o seis años ya iba al Municipio conmigo. Los mayores son buenos analistas de la realidad porque nacieron y crecieron en ámbito donde se las discute. A ellos no los veo en ningún cargo, sí a Santiago.

-¿Los mayores llegan con críticas?

-Sí, en distintos momentos. Opinan y transmiten, pero no militan. Luciana es muy defensora del medio ambiente.

-Entonces, rudo debate con el padre gobernador por la central nuclear…

-Sí, estuvo enojada, y también con el aborto. En cambio, a Agustín le molesta más las injusticia, la violencia y el sufrimiento del jóvenes. Santiago está en el centro de estudiantes y ya me dijo que me acompañará en esta gira [este fin de semana]. Si participa activamente en política ya dependerá de él, lo veo entusiasmado y con condiciones.


Respaldo estatal y la mirada gremial


Destaca el acompañamiento de los empleados públicos, aunque lo equilibra con “la recompensa otorgada en la protección de los trabajadores”.

En cambio, diferencia a UPCN y ATE. El cambio del trato con la última organización lo justifica con que su “génesis estaba en los becados y lograr participar. Cerramos el programa de becados, no más precariedad, y se modificó el estado de privilegio de UPCN y se sumó a ATE. UPCN se enoja y no acepta igualdad de condiciones.

-¿Pero, el gobierno endureció el vínculo con UPCN?

-Después no existió manera de que aceptara alguna oferta salarial que antes aceptaba, y así todo se fue deteriorando.

-¿Usted alentó la reunión de ATE con la futura gobernadora para seguir con esta estrategia gremial?

-En las decisiones deben participar ambas. Arabela mantendrá eso, pero ATE tiene una agenda de temas y es mucho más activo, y eso no se puede desaprovechar por su fuerte incidencia y, además, significa mejora en el servicio. Por eso, creo que se debe seguir por ese camino.


Un trayecto de inicio complejo y final de frenesí sostenido


Evalúa el trayecto recorrido.
“Era complejo ya cuando llegamos con el Gringo [Soria] porque era empezar todo después de 28 años del radicalismo. Se agravó con la tragedia del Gringo y se abrió un período con acusaciones de falta de legitimidad. La división del peronismo en el gobierno. El inicio estuvo el 22 de agosto (2014) cuando Pesatti llega a la vicegobernación porque da tranquilidad y acompañamiento, y quedamos los que queríamos estar”.

-Esa formación fue personalista. ¿Sería quienes lo siguieron?

-Sí. Pero, esencialmente, dejaron un lugar donde estaban, especialmente el peronismo.

En su finalización mantiene su frenesí habitual. El viernes estuvo en Los Menucos (aniversario) y en Pilcaniyeu (reasunción de Néstor Ayuelef);y ayer en Comallo (otra jura de Raúl Hermosilla) y en Cipolletti. Cierra esta noche en Choele (asume Diego Ramello) y sigue a Viedma. Mañana entrega el gobierno.


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