“Ya no tengo filtros”
Ya no tengo filtros, se fueron cayendo. Hoy, con cierta vergüenza digo lo que pienso en ese momento aunque al otro día quizás me arrepienta. No me importa nada, basta de ocultar mi alma, sistema podrido que escondió con miedo eso que sentimos a cambio de no quedar afuera, muerto o sin trabajo, un paria olvidado, un pobre borracho, un tipo distinto, un débil que no supo aceptar las reglas que marcaba siempre un mundo insensible: desechar lo que no producía, el capitalismo henchido avanzando sobre la interna idea del hombre. De nada sirvió haber perdonado todo ese ultraje al hombre dorado, un intento hueco de un mundo perdido, un desvío triste que mató los sueños, quebró al hombre, redujo su idilio a servir tranquilo a cambio de poder comer; ése era el trato. Hoy, gracias al cielo, me importa un carajo, repudio la forma de un sistema enfermo que me tuvo en cepo todos estos años. Me libero al fin, propongo otro mundo en el que la palabra sea el fiel mensajero de que a pesar de todo aún estamos vivos. Las maravillas de este mundo incierto jamás estuvieron en todos esos hombres que nos condujeron, están en los ríos, en los bosques, en las montañas y en todos los hombres que soportando rejas hoy libres despliegan todas las palabras que estaban ocultas detrás del temor de mostrarse absurdas. Absurdos son los que se enriquecieron explotando a otros, los que mataron a sus propios hijos, embriagados en poder por un territorio. Absurdos son los que coartaron toda una cultura, torturando a esa alma herida. Aún hoy el aullido de tanto dolor taladra los sueños de todos esos bestias muriendo por el mismo horror que causaron de nuevo aquellos que un día dejaron de escuchar al cielo. Fueron los concretos, boludos pragmáticos, los que hicieron mierda todo sentimiento. No importa, amigos, saber perdonar y entender el juego, mirar hacia el cielo pudo que estemos vivos y tengamos ganas de decir por fin aquello que sentimos. Roberto Savasta, DNI 14.251.572 – Bariloche
Roberto Savasta, DNI 14.251.572 – Bariloche
Ya no tengo filtros, se fueron cayendo. Hoy, con cierta vergüenza digo lo que pienso en ese momento aunque al otro día quizás me arrepienta. No me importa nada, basta de ocultar mi alma, sistema podrido que escondió con miedo eso que sentimos a cambio de no quedar afuera, muerto o sin trabajo, un paria olvidado, un pobre borracho, un tipo distinto, un débil que no supo aceptar las reglas que marcaba siempre un mundo insensible: desechar lo que no producía, el capitalismo henchido avanzando sobre la interna idea del hombre. De nada sirvió haber perdonado todo ese ultraje al hombre dorado, un intento hueco de un mundo perdido, un desvío triste que mató los sueños, quebró al hombre, redujo su idilio a servir tranquilo a cambio de poder comer; ése era el trato. Hoy, gracias al cielo, me importa un carajo, repudio la forma de un sistema enfermo que me tuvo en cepo todos estos años. Me libero al fin, propongo otro mundo en el que la palabra sea el fiel mensajero de que a pesar de todo aún estamos vivos. Las maravillas de este mundo incierto jamás estuvieron en todos esos hombres que nos condujeron, están en los ríos, en los bosques, en las montañas y en todos los hombres que soportando rejas hoy libres despliegan todas las palabras que estaban ocultas detrás del temor de mostrarse absurdas. Absurdos son los que se enriquecieron explotando a otros, los que mataron a sus propios hijos, embriagados en poder por un territorio. Absurdos son los que coartaron toda una cultura, torturando a esa alma herida. Aún hoy el aullido de tanto dolor taladra los sueños de todos esos bestias muriendo por el mismo horror que causaron de nuevo aquellos que un día dejaron de escuchar al cielo. Fueron los concretos, boludos pragmáticos, los que hicieron mierda todo sentimiento. No importa, amigos, saber perdonar y entender el juego, mirar hacia el cielo pudo que estemos vivos y tengamos ganas de decir por fin aquello que sentimos. Roberto Savasta, DNI 14.251.572 - Bariloche
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $750 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios