Hasta el papa Francisco probó los vinos que ellos hacen en Chos Malal

Recorrimos la bodega Des de la Torre, donde hablamos con sus protagonistas. Firme compromiso como emprendedores genuinos del norte neuquino.

Hasta el papa Francisco probó los vinos que ellos hacen en Chos Malal

Recorrimos la bodega Des de la Torre, donde hablamos con sus protagonistas. Firme compromiso como emprendedores genuinos del norte neuquino.

Hasta el papa Francisco probó los vinos que ellos hacen en Chos Malal

Recorrimos la bodega Des de la Torre, donde hablamos con sus protagonistas. Firme compromiso como emprendedores genuinos del norte neuquino.

Fotos: Florencia Salto

Días atrás pasamos casi toda una tarde en la bodega Des de la Torre en Chos Malal, ubicada en el caso urbano de esa ciudad.

Sabíamos de sus vinos porque los habíamos probado y porque llevan años y años de esforzado trabajo que se traduce en un producto de altísima calidad.

Pero conocerlos en pleno proceso productivo en su propio hábitat creativo fue un gustazo.

Qué buena gente son estos De la Torre.

Ahí estaba el anfitrión Nicolás (26), winemaker en Bodega Des de la Torre, sommelier egresado de la Escuela Argentina de Vinos. Su hermano Ibrahim (24), enólogo y su padre, Luis, dueño de la bodega, ingeniero agrónomo.

Primero, para entrar en confianza, comimos un escabeche de ciervo acompañado de unas copas de vino de la casa. Más pan casero, hecho por la abuela de los chicos.

– Cuarta generación de bodegueros… ¿Cómo es la historia de ustedes y la producción de vino?

– Nuestra historia vitivinícola comienza con nuestra bisabuela Georgina Baylac, originaria de Francia, lugar donde también provenían las cepas con las cuales ella elaboraba sus vinos. Luego esta tradición continuó con mi abuelo ibrahin de la Torre (Don Garucho), siendo el la segunda generación en elaborar vino de forma artesanal y para consumo propio. Seguidamente siguió mi papá (Luis Andrés de la Torre) a partir del cual la producción de vinos tuvo como principal objetivo, el obtener caldos del máximo nivel enológico destina a la comercialización y llegando a nosotros (Juan, Nicolás e Ibrahim) los cuales componemos la cuarta generación de la familia que hacemos perdurar esta pasión de hacer vinos.

– ¿Qué vinos hacen?

– En la actualidad estamos elaborando vinos tintos para los cuales utilizamos uvas de las variedades Pinot Noir, Malbec, Cabernet Franc, petit verdot. Anualmente se producen unas 15.000 botellas de vino tinto.

También elaboramos en pequeña cantidad vino espumante, el cual surge de la idea de revalorizar la uva criolla que se encuentran en gran cantidad en la localidad. Actualmente se elaboran de este tipo de vino 2000 botellas.

– ¿Cómo es la dinámica de esta empresa familiar?

– Este proyecto familiar está encabezado por nuestro papá, nosotros junto a él vamos desarrollando las distintas tareas ya sea en el viñedo o en bodega.

En otro tramo de la charla comentaron que “la bodega desde que se creó fue pensada y desarrollada para hacer vinos de alta gama, incorporando para ello tecnología y materiales de máxima calidad”. En este sentido resaltan la capacitación de quienes trabajan en el proyecto: Ibrahin, licenciado en enología; Nicolás, estudios de sommelier; Matías Ruiz, asesor enológico. “En el 2014 pudimos llevar los vinos hacia ese objetivo, el nicho premium”.

“Siempre tratamos de manejar de la mejor manera la relación precio-calidad en todas nuestras gamas de productos”, acotaron.

– ¿Hasta el papa Francisco probó sus vinos?

El padre Diego de Andacollo tiene una gran amistad con Francisco debido a que trabajaron juntos muchos años en Buenos Aires. Cuando asume como papa, lo invita a Diego a que viaje con un grupo de bautizadores de la zona norte del Neuquén. Decidieron llevar de obsequio diferentes productos de la zona norte neuquina. Diego nos contó la idea de llevarle un vino de nuestra bodega, y así fue como le preparamos un Trashumante 2013 malbec reserva, el cual en ese entonces salía vestido (etiquetado) con un cuero genuino de chivo con la forma de la provincia del Neuquén.

Una alegría muy grande fue saber que nuestro producto llego a manos de Francisco y celebró una misa con el mismo.

La charla siguió. Rescato también en un momento en que los tres, ya sea porque nacieron o llevan muchísimos años viviendo en Chos Malal, sienten con felicidad que sus raíces se seguirán alimentando en esta parte del norte neuquino, donde los mejores sueños se concretarán aquí nomás. Cuando lo dicen mirándose entre ellos, creánme que emocionan.


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