Estrenan peli que revela el valor cultural de la comida italiana

“E il cibo va” es un documental de la cineasta Mercedes Córdova. #tevaagustar

Escenas de la película “E il cibo va”.

La cineasta Mercedes Córdova revela el valor cultural e identitario de la comida en “E il cibo va”, un documental que se estrena este fin de semana y en el que investiga los vínculos y similitudes entre la gastronomía argentina, estadounidense e italiana a partir de las influencias culinarias que los inmigrantes llegados a América desde Italia en los siglos XIX y XX ejercieron en la vida y las costumbres locales.

Mitos y verdades sobre el origen de las pastas, la pizza, las salsas y otras delicias italianas desfilan por esta película en la que los protagonistas no son únicamente los sabores y los paladares, sino también aquellos cocineros que se hicieron responsables de valorar la cultura gastronómica traída por los inmigrantes italianos, comprenderla y ponerla en relación con los sabores y los platos típicos de Estados Unidos y Argentina.

Esta coproducción entre Argentina e Italia demuestra cómo la comida es también una expresión de identidad nacional y cultural en cualquier país, y lo hace a través de una profunda investigación teórica que se complementa con entrevistas a antropólogos, cocineros, especialistas y profesionales tanto en restaurantes, escuelas de cocina y puestos de comida al paso realizadas en Italia, Argentina y Estados Unidos.

“Empezó como una idea sobre el viaje de la comida italiana a América y las similitudes entre nuestras formas de vincularnos con la comida en Argentina e Italia”, recordó Córdova.

“Mi mamá se fue a vivir a Roma hace unos años y empecé a encontrar muchas similitudes en la vida cotidiana y en la comida. Tuve la experiencia de vivir un tiempo en Italia no como turista y así descubrí muchos parecidos entre nuestras gastronomías”, detalló.

No es la primera vez que la realizadora argentina aborda como temática a la cultura gastronómica, ya que en 2014 filmó para el canal Encuentro la serie “La ruta de las especias”, sobre la producción argentina de especias aromáticas como romero y albahaca, que a la vez era un retrato de la vida rural y los usos y costumbres culinarios y rituales alrededor de las especias en el interior del país.

“Es una temática que sin buscarla se fue repitiendo en mi vida y me empezó a gustar e interesar cada vez más. En cada uno de los casos le fui agregando una dimensión antropológica a la investigación de los temas”, recordó la cineasta, que estrenó su película en la sección Culinary Zinema del último Festival de Cine de San Sebastián, España.

En una entrevista con Télam, la cineasta dijo que “la comida es un vehículo de identidad cultural. Las similitudes que encontré entre nuestros países fueron el disparador de la película. Había una raíz compartida, pero me interesaba ver cómo se había dado ese proceso, cómo había pasado. Hubo una investigación teórica sobre el tema y entrevistamos a varios antropólogos en Argentina, Italia y Estados Unidos”.

En “E il cibo va” aparecen las voces de personalidades destacadas de la gastronomía internacional como Pietro Sorba, el historiador Daniel Balmaceda, la reconocida antropóloga de la alimentación Patricia Aguirre y Fabio Parasecoli, profesor de alimentación de la Universidad de New York, entre otros especialistas.

“Los procesos migratorios enriquecen la comida y por ende la cultura de un pueblo. La comida es un elemento dinámico que siempre se está transformando y no se puede compartimentar en definiciones o recetas inamovibles”, dijo.

“Sabía que la comida es un vehículo de identidad y fuimos a descubrir el proceso de estos últimos 100 años para ver cómo se transformó la cocina local con la llegada de los inmigrantes y cómo impactó también en Italia”, explicó.

A la directora le llamó la atención “cómo la imaginación refuerza la identidad tanto de los habitantes del país receptor como de los propios inmigrantes, ya que en el caso de los calabreses, sicilianos, genoveses y napolitanos que llegaron a América, todos ellos estaban más identificados con sus propias regiones que con Italia en sí misma”.

“Los criollos se empezaron a sentir más argentinos en contraposición con los inmigrantes, que se volvieron italianos en el exilio. Todos ellos se unificaron detrás de un par de platos: la pasta y la pizza como un todo”, señaló Cordova.

Y agregó: “El cruce entre ambas culturas se produjo seguramente con la siguiente generación. El crecimiento de Buenos Aires fue exponencial con los inmigrantes, que empezaron a integrarse”.

“En Estados Unidos, la Segunda Guerra Mundial jugó un papel importante en la unión entre italianos y estadounidenses, que básicamente comían carne. A partir de la guerra se empezó a incorporar más la comida italiana, sobre todo por un tema de costos y accesibilidad”, destacó.

“Todos los viajes dejan una marca en la cultura gastronómica local y eso siempre es positivo. La cocina es un muy buen lugar de encuentro de las culturas. Es una puerta de acceso muy directa para la inmigración. Es muy típico que en la cocina trabajen inmigrantes, porque es un lugar de acceso muy fácil. Y esas formas de cocina se van colando de a poco entre los pobladores locales”, afirmó la realizadora.

Telam


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