Caso Maldonado: Pese al retiro de Gendarmería, nadie baja la guardia en Cushamen

La represión de Gendarmería y la desaparición de Santiago Maldonado son una herida abierta en la comunidad mapuche cercana a El Maitén. “Río Negro” estuvo en el lugar, donde están convencidos que los gendarmes volverán. Y destacan la figura del joven artesano desaparecido.

El viento y el frío castigan con rigor en este rincón de la Patagonia, donde se respira aire puro y desde hace varios días se percibe incertidumbre. En el Pu Lof en Resistencia Cushamen, ubicado a un kilómetro del empalme de la Ruta Nacional 40 y la Ruta Provincial 70, que conduce a El Maitén, nadie está tranquilo. Los zumbidos de las postas de goma y los gritos de los gendarmes aún estremecen. Las imágenes de la furiosa represión del 1 de agosto pasado y el dolor por la desaparición de Santiago Maldonado durante esa jornada es una herida abierta. Y duele demasiado.

La Gendarmería se retiró el miércoles, después de 17 días de asedio permanente. Los jóvenes mapuches de la Lof en Resistencia están convencidos de que los gendarmes regresarán. Tarde o temprano volverán a tratar de avanzar sobre las tierras ocupadas. Por eso, siguen alertas.

Un grupo permanece en un improvisado puesto de guardia, como lo definieron, a unos 100 metros de la tranquera, atento a cualquier movimiento. Es una especie de refugio, donde hay un débil fogón, para tratar de contener las ráfagas de aire helado que baja desde las montañas con sus picos nevados. Coirones, molles, neneos, algunos ñires y pinos de baja estatura completan la escena de esa parte de la estepa patagónica.

Apenas “Río Negro” llegó a la tranquera, ubicada a pocos metros del desgastado asfalto de la Ruta Nacional 40, un joven se acercó, con desconfianza. Dos banderas colgadas sobre el alambrado ubicadas a los costados del acceso al campo, reclaman por la aparición de Santiago. “Macri-Bullrich-Noceti devuelvan a Santiago”, dice uno de los lienzos. “Prohibido olvidar, Santiago presente”, advierte el otro.

El joven sólo escucha. Después, llama a otro muchacho, encapuchado, que sale del puesto, donde se observa la humareda. Camina a paso firme y al llegar a la tranquera, que impide el paso, indica que fue designado vocero para hablar con este diario y explicar la situación. No se identifica. Nadie quiere aparecer con nombre y apellido. Una boleadora y unas piedras, que guarda en un especie de morral, es todo lo que tiene como elemento de defensa.

“Nunca tuvimos plata ni miedo, pero para continuar la lucha debemos permanecer en libertad y taparnos la cara”, explica.

“Facundo (Jones Huala, que está detenido en el penal de Esquel) es el ejemplo más claro, dio la cara por su pueblo en todos lados y ahora es un perseguido político”, sostiene el joven, cuyo pasamontañas sólo deja ver unos ojos marrones oscuros.

No permite avanzar. Y para sacar fotos en la Lof hay que pedir autorización. Tampoco se puede avanzar hacia el río Chubut, ubicado a unos 300 metros, según explican hasta que la naturaleza vuelva a equilibrarse tras la represión del 1 de agosto pasado.

Allí junto al río, asegura el joven, vio por última vez a Santiago, cuando intentaba huir de los gendarmes.

Recuerda que las hostilidades por parte de Gendarmería habían comenzado el 31 de julio, a partir de un corte de ruta parcial. La protesta era para exigir la libertad de Jones Huala. Esa jornada había llegado Santiago desde El Bolsón, donde tiene su domicilio.

Pero al día siguiente, “se llevaron a Santiago”, afirma el vocero de la Lof en Resistencia. Señala que lo cargaron en un Unimog y después lo pasaron a una camioneta blanca y se lo llevaron.

Hay testigos de identidad reservada que declararon eso mismo ante el juez de la causa, Guido Otranto, en Esquel.

En El Bolsón

En las calles del barrio Los Hornos, de El Bolsón, el nombre de Santiago suena con fuerza. Los vecinos recuerdan que Santiago se hospedaba desde hace unos dos meses en una casa de bloques de cemento, de ventanas pequeñas y ambientes reducidos. Pero no estaba de manera permanente.

En la casa ayer no había nadie. Desde las ventanas se podía observar un litro de aceite cerrado sobre una mesada, junto a un poco de harina y una lata de aceite de oliva. Los platos aún estaban en la pileta y había desorden.

Un grupo de mujeres de la Biblioteca del Río, ubicada a pocos metros del caudaloso río Quemquemtreu lo recuerdan como un joven solidario, afecto a la lectura y sencillo.

Pero están preocupadas. Y hay temor porque se trata de un caso demasiado grave porque las sospechas apuntan a un caso de desaparición forzada de persona. Por eso, no quieren fotografías y piden disculpas por no dar sus nombres a la prensa.

Explican que la sociedad de El Bolsón es muy particular y no quieren quedar en lo que llamaron “el círculo rojo” y ser “víctimas de la difamación por las redes sociales”.

Lamentan todo lo que pasa con Santiago y explican que la Biblioteca fue allanada por las fuerzas de seguridad el 12 de agosto pasado. “Entraron gritando con armas y cámaras, estábamos haciendo una actividad con chicos, y dijeron: todos para un costado. Les pedimos que bajen las armas, que apaguen las cámaras porque había chicos. Entendieron y se fueron y pidieron disculpas”, explicaron las mujeres.

El dato

“Facundo (Jones Huala) es el ejemplo más claro, dio la cara por su pueblo en todos lados y ahora es un perseguido político”.

Uno de los jóvenes del Pu Lof en Resistencia

Datos

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los días que se cumplen hoy de la desaparición, sin que haya ninguna pista sobre el paradero del joven.
“Facundo (Jones Huala) es el ejemplo más claro, dio la cara por su pueblo en todos lados y ahora es un perseguido político”.

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