El hallazgo de la vaina de una bala no cambia la hipótesis del caso Muñoz

El hallazgo de una vaina servida y de un fragmento de un proyectil calibre 9 milímetros en el lugar donde hallaron el cadáver del policía Lucas Muñoz estremeció la investigación. Más aún cuando los peritos sospechan que se trata de la bala que usaron para ejecutar a Muñoz. Sin embargo, la abogada por la querella Karina Chueri aseguró que la aparición, casi catorce meses después del crimen, de esta nueva prueba no modifica la principal hipótesis para tratar de explicar el crimen y que apunta a una supuesto secuestro extorsivo.

Chueri aclaró que el hallazgo de la nueva evidencia despeja por lo menos una de las dudas que había en la investigación respecto del lugar donde mataron a Muñoz. Ahora, todo indica que al policía lo ejecutaron de un tiro en la nuca en el sitio donde encontraron el cuerpo el 10 de agosto del año pasado.

Fuentes judiciales coincidieron ayer con la tesis de la querella. Y aseguraron que personal de Gendarmería hizo los primeros rastrillajes en el lugar después de que encontraran el cadáver. Sin embargo, no hallaron la vaina con la que dieron peritos de la PSA el lunes cuando regresaron al lugar para un nuevo rastrillaje.

Las fuentes indicaron que la nueva prueba contradice además el informe del cuerpo médico forense de la Corte Suprema que había determinado que la herida en la pantorrilla derecha de la víctima se había producido por un tiro que recibió unos 21 días antes de que lo asesinaran. Para los peritos de Gendarmería, esa herida había sido contemporánea al disparo en la nuca. El cuerpo médico forense del Poder Judicial de la provincia coincide con la segunda tesis.

Con el descubrimiento de la vaina y del fragmento de un proyectil se consolida la hipótesis de que le efectuaron un tiro en la pantorrilla para vencer su resistencia, probablemente se arrodilló y recibió el tiro en la nuca que lo mató.

Chueri dijo que otro aspecto que no está en crisis es la fecha probable del homicidio. Sostuvo que los tres informes que hicieron varios peritos coinciden que a Muñoz lo asesinaron entre las 12 del 7 de agosto y las 12 del 8 de agosto de 2016.

Muñoz había salido el 14 de julio del año pasado de su domicilio para ir a trabajar a la comisaría 42 del barrio 2 de Abril. Nunca llegó. Estuvo desaparecido hasta el 10 de agosto cuando encontraron el cadáver. Estaba vestido con su uniforme policial, tenía su arma reglamentaria, su documentación personal y hasta su celular. Sólo faltaba su mochila, que nunca hallaron. Aún no hay ningún imputado y el crimen sigue impune.

Los investigadores esperan que de las peritaciones pendientes sobre algunos celulares secuestrados de personas vinculadas a Muñoz o exjefes policiales surjan pruebas relevantes.

La revisión de las pericias no modifica la estimación de la fecha de la muerte, que fue entre el mediodía del 7
y el 8 de agosto de
2016.

El cadáver de Muñoz tenía dos disparos: uno en la pantorrilla, que ahora se sabe con precisión que fue contemporáneo de otro, mortal, en la nuca.

Los hitos de un caso

que sacudió Río Negro

14/7/2016: el policía Lucas Muñoz se dirige hacia la comisaría 42ª, donde prestaba servicios (fue visto sobre la avenida Juan Herman), pero nunca llegó.

10/8/2016: en un descampado de la Circunvalación aparece el cadáver del policía.

2/10/2017: la Policía de Seguridad Aeroportuaria halla en el lugar la vaina servida de un proyectil calibre 9 mm.

transcurrieron desde que la aparición del cadáver del policía confirmó que Muñoz había sido asesinado.

420 días