La población trans da batalla cultural en Bariloche

La ley de Identidad de Género del 2012 potenció su lucha, pero aún resta un largo camino para dejar atrás la discriminación y los obstáculos para acceder a la educación, la salud y el trabajo.

“En Bariloche no se ven”, suele escucharse. Pero sí están. La población trans afronta luchas cotidianas, de forma individual o colectiva, trabaja por sobrevivir, ser feliz y algunos, aun hoy, sólo intentan pasar desapercibidos.

Paso a paso, las organizaciones de diversidad sexual de Bariloche han ido ganando espacios y batallas culturales, más aun con la precursora ley de Identidad de Género del 2012.

Insisten, sin embargo, en que resulta más difícil “ser trans que gay o lesbiana” ya que muchos siguen considerando que “el trans simplemente se disfraza”. A esto se suman los constantes obstáculos en el acceso a la salud, la educación y el trabajo.

Tampoco es lo mismo ser un chico que una chica trans. Ellas en su gran mayoría son trabajadoras sexuales. En algunos casos, quizás por elección; en muchos otros, han sido expulsadas de sus hogares, quedando en la calle. Confluyeron en Bariloche desde otros rincones del país donde ya habían sido excluidas.

“La expectativa de vida en estos casos, apenas llega a los 35, 40 años. Muchas mujeres trans no pudieron terminar el colegio lo que hace que tengan menos opciones aún. Hay casos de VIH y, ante situaciones de discriminación en el hospital, muchas no han regresado a atenderse. Desconocen sus derechos y es una bomba de tiempo”, remarcó Constanza Pozzi, de la colectiva Generando Génerxs.

Los varones trans, en cambio, suelen pasar “más invisibilizados”. “La sociedad reduce los trans a las chicas que ejercen la prostitución. Los varones pasamos desapercibidos aunque nos siguen viendo como mujeres, con la violencia que conlleva. Nos adaptamos y nos bancamos ocupar espacios laborales más femeninos. Vamos abriéndonos camino pero el sufrimiento es el mismo cuando uno no puede vivir ni ser quién es”, expresó Matías León Padulo, trans de 32 años.

“Ser docente facilitó mi inserción laboral, agregó, pero es complejo ingresar a una institución. Yo, por ejemplo, decidí no hacer el cambio de DNI aunque permitía invisibilizarme. La ley respeta la identidad autopercibida de cada uno y me tienen que respetar sin importar qué diga mi documento”.

Padulo aclaró que muchos chicos no se hormonizan aunque sí se cambian el DNI. “Con un aspecto femenino, les resulta difícil conseguir trabajo. Muchas veces, simplemente porque no saben cómo tratarte y genera una situación incómoda”, dijo.

Cirugías y hormonización

“Sólo con el cambio de DNI, volví a nacer”, sintetizó Fernando Leutloff, joven trans de 26 años.

Tres años atrás, alguien le dijo en un bar: “Me parece que vos aún no te decidiste”. “Nunca se me había cruzado por la cabeza. Me puse a investigar por internet y mi mamá me acompañó siempre. Me tendría haber dado cuenta mucho antes pero lo ignoré hasta ese momento”, admitió.

Desde hace dos años, Leutloff realiza el proceso de hormonización en forma mensual. Aunque la ley así lo establece, su obra social no le cubre el 100% y ya efectuó dos reclamos a través de la Defensoría del Pueblo.

“Llevo gastados 7.600 pesos cuando, por ley, la obra social debería cubrirlo. Con las hormonas los cambios son más rápidos. Nadie se da cuenta de que soy trans. Empecé usando un gel y ahora me coloco una inyección que es más económica. Me está creciendo barba y mi cara es masculina”, señaló Leutloff.

En los últimos cuatro años, cinco chicas trans se sometieron a la vaginoplastia, una cirugía de reasignación sexual, en el hospital zonal.

“Consiste en la extirpación de los genitales masculinos, reutilizados para generar genitales femeninos. Antes se hacían vía recursos de amparo; ahora fluyen. Las derivaciones se hacían al hospital Durand en Buenos Aires pero surgió la idea de esperar un tiempo y traer al especialista para realizar la segunda etapa de la cirugía en Bariloche. El Ministerio de Salud aceptó”, relató el urólogo Marcelo Sandoval que encabeza estas cirugías en el hospital.

No todas las personas trans deciden operarse. Los procesos de hormonización que se garantizaron a partir del 2016 despertaron mayor interés.

“Las chicas trans no sólo necesitan verse como mujer sino sentirse como tal. Se administran hormonas femeninas o masculinas como medicación y, con el tiempo, les empieza a cambiar la piel, la distribución del pelo, la masa muscular. Adquieren un aspecto femenino o masculino, según el caso”, indicó la médica infectóloga Lucía De Labra.

Hoy hay una lista de espera para someterse a la “cirugía de masculinización de tórax”. Para atender la demanda, se prevé una capacitación a los profesionales locales por parte de un cirujano plástico neuquino. “No es una mastectomía sino otra técnica quirúrgica para extirpar los senos y que no quede una cicatriz. En el último tiempo, también surgieron pedidos para la colocación de prótesis mamarias y estamos avanzando con el Ministerio de Salud de la provincia”, indicó Sandoval.

“La necesidad de transformar sus cuerpos obedece a que este sea acorde a lo que la persona siente. Además, les da mayor seguridad”

Constanza Pozzi, colectiva Generando Génerxs de Bariloche.

La militancia de las organizaciones

“Hemos avanzado poniendo el cuerpo en espacios institucionales. Es la única manera de generar un efecto en la sociedad. Si no demostrás que estás, no importás”, opinó Padulo.

Las organizaciones de diversidad sexual encabezaron charlas de sensibilización en escuelas, el Instituto de Formación Docente y el hospital. Los resultados comienzan a percibirse. De a poco.

“No sé cuántas copias de la ley de Identidad de Género entregamos ya. Se tendría que encargar el estado pero las leyes se militan”, consideró Pozzi.

Padulo aclaró: “Intervenimos también en las reuniones de ‘Ni una menos’. Cuesta transmitirles que compartimos lo mismo. La misma violencia mata a nuestras chicas”.

Cirugías

A diferencia de la vaginoplastia, no hay experiencias de faloplastia en Argentina con buenos resultados. Al agregar tejido donde no lo hay, aumentan las complicaciones.

“Si por prejuicios, algún médico no puede atender a los pacientes trans, se tiene que hacer a un lado para que alguien más lo haga”.

Marcelo Sandoval, urólogo del hospital zonal.

Datos

“La necesidad de transformar sus cuerpos obedece a que este sea acorde a lo que la persona siente. Además, les da mayor seguridad”
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vaginoplastias se realizaron en Bariloche. Hay lista de espera para la cirugía de masculinización de tórax.
A diferencia de la vaginoplastia, no hay experiencias de faloplastia en Argentina con buenos resultados. Al agregar tejido donde no lo hay, aumentan las complicaciones.
“Si por prejuicios, algún médico no puede atender a los pacientes trans, se tiene que hacer a un lado para que alguien más lo haga”.

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