Varios analistas sostienen que una gran parte de la victoria macrista ha sido un “antivoto” como rechazo a las múltiples estafas que salieron a la luz. Sostienen que para que un gran porcentaje de la población haya votado al Macrismo, no han tenido en cuenta las políticas neoliberales que ellos piensan llevar adelante, sino que sólo ha sido una reacción casi de “piel”.

Esto que parece un simple análisis electoral, tiene una enorme connotación. El kirchnerismo no deja de ser una expresión personalizada del “progresismo de izquierda”. Éste lleva como parte de su análisis histórico-político la multiplicidad de interpretaciones de estos procesos. Niega la existencia de un Ser Superior y por ende de verdades perennes, sosteniendo la inexistencia de objetividad –la realidad pasa por la interpretación del sujeto- hasta arribar a que “todo es relativo”. Bajo esa lente de relatividad, el tomar dinero del Estado en forma fraudulenta (hurto) puede pasar -según el sujeto que lo interpreta- a ser un acto de justicia, cuyo fin es: a) redistribuirla entre los pobres o b) aplicarla al proyecto político que lucha por los pobres ( Unidad Ciudadana o similar). Ambos fines legitiman el hurto. Para poder llevar adelante este objetivo y sostenerlo en el tiempo, no sólo debían generar “clientela” con subsidios y compra de voluntades encubiertas, sino lo más difícil – y allí residió su inicial éxito-: la aceptación del Pueblo en su conjunto. “Y todos roban, qué le vamos a hacer”, “Roban, pero por lo menos distribuyen lo que roban y persiguen a los grandes capitalistas”. Y, así, pudieron implantar el “relato”.

El batacazo del macrismo dio por tierra esa teoría de la aceptación de la relatividad. El Pueblo, en su gran mayoría, se indignó ante el robo. Pero lo importante de destacar, es que el ser humano lleva ínsito el conocimiento de lo que está bien y de lo que está mal. Es la Ley Natural como la expresión racional y normativa de las inclinaciones de la naturaleza humana al Bien. Hasta J. P. Sartre ha llegado a esta conclusión, aceptando racionalmente la famosa frase de Dostoievski: “Si Dios no existe, todo se pone lícito”.

El hombre es proclive a caer en el mal, pero es siempre consciente de que obra mal. Asume totalmente que “robar es malo” (muy por el contrario a las teorías de Zaffaroni de que: el hombre es bueno y la sociedad lo maleduca).

Por ello, este triunfo del Macrismo, que no deja de ser una expresión política bastante rudimentaria (buscamos la felicidad, buscamos tapar todos los baches de las calles y llevar cloaca a toda la población), pero el éxito electoral se posicionó en la Dra. Carrió que consciente y pacientemente sostuvo la vigencia de la Ley Natural de que robar es malo y así lo peleó, hasta las últimas consecuencias. Esto permite ser optimista en las próximas exigencias del Pueblo, a través de la Opinión Pública.

Carlos Alfredo Moldes

DNI 7.887.170

Bajo esa lente, el hurtar dinero del Estado puede pasar a ser un acto de justicia cuyo fin es: a) redistribuirla entre los pobres o b) aplicarla al proyecto político que lucha por los pobres .

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Bajo esa lente, el hurtar dinero del Estado puede pasar a ser un acto de justicia cuyo fin es: a) redistribuirla entre los pobres o b) aplicarla al proyecto político que lucha por los pobres .

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