Sargento Ricardo Guzmán, custodio de la gobernación

La foto del lector

Cuando en 1954 Neuquén cumplió 50 años de capitalidad se publicó un álbum conmemorativo –editado por Otto Max Neumann bajo los auspicios de la “Junta de Estudios Históricos de la Gobernación del Neuquén”– en el que se relataron los principales hechos históricos acaecidos en el territorio. Este álbum constituye un importante documento para todos los que queremos revivir aquellas épocas que nos precedieron y enseñarlas a las generaciones que llegaron posteriormente.

El sargento Ricardo Guzmán era un mendocino que nació el 14 de octubre de 1874. A los 14 años ingresó como vigilante del gobernador Coronel Olascoaga en Chos Malal; cuidó la caballada que él trajo de la isla grande de Choele Choel, donde el ejército tuvo su primer campo de remonta. Se adaptó rápidamente a la Policía y cuentan los informes que fue el único trabajo que ejerció en su vida. Fue un hábil rastreador y baqueano de la fuerza. Por orden del gobernador Bouquet Roldán, durante el traslado de la Gobernación de Chos Malal a la nueva capital en la Confluencia, fue el encargado de vigilar y asegurar los valores. El 12 de septiembre de 1904 se realizó la fundación de Neuquén; la Policía entregó todos los efectos que pertenecían al gobierno territorial. Durante la evasión de presos de Zainuco, en 1916, don Ricardo resguardó la caballada, arreándola a la Isla de la Gobernación (hoy Isla 132 Dr. Zingoni), para evitar que fueran usados por los presidiarios. La fuga terminó con la muerte de los evadidos, en una polémica que dura hasta hoy. Se jubiló en 1928, tras casi 40 años de servicio, sin utilizar en sus funciones otros medios que no fuera el caballo. Este sargento fue un ejemplo de honradez y un fiel representante de la Policía territoriana.

Don Guzmán falleció el 30 de diciembre de 1955, en su modesta casa de calle Salta 255. La foto que ilustra esta nota pertenece al comisario Tomás Heger Wagner.

Señor intendente, señores secretarios municipales y todas las autoridades: la ordenanza N° 131 del 6 de noviembre de 1961 le dio su nombre al pasaje que corre entre las calles Entre Ríos al 150 y Miguel A. Camino; Alberdi por el norte y Rivadavia por el sur; a esta angosta calle de sólo una cuadra. Solicito a las nombradas autoridades la urgente refacción de nuestro asfalto, que está deteriorado totalmente. Además, los que vivimos allí estamos presos del estacionamiento vehicular: diariamente se detienen autos por ocho horas o más, lo que nos impide a los que moramos allí hacerlo con la comodidad que nos corresponde. Asimismo, estamos a una cuadra del predio de la Ex Unidad Penitenciaria Nº 9 que está empezando a abrir las calles. Deseo como ferviente defensora del patrimonio cultural de mi ciudad y provincia que se preserve un pequeño inmueble como archivo testigo del siglo XX en que fue instalada la cárcel, que se convierta en un vergel, que se cree un jardín de infantes o escuela primaria, o un centro cultural. De lograrse estas peticiones, cuidemos el espacio para estacionar vehículos, si no los vecinos continuaremos siendo rehenes de la falta de lugares para aparcar y la estrechez de nuestro amado pasaje.

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256

Beatriz Carolina Chávez

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