Qué hacer con los maltratadores

BELéN sPINETTA belen@rionegro.com.ar

Con la irrupción de la problemática de la violencia de género en la agenda pública a partir del reclamo sostenido de las organizaciones de mujeres, la atención de las víctimas y el diseño de políticas públicas comienzan a ser una preocupación de los Estados. Sin embargo, qué hacer con los varones que ejercen el maltrato y cómo trabajar para desandar las prácticas violentas no aparece como un tema al que se le preste demasiada atención. En los últimos tiempos ha habido avances en relación con la cuestión punitiva, pero desde la mirada de la prevención queda mucho por hacer. A pesar de todo, existen algunos servicios de violencia que abordan este aspecto, así como organizaciones integradas por varones y mujeres que están debatiendo acerca de cómo construir masculinidades que se alejen de los roles aceptados de dominación. “El Estado se preocupa poco por hacer prevención con los temas de violencia y, sobre todo, prevención con los varones. No hay mensajes que le digan a un hombre que si siente que no puede controlar su ira, su violencia, puede pedir ayuda, que de eso no se sale solo. Muchos saben que necesitan asistencia pero no la piden, justamente por la vigencia de los estereotipos de género: el macho no pide ayuda, el macho se la banca”, señala Marina Pacheco, especialista en violencia familiar y atención de varones. La profesional remarca que partiendo de que estamos ante la presencia de una problemática psicosocial y cultural, el ámbito más adecuado para trabajar con los maltratadores es el grupal. “El principal objetivo es que se hagan responsables de lo que cometieron y después reflexionar sobre los estereotipos de género. Lo primero es frenar la violencia física, que es la más grave, y enseñar a reconocer las señales de previolencia, lo que sienten en el cuerpo cuando se van a violentar, y cómo controlar las situaciones que les producen ira o enojo”. A nivel latinoamericano se desarrolla una campaña que nació en Canadá y está orientada a trabajar sobre la construcción de las masculinidades: Lazo Blanco. Este plan se plantea promover una mayor comprensión entre los hombres sobre cómo la violencia de todo tipo perjudica a mujeres y varones y socava la igualdad entre los géneros. “Vivimos en un mundo patriarcal, misógino, homófobo y por ende violento. De lo primero que tenemos que hablar es de inequidades en las relaciones que en algún momento dan como resultado violencia. Los varones llegan a esto por un proceso de socialización que impacta en los estereotipos de género, otorgándoles privilegios y a las mujeres sumisión”, señala Hugo Huberman, referente de Lazo Blanco en la Argentina. “La primera tarea es sensibilizar en por qué los hombres tenemos privilegios y si estamos dispuestos a bajarnos de alguno de ellos o de todos. No es un tarea fácil. Hablamos de construir masculinidades plurales y diversas… tan diversas como las feminidades”, sintetiza. Marina Pacheco insiste en una mirada que focalice en la prevención. “Las instituciones generalmente están desmanteladas porque a estas problemáticas no se les da importancia. Si se asignara el presupuesto adecuado a la prevención, en definitiva le saldría más barato al Estado que reparar el daño ya hecho”, concluye. Experiencias locales en atención de varones En la región existen algunos servicios de violencia que se han preocupado por incorporar instancias de atención destinadas a los maltratadores. En Neuquén se implementa desde 1994 un área de Hombre en el Servicio de Prevención en Violencia Familiar que depende del Ministerio de Desarrollo Social y funciona en Teniente Ibáñez 524. Desde febrero de este año esta área se encuentra paralizada por falta de personal y recursos. También trabaja con hombres el Servicio de Violencia Ruca Quimey de Cipolletti. En tanto, en General Roca desde la Red de Género de Roca (mesa multiactoral en la que participan organizaciones sociales y gubernamentales) se está planificando un servicio de atención de varones. Planean realizar una experiencia piloto en la segunda mitad del año que empiece trabajando con quienes se encuentran detenidos por haber ejercido violencia hacia mujeres.