Competencia directa con la producción de otro combustible: el bioetanol

La actividad económica regional más importante del noroeste argentino, principalmente de la provincia de Tucumán, es el cultivo de caña de azúcar. Se procesan 20 millones de toneladas por molienda, generando 45.000 puestos de trabajo directos e ingresos por 8.000 millones de pesos.

La relación de este cultivo con la energía estuvo históricamente vinculada a la producción de bioetanol, para lo cual debe utilizarse toda la planta.

La mayoría de las naftas en Argentina poseen en la actualidad un 10 por ciento de bioetanol. El Ingenio Ledesma es uno de los principales productores, con ventas de 64 millones de litros anuales.

Sin embargo, hasta ahora no se aprovecha el residuo de la caña en cada zafra, implicando un impacto ambiental que se acentúa a medida que crece la producción. La técnica más común utilizada por los pequeños agricultores es la quema de los desechos, una práctica muy peligrosa por el riesgo de incendios.

A partir del trabajo de técnicos del INTI, productores cañeros y empresarios que aportaron la tecnología, esos residuos podrán destinarse en un futuro a la elaboración de un combustible sólido que ayude a cumplir con la demanda energética y colabore con el medio ambiente, en un principio en el norte del país y luego en otras regiones.


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