Se deteriora un instrumento clave del modelo

El lunes pasado el Ministerio de Economía dio a conocer el resultado primario para el Sector Público Nacional de febrero medido en base caja. Con el resultado del mes pasado –697,5 millones de pesos– el acumulado en el primer bimestre de este año alcanza la suma de 1.319,9 millones. Estas cifras muestran una caída del 52% en febrero respecto de igual mes del 2011 pero una mejora del 12,2% en comparación con enero. En tanto, el resultado financiero (después del pago de intereses de la deuda) fue de apenas 94,6 millones de pesos. Para el éxito del modelo económico del gobierno resulta casi imprescindible el sostenimiento del equilibrio fiscal, aún más en el contexto actual en el cual los mercados internacionales permanecen cerrados para el país. Esta política de “vivir con lo nuestro” ha llevado a recurrir a las reservas del Banco Central (BCRA) para efectuar parte de los pagos de deuda en los últimos años. Además constituye uno de los motivos por los cuales la administración de Cristina Fernández impulsó con tanta rapidez la reforma de la carta orgánica del BCRA. En el 2005 el gasto público comenzó a subir considerablemente y los superávits que habían permitido sortear los años posdevaluación comenzaron a disminuir gradualmente. Consecuentemente, el gobierno comenzó a recurrir a cuanta fuente de financiamiento encontró: giro de utilidades, adelantos transitorios (emisión monetaria) y pago de deuda con reservas, entre otras. Los datos referidos al comienzo de la nota indicarían que la actitud de Nación no se modificará en lo inmediato. Un gasto público que aumenta, crecientes necesidades de financiamiento y una alta inflación van generando un entorno propicio para que la política monetaria (Banco Central) quede sometida una vez más, tal como ocurrió en el 2011, a los mandatos del resultado primario del Sector Público Nacional.