Una madrugada violenta, con diez disparos

El hecho investigado ocurrió el 27 de noviembre de 2016, aproximadamente a las 4.10 de la madrugada, en el barrio San Lorenzo.

Según la teoría planteada por la fiscalía, en ese momento el policía Alejandro Lagos pateó la puerta de la casa de Magnolia Salas, la rompió y con su pistola calibre 9 milímetros le efectuó seis disparos a Soto.

Los impactos fueron a la altura del rostro, mentón, lóbulo, maxilar, cuello, y en la cabeza, provocándole inmediatamente la muerte. Luego le dio cuatro balazos a la joven.

En la misma vivienda estaba el hijo de Magnolia, que es menor de edad. Esa misma tarde Lagos había estado en la vivienda y allí se encontró con Soto.

El 4 de abril pasado, “Río Negro” dio a conocer que Magnolia Salas realizó ante la fiscalía una denuncia por coacción de la defensa pública, para que ella renunciara a la querella con el fin de “ayudar” al imputado.

En ese momento Salas describió que fue citada telefónicamente para ser entrevistada a principios de marzo por el equipo que conduce el defensor oficial penal, Daniel García Caneva.

Tanto él como los funcionarios Alfredo Ferreira, Horacio Ronda y Susana Sepúlveda fueron involucrados en la denuncia.

Según la presentación judicial, el interrogatorio a la que fue sometida versó sobre “si sentía culpas sobre la detención de su representado, Lagos, si había evaluado el perjuicio que le había ocasionado” y le dijeron “si había pensado en atención a lo anterior, en ver una manera de beneficiarlo”.


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