Newcom, una chance deportiva para los adultos mayores

La autosuperación está por las nubes entre los adultos mayores que echan mano al Newcom como una propuesta deportiva, y cuyos resultados les deja una nueva proyección de vida saludable.

Está demostrado que el ejercicio físico con menos impacto y menos traumático imprimen -a quienes peinan canas- una mayor fuerza vital y física. Ayudan a mantener y recuperar el equilibrio físico y psíquico, atrasan la involución del músculo esquelético y facilitan el movimiento articular.

El hecho de ser mixto le da diferente matiz. Les permite a los participantes ganar la partida al tiempo, pasar momentos juntos, apoyarse en la cancha, compartir chistes. A veces suelen mostrarse histriónicos o como chicos renegados cuando les toca ser remplazados en la cancha sintiendo que vuelven al banco de suplentes como si fuera un castigo.

“Nació como una adaptación del vóley para incentivar a los adultos mayores como una actividad de juego, y se ha transformado en un boom”, sostiene Noelia Dettori, una de las entrenadoras.

El coordinador de la liga, Pablo Tapia, coincide en que se ha generado un ambiente de grata convivencia y que cada vez más personas mayores desafían el peso de la edad en la búsqueda de un impecable estado, desde que se impulsó esta actividad en 2015.

“Es una experiencia muy linda -apunta Susana Callejón- porque tuve que adaptarme y todo fue nuevo para mí, tomando en cuenta que de trabajar con chicos pasé a entrenar adultos”.

Los que prueban se quedan

Con el tiempo, comenzó a ver los frutos. Destaca que “los que vinieron a probar -al final- terminaron quedándose todos, son felices porque esperan el momento para encontrarse con otros” y “a veces les dicen a sus hijos que no pueden cuidar a los nietos porque asumieron un compromiso con el Newcom, y cuando no pueden desprenderse del compromiso familiar vienen a jugar con los chicos”.

Los gimnasios Fioravanti Ruggeri, “Galo Martínez”, del barrio Sargento Cabral, Escuela 263, Anexo del Polideportivo Ángel C. Arias y de la Escuela N° 2; se transformaron en los espacios que motorizan el empuje de estos movimientos emparentados con el vóley.

Allí, suelen concurrir personas que integran grupo con factores de riesgo, hipertensos, miembros de entidades de lucha contra la obesidad y mayores que -como ya no pueden desplazarse- acompañan a sus hijos para compartir un cordial momento.

“Competimos, viajamos y a partir de esto, de 60 unidades diarias de insulina me aplico 45, y los días de práctica tengo valores normales”.

Emma Bartorelli habló de los beneficios del deporte.

Una liga que busca compensar esfuerzos

La Liga persigue el intercambio competitivo con Caleta Olivia, Puerto Madryn, Trenque Lauquen o Río Tercero, a cuyos torneos les llaman “Grand Prix”.

Para que el esfuerzo del viaje se vea compensado, se asegura a los invitados una buena cantidad de partidos. Si algún equipo queda rezagado en el marcador siguen jugando igual.

“Las expectativas son maravillosas”

Hasta hace pocos años, Raúl Hantis ejerció la medicina en el hospital Zatti. Durante muchos años jugó al básquet. En la actualidad, y con 73 años -que no se notan- fue elegido el mejor jugador de un torneo regional.

“Fue increíble, no podía parar de llorar, y esto me cambió la vida por haber podido destacarme como jugador y además por tener un proyecto de vida”.

En su opinión, el entrenamiento, los viajes “te ocupan la vida que uno, siendo jubilado, me cambió mi estilo de vida y eso es sano”.

A su entender, “a nuestra edad, tener una actividad deportiva que no es intensa, y unido a lo psicológico y espiritural, es importante”.

Recuerda que “antes tenía mis achaques y desde que estoy jugando no los tengo, tal vez porque estoy distraído con la expectativas de jugar en distintos puntos del país, entonces las expectativas son maravillosas”.