La aventura argentina de Saint Exupéry

No hay lugar en el mundo por el que haya pasado el piloto francés Antoine de Saint Exupéry cuyos pobladores no aseguren que fue allí donde se inspiró para escribir “El principito”. Y la ciudad argentina de Concordia no es la excepción, según “Vuelo nocturno (La leyenda de las princesitas argentinas)”, que se presentó en el Festival de Mar del Plata.

A fines de los años 20, el autor de uno de los libros más traducidos de la historia llegó a la Argentina como empleado de la compañía francesa de aviación Aéropostale y permaneció en el país 15 meses durante los cuales, entre otras cosas, conoció a su esposa, la salvadoreña Consuelo Suncín.

Su misión era abrir nuevas rutas aéreas en la Patagonia, hacia Chile y Paraguay. En uno de sus vuelos de reconocimiento sobre el río Uruguay, aterrizó con su avioneta cerca de Concordia, en la provincia de Entre Ríos, a unos 400 km de Buenos Aires.

No aterrizó en cualquier lugar: lo hizo cerca del castillo San Carlos, un imponente “château” cuyas ruinas aún están en pie. La construcción había sido levantada al pie del río por un banquero francés a fines del siglo XIX y era habitada en ese entonces por otra familia francesa de apellido Fuchs y que tenía dos hijas, Susanne y Edda, que llamaron de inmediato la atención del aviador.

Para sorpresa de Saint Exupéry las adolescentes que corrieron hacia él hablaban francés. El aviador y las jóvenes se hicieron amigos y al parecer ellas le enseñaron, entre otras cosas, a domesticar zorros. Quizá no por casualidad, uno de los animales centrales en “El principito”.

“Soy de Concordia. Crecí con ese mito, con esa leyenda, y quise ahondar un poco más”, explicó el director Nicolás Herzog tras la proyección del documental, cuyo título remite a uno de los libros del piloto, “Vuelo nocturno”.

Si bien el vínculo de Saint Exupéry, que por ese entonces tenía 29 años, con la familia Fuchs ha sido abordado varias veces –el mismo escritor le dedicó un capítulo llamado “Oasis” en su libro “Tierra de hombres”, en el que contó varias de sus experiencias como aviador–, el documental de Herzog, rodado en Argentina y Francia, arroja luz sobre este capítulo de su vida gracias a materiales poco conocidos.

Acaso el más valioso es un audio en el que se escucha al escritor dictarle ideas al cineasta francés Jean Renoir para el guión de un filme. “Era el material que confirmaba la premisa de la película, es decir, que a él le había pasado algo fuerte con esta historia que había vivido en la Argentina”, dijo Herzog. “Estos audios son de los años 1941-1942, y Saint Exupéry editó ‘El principito’ en 1943”.

Aquel primer viaje a Comodoro Rivadavía