“Nos conformamos con vivir 70 años y los últimos 20, empastillados”

“Nos conformamos con vivir 70 años y los últimos 20, empastillados”

El doctor Luis Delupi conversó sobre alimentación consciente y porque decidió hacer una transformación. Presentará el 1 de diciembre en el Cine Teatro Español de Neuquén su ong “Mi comida me sana”.

“Nos conformamos con vivir 70 años y los últimos 20, empastillados”

El doctor Luis Delupi conversó sobre alimentación consciente y porque decidió hacer una transformación. Presentará el 1 de diciembre en el Cine Teatro Español de Neuquén su ong “Mi comida me sana”.

“Aprendí que postrado en una cama la guita mucho no sirve. Aprendí a vivir con poquito y con esa vida austera pude prescindir de las guardias y toda esa configuración de mi vida profesional en el sistema médico. Ahí hice un quiebre, cuando me di cuenta que era un engranaje mas en la maquina de empastillar gente y comencé a desempastillar”.

Luis María Delupi es médico egresado de la Universidad de La Plata. Recaló en Neuquén para hacer su residencia. Trabajó en el sistema de salud de Picún Leufú, Centenario y la capital neuquina, como director de hospital en algún caso y como médico generalista en otros. Actualmente dirige la ong “Mi comida me sana”, junto a un staff de excelentes profesionales de la gastronomía y la nutrición con la idea de ir con una transformación a fondo.

Luis estuvo jodido, con sobrepeso, problemas hernias, mucho sedentarismo y todo lo nocivo de la vida moderna y los malos hábitos hasta que hizo su propio clic, su propia transformación.

“Iba solo mediodía al consultorio y veía 7 u 8 pacientes que me permitían subsistir, empecé a trasladarles a ellos también esta otra nueva medicina. A asesorar sobre hábitos saludables, principalmente alimentación y depuración corporal. Una vez que más o menos ya con todos mis pacientes había hecho esta devolución sentí la necesidad de ir por temas más profundos pero era demasiado engorroso hacerlo paciente por paciente. Entonces decidí hacer una charla comunitaria abierta. La primera charla fue en la comisión vecinal de la calle pasaje Sayi en Neuquén, convocamos unas 70 personas, se generó buen ambiente y ahí dije esto es lo que quiero hacer, esto es lo que debería hacer cada médico, promover salud y no estar atado muchas veces a los diagnósticos y a las pastillas”, suelta Delupi.

“Pero también volvemos a esto, trabajar en la promoción no es muy rentable. Entonces decidí tomarme un año sabático para dar. Vendí el auto y dije listo, no quiero pensar en guita, este año voy a generar encuentros y devoluciones a personas que estén con ganas de saber o abordar su salud de otra manera y ahí empecé a dar estas charlas. Di un par de charlas, talleres, me invitaron a escuelas y así paso todo el año, me fui a comunicar a Zapala, Chos Malal, Junín, Roca, Fernández Oro, Cinco Saltos… La gente que estaba interesada buscaba una comisión vecinal, nos juntábamos y empezábamos a dar charlas. Y ahí empezó Mi comida me sana. Además era un lugar donde yo podía compartir cosas y las charlas podían tener un lugar de referencia, de información testeada y que no tenga tanta información que abunda en las redes sin ningún tipo de rigor y muchas veces puede ser dañino. Ese año sabático por cosas de la vida se transformó en cinco años y pasó de ser algo pequeño a tener cerca de 50 mil seguidores en Facebook.”

Delupi el 1 de diciembre en el Cine Teatro Español de Neuquén presentará formalmente la ONG con un equipo sólido que lo acompaña, un proyecto que evita caer en trampas burocráticas para poder llegar más directamente a la gente a través de talleres, charlas, capacitaciones y legislación. La idea es realizar actividades de educación para la salud en la comunidad, relacionadas a la alimentación, depuración corporal, actividad física, adecuado descanso y contacto con la naturaleza.

“Hicimos la primera jornada de alimentación consiente en el Parque Central: fueron dos mil personas. Al otro año hicimos un evento en el gimnasio municipal que se lleno con miles de personas con charla y taller de cocina y después al otro año decidimos armar la segunda jornada patagónica y la primera nacional (Como y sano). Más de diez mil personas participaron en Plottier, vinieron periodistas investigadores, cocineros, médicos, talleristas de todo el país, ad honorem. Hicimos tres conferencias grosas, cuatro talleres con cocineros conocidos y más de 50 talleres en simultáneo. Eso es Mi comida me sana. ¿Por que surgió el nombre? Es como “mi mamá me mima”, esta apuntado al que va a dar el primer pasito, está con dolencias y no sabe por donde empezar”.

Luis vive en una chacra, cosecha su propios alimentos y no es ortodoxo en generar esa conciencia de cambio y transformación . “Somos lo que comemos, lo que pensamos, lo que sentimos. El alimento es fundamental porque la estructura física requiere de eso para sostenerse y si todos los días te estás equivocando mínimo de dos a cuatro veces por día la vas a pagar caro. Hay que entender que tu cuerpo está preparado para determinado alimento. Es un alimento que tiene una similitud casi idéntica a lo que sería en el mono o el chimpancé. A diferencia ellos viven en el trópico, cuando nos alejamos del trópico comenzamos a incorporar alimentos autóctonos que son más condensados, calóricos y están más en sintonía con lo que tu cuerpo podría llegar a necesitar. Vas a necesitar mas calorías porque tu cuerpo va tener que equilibrar térmicamente por una cuestión de temperatura y lejanía con el trópico. Tenés un montón de factores que hacen que el ser humano se pueda adaptar a esos alimentos, pero no quiere decir que pase a ser el combustible ideal”.

Reflexiones sobre la alimentación

– “El hombre idealmente debería consumir frutos, vegetales y semillas, excepcionalmente y por una cuestión de subsistencia puede ser carroñero de algo, pero hasta ahí, no tiene las características anatómicas para ir a carnear algo y comerlo crudo. Eso hace que por naturaleza no estemos preparados para ser carnívoros. Que ocasionalmente tengas en tu dieta algo de carne es otra cosa.

– “Uno adecua su dieta a lo que hay en el medio y uno pasa a tener una expectativa de vida 20 o 30 años menor que en occidente medio mientras que hay pueblos en Ecuador y Pakistán que tienen una alimentación perfecta, andan en patas, toman sol, tienen el agua ideal, cultivan sus alimentos orgánicamente, se acuestan temprano, no se quedan mirando tele y tienen una vida cero estrés y viven hasta los 120 años que es para lo que el cuerpo está preparado. Nosotros nos conformamos con vivir 70 y los últimos 20 empastillados”.