Equinoterapia: una alternativa que volvió para los chicos de Plaza Huincul

Tras la pausa obligada por la pandemia, se reestrablecieron las terapias. Se desarrollan en el predio del Vivero Municipal. Necesitan un cobertizo para ampliar el servicio a más niños, niñas y adolescentes.

“Te amo Lobito, chau”, le dice uno de los niños al caballo, antes de retirarse de la terapia y hasta que vuelvan a encontrarse después de siete días. Es uno de los 31 chicos y adolescentes que forman parte del proyecto de equinoterapia que se desarrolla en Plaza Huincul. Este mes se reanudaron las actividades tras la pandemia y la alegría se adueñó de los asistentes que estuvieron casi dos años sin poder asistir.

En la zona de chacras y al lado del vivero municipal de Plaza Huincul se encuentra el predio, donde se realizan las actividades de equinoterapia que se retomaron recién este mes, tras la suspensión por la pandemia.

En el lugar, Daniela Campos, Marita Ruiz y Rita Almendra son las encargadas de recibir a los asistentes para hacer la terapia. En total, hay 31 niños y algunos adolescentes que concurren más una decena que está en lista de espera.

Daniela cuenta que hace cinco años que accedieron a una capacitación – dependen de la Subsecretaría de Producción y Agricultura Familiar del municipio- y desde entonces están abocadas a la actividad. Ahora, se retomaron las jornadas.

“Lobito” es el caballo que colabora con los niños o adolescentes en la terapia. “Les ayuda mucho a los chicos, los relaja, es algo que esperaron tanto porque por la pandemia, casi dos años no vinieron”, explica.

El grupo de padres y madres insistió bastante para que se reanudaran las terapias. A cada clase acuden tres asistentes. Cuando llega un niño empieza la rutina con un paseo, por lo que ellos mismos bautizan como “el bosque”, que incluye un “un túnel y una montaña”. Una vez concluido, se les hace una suerte de recreo donde realizan juegos, siempre desde el caballo.

Como parte de la actividad, se encargan de cepillar al animal y cuando se retiran se despiden a abrazos y agradecimientos hacia “Lobito”. Algunos, le dan de comer y le sirven agua, como parte del proceso de terapia.

La mayoría de las chicas y chicos que concurre a equinoterapia tienen una condición motora o mental que les favorece la actividad. “El beneficio para el niño con condición autista, por ejemplo, es que no pueden dormir durante varios días y cuando le toca hacer la terapia llega a su casa y se duerme”, comentan las instructoras.

En el caso de aquellos que presentan parálisis cerebral, logran abrir sus manos, y acariciarlo. Desde el primer día que llegan mantienen el contacto con el animal, refiere Marita.

Verónica, es la mamá de Ulises, de siete años y que cursa 2º grado. El nene empezó cuando tenía cuatro años cuando tenía un diagnóstico de displasia bronquiopulmonar y le funcionaban sus pulmones a un 45 % de su capacidad. “Fue un bebé prematuro y estuvo mucho tiempo en terapia intensiva. Entonces se asustaba mucho, gritaba, por los carteles grandes, las figuras, los murales, los ruidos que escuchaba en la terapia”, cuenta la mamá.

Al cabo de un año de acudir y con el tratamiento de la neumonóloga aumentó la capacidad pulmonar. Además, se le fue el miedo y pueden pasar frente a los murales sin necesidad de cambiar de vereda. Ulises empezó cepillando al caballo, y se subía conmigo. Después de un tiempo, “yo iba abajo y al cabo de seis meses iba solo con las chicas y yo esperaba acá”, describe Verónica.

“Fue muy lindo volver después de la pandemia. Me preguntaba por qué no podía venir si él no tenía coronavirus. Cuando se bajó del caballo, ese día se puso a bailar así que le hace muy bien, lo relaja”, especificó.

Como sabe qué día tiene, Ulises por si solo se prepara la gorra, el barbijo y la botella de agua.

Marita, otra de las instructoras sostiene que es muy importante el avance que se logra y que, si bien la recomendación es de dos veces por semana, aquí lo hacen una vez para garantizar que más niños puedan asistir.

“Es algo que me encanta y el logro de cada niño me emociona porque llega tanto el progreso de cada uno”, mencionó.

Cuando termina la jornada, el último niño que concurre es el encargado de sacarle la montura al caballo y cepillarlo para que quede listo. “Uno se queja de lo más mínimo y vemos a los papás cómo la luchan a la par de sus hijos, te hace replantear muchas cosas”, indica Marita.

«Te amo Lobito, chau», los chicos y chicas se despiden con amor de Lobito tras las sesiones de equinoterapia en Plaza Huincul. (Foto: Andrea Vázquez)

La necesidad de un cobertizo

El sector del vivero municipal donde se desarrolla la actividad, cuenta con un espacio amplio para la cabalgata y los juegos. Sin embargo, no tiene todavía un cobertizo que permita el guardado de los elementos o bien, para quedarse si hay mal tiempo.

El lugar cuenta con un caballo y si se incorporara otro animal más sería necesario que se incorporara más personal, porque por cada niño debe haber tres personas. Eso permitiría ampliar el número de asistentes que hoy está limitado.

Por otra parte, tener un cobertizo favorecería, en especial en época invernal, el desarrollo de las terapias, sin necesidad de suspender por el viento o la lluvia. Los asistentes provienen de los diferentes barrios de Plaza Huincul y de Cutral Co. También la posibilidad de contar con sanitarios.

La directora de Producción, Romina Valenzuela, manifestó que la terapia es una alternativa para muchas enfermedades y patologías, tanto motrices como psicológicas y emocionales. Las personas interesadas pueden acercarse a la oficina de Producción y Agricultura Familiar ubicada en exalmacenes de YPF o comunicarse vía WhatsApp al 2995491047.


“Te amo Lobito, chau”, le dice uno de los niños al caballo, antes de retirarse de la terapia y hasta que vuelvan a encontrarse después de siete días. Es uno de los 31 chicos y adolescentes que forman parte del proyecto de equinoterapia que se desarrolla en Plaza Huincul. Este mes se reanudaron las actividades tras la pandemia y la alegría se adueñó de los asistentes que estuvieron casi dos años sin poder asistir.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora