“Acá se permite disparar”
NEUQUÉN (AN).- “En Jardines del Rey o en la Plaza de las Banderas, el oficial Salas no habría disparado. Lo hizo en el oeste porque acá se les permite”. Elizabeth está llena de dolor y de enojo con el policía que mató a su hijo y con otros oficiales que, está convencida, intentaron encubrirlo. Enumera: rompieron la luneta por la que entró el disparo para borrar rastros, intimidaron a los amigos de Brian para que no declaren en contra de la policía, adujeron que los chicos estaban drogados y “plantaron un arma en el auto para inventar un enfrentamiento”. La madrugada del 19 de diciembre, cuando buscaba a su hijo de comisaría en comisaría, ningún policía fue capaz de decirle lo que había pasado. “Yo creí que habían chocado”, dice. “Fue un golpe atrás del otro. Yo pensaba que había sido víctima de la inseguridad, no del que tenía que cuidarlo”. A Elizabeth le queda un consuelo: “Mi hijo no murió solo como un perro en el fondo del barrio. Se murió en mis brazos, como nació. Eso me llena de paz”.
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