Acribillaron a un barrabrava de River

Otro capítulo de la guerra entre "Los Borrachos". Acro, del bando de Rousseau, está al borde de la muerte.

Era previsible. La bautizada «Batalla de los quinchos» fue sólo el preludio. Martín Gonzalo Acro (29 años), mano derecha del Adrián Rousseau, salía de un gimnasio de Villa Urquiza cuando fue baleado y ahora está al borde de la muerte. Lo que parecía un habitual hecho policial se transformó en un ajuste de cuentas en la guerra de facciones de los «Borrachos del tablón», que amenaza con tener varios capítulos más.

La violencia se apoderó del fútbol y nada la detiene. Todo parece estar en manos de los barras. Acro, quien estaba procesado por la «Batalla…» y que incluso era empleado del club, agoniza en el hospital Pirovano, a donde llegó «descerebrado, con pérdida de masa encefálica», a consecuencia de dos disparos que recibió en el cráneo, según confirmó el jefe de Terapia Intensiva del centro de salud, Mario Visciglia. Uno de los médicos fue más allá: «Su situación es irreversible».

Ya no quedan dudas de que fue un ajuste de cuentas. Incluso, el mismo Rousseau confirmó que el hecho se debió «a la interna» de la barra. A las 23 del martes, Acro iba acompañado de Osvaldo Gastón Matera cuando fue sorprendido por tres personas que, sin mediar palabra, comenzaron a dispararles. El líder barrabrava recibió dos tiros en la cabeza y uno en el muslo, mientras que su amigo fue alcanzado por uno en la espalda. Matera, que fue dado de altas unas horas después, dijo que uno de los rodados era «tipo camioneta». Según los investigadores, sería «igual» a un vehículo que estuvo en la «Batalla…».

El fiscal de Saavedra, José María Campagnoli, investigará el episodio, como también lo hizo en los violentos incidentes del 11 de febrero pasado en el quincho del Monumental. Por esos enfrentamientos, en abril último, el juez Mauricio Zamudio procesó sin prisión preventiva a los hermanos Alan y William Schlenker, y Adrián Rousseau, imputados de «incitación a cometer delitos en un espectáculo deportivo», figura que contempla la llamada «Ley del Deporte», y «lesiones leves en riña». Zamudio también procesó, pero sólo por «lesiones», a Alexis Decoste, alias «Gordo Neurona», Christian Ghisletti y Acro.

Este es un nuevo episodio de la guerra dentro de la barra (ver info), iniciada al regresar del Mundial de Alemania y que amenaza con recrudecer en los próximos días (ver aparte). ¿El club? Para la dirigencia de River se trató de un «hecho policial» (ver aparte)

Concretamente, los dos bandos se disputan el negocio de la violencia, en el que entran la reventa de entradas para partidos y megarecitales, la seguridad en esos conciertos y el manejo de los cuidacoches, que dejan unos 60 mil pesos mensuales. Es lo que denunció en su oportunidad el abogado Marcelo Parrilli. Este socio de River fue más allá y sostuvo que los bandos también se disputan un porcentaje de los 18 millones de dólares que el club recibió con el pase del 'Pipita' Higuaín. Según Parilli «la pelea (habla de los quinchos) se dio por la participación que habrían tenido en la venta de Higuaín. En River esto se sabe, pero nadie lo dice».


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