Admiten que De la Rúa tiene arteriosclerosis

"Es por el envejecimiento de las arterias", dijo Lombardo.

La arteriosclorosis

(Infograma)

El ministro de Salud, Héctor Lombardo, admitió ayer que el presidente Fernando De la Rúa sufre arteriosclerosis, una enfermedad crónica que entorpece la circulación arterial, aunque minimizó la circunstancia porque es, dijo, frecuente «en la medida en que aumenta la edad y las arterias van envejeciendo».

«El hecho de que aparezca esta enfermedad no significa que sea invalidante» para ejercer la jefatura del Estado, remarcó Lombardo, y recordó que el ex presidente Carlos Menem padeció el mismo mal pero «se le hizo la desobstrucción y sigue haciendo vida normal».

De la Rúa fue sometido el viernes pasado en forma sorpresiva a una angioplastia para la revascularización de una arteria obstruída en el Instituto Cardiovascular de esta ciudad donde permaneció internado hasta el sábado por la tarde y ayer retomó sus actividades en la Casa de Gobierno.

La aterioesclerosis, también llamada arterioesclerosis o endurecimiento de las arterias, es una enfermedad que provoca el deterioro de las paredes de las arterias, principalmente por la acumulación de depósitos grasos y calcificaciones. (Más datos en infograma)

Al ser consultado respecto sobre si el presidente De la Rúa tiene arteriosclerosis, Lombardo respondió: «la tiene», no obstante quitó trascendencia a la enfermedad al afirmar que es frecuente en todas las personas «en la medida de que aumenta la edad y las arterias van envejeciendo».

Al mismo tiempo, el ministro de Salud se encargó de aclarar que «el hecho de que aparezca esta enfermedad no significa que sea invalidante» para ejercer la jefatura del Estado.

En este sentido, recordó que «hubo un presidente exactamente anterior a Fernando De la Rúa, Carlos Menem, que padeció la enfermedad: se le hizo la desobstrucción y sigue haciendo vida normal», en alusión a la intervención quirúrgica que se le hizo al ex jefe del Estado en la carótida en 1993.

«Deba cambiar su vida»

De todos modos, y pese al optimismo de Lombardo, otros médicos dijeron ayer a «Río Negro» que el problema de la salud del presidente no es una cuestión menor. «A partir de esto el presidente tiene que cambiar su vida. Tiene que ser consciente que su organismo necesita cuidados especiales. Debe seguir dieta estricta, realizar ejercicios cotidianos y, sobre todo, evitar el estrés», señaló Claudio Zin, médico y periodista.

La arteriosclerosis se caracteriza por el engrosamiento, endurecimiento y pérdida de elasticidad de las paredes arteriales y es provocada por el aumento de lípidos en la sangre, especialmente el colesterol, que se deposita y obstruye la circulación.

Según la zona afectada, sus consecuencias pueden ser infarto de miocardio o insuficiencias cardíacas, afecciones renales y hasta cerebrales, con pérdida de conocimiento y de memoria, infantilismo y cambios bruscos de humor.

De la Rúa se repone favorablemente de la angioplastia en la coronaria derecha que se le practicó el viernes pasado como resultado del malestar que había comenzado a sentir el fin de semana anterior y por el que se hizo estudios en el Instituto del Diagnóstico.

Para controlar la arteriosclerosis, hay una serie de recomendaciones a seguir por el paciente: adoptar una dieta baja en grasas y sal, con buen contenido de fibras, dejar de fumar, hacer ejercicios como caminatas, natación o bicicleta y buscar una buena actividad recreativa para revertir los efectos del stress.

(DyN/ABA)

El primero en saberlo

El lunes, a media tarde, en un intermedio de la reunión de la Internacional Socialista, su secretario le acercó a Raúl Alfonsín un teléfono celular: era el presidente Fernando De la Rúa, que lo llamaba para expresarle su apoyo al encuentro del grupo de partidos que incluye al radicalismo.

De la Rúa y Alfonsín, de históricas y marcadas diferencias ideológicas, habían interrumpido el diálogo cuando Domingo Cavallo fue convocado a formar parte del Gobierno. Pero pocos días después, en un encuentro en Olivos, se «sinceraron», tal como explica el viejo caudillo.

Ahora conversan, al menos, una vez por semana. Pero cambiaron las temáticas hacia cuestiones más apacibles. «Hablamos de nuestras familias, de los problemas de la vejez, de la salud», dice Alfonsín, sonriente. Cuenta que en la charla del lunes lo notó preocupado al Presidente, porque «le había diagnosticado arterioesclerosis». (ABA)

Más límites

El cavallista Caro Figueroa, se reunió con diputados de la UCR como parte de las consultas puestas en marcha para conformar un gobierno de unidad nacional.

Los legisladores radicales apoyaron la idea de cubrir bajo el paraguas de las políticas de Estado medidas tales como la pertenencia al Mercosur, los planes sociales y la seguridad.

Sin embargo, los legisladores pusieron un freno a la posibilidad de abrir lugares en el Gabinete para representantes del PJ. (DyN)


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