Alfredo Casero: «El humor es como el aire»

Una oportunidad para reírse a lo grande. Sera una noche para divertirse con libertad y de manera relajada con sonoras carcajadas. Dos humoristas talentosos como Alfredo Casero y Fabio Alberti se reúnen este viernes a las 22 en la sala Rainbow (Planas 4005) con entradas de 600 y 700 pesos, que pueden adquirirse en la sala y Tarjeta actual (San Luis 352).

El objetivo que se proponen desde hace tres décadas, es seguir acompañados por personajes particulares y conocidos por sus seguidores.

En dialogo con “Rio Negro”, Casero contó de que se va a tratar el show:

P: El público de Neuquén te está esperando…

AC: ¡Qué lindo! Me encantaría poder darles todo lo que tengo y aparte estamos con Fabio. Nos vamos a divertir.

P: ¿Qué importancia tiene el humor?

AC: Para mí es como el aire. Hay gente que vive sin humor: hay gente a la que le molestan los chistes comunes, no hablo del humor elaborado. Chistes simples. Uno los puede traer para el otro lado: hay algo que los va a hacer reír sí o sí. Es como el agua: cinco días no vivís sin agua. Si no te reis un lapso de tiempo largo es porque tenés algún problema (risas). La risa es como una convulsión y un espasmo que es producido por un desorden en la memoria. Creo que es tan importante como el sexo y como el amor. Uno puede vivir sin amor, pero le falta todo. El humor es líquido y te mueve todo por dentro.

P: ¿Cómo encararon (ambos) el espectáculo?

AC: Con Fabio tenemos la cancha absoluta de haber trabajado juntos durante tres décadas. No hay nada que no nos guste hacer juntos. Cuando empezamos “Cha cha cha” el vino a buscarme. Estábamos con otros proyectos y ahora somos como familia: vos a los hermanos por ahí pasa un tiempo que no los ves y de pronto te acordás de que son familia. Parece que nos hubiéramos encontrado ayer, aunque pase tiempo. Cuando estuve muy enfermo Fabio me ayudo mucho. Me agarro una infección intra hospitalaria y casi me muero, pase un año y medio internado, estaba amarillo y Fabio me dijo: “Vamos a hacer algo”. Es de una nobleza… es como los osos panda: los ves y decís “ay que lindo” y por ahí te come. Tiene la peligrosidad de un panda en celo (carcajadas). Nunca ninguno va a hablar mal del otro. Cuando nos hemos enojado nos hemos reído en un bar (risas). Vamos a recordar a quienes son nuestros hermanos y ya no están. Fue una lucha incansable contra todo. Nos ponían guionistas y los volvíamos locos. La gente va a seguir viendo el programa durante años.

P: ¿Qué duración tiene el show?

AC: Siete horas y… (risas). Cerca de dos horas. Depende de cómo la gente se mueva. Si vienen muy marcadas de corazón tenés mucho más para decir. Estoy feliz de la vida de ir a Neuquén.

P: ¿Qué importancia le otorgas a twitter donde tenés 515 mil seguidores?

AC: Es importantísimo. Por ahí me comunico, por ahí hago política, por ahí son todos los quilombos. Fijate que los diarios levantan cosas de Twitter porque tiene una inmediatez que hace que la gente de una opinión. Ahí tiro tiros sobre lo que no me gusta, por ejemplo. Lo que creo que no tiene que ver con mi idea primordial que es la “libertad”. Nadie puede “dictar” lo que vas a hacer o decir. En 2015 nadie hablaba de Venezuela y empecé a decir lo que pasaba en Táchira. Ahora tenemos 130 mil personas que salen como pueden del país y nivel global más de 4 millones y medio. En ningún programa me pagaron por opinar. Lo mío es una autoflagelación (risotadas).

P: Creo que te gusta ayudarnos a pensar…

AC: Es un dolor grandísimo a no enseñar a los hijos a utilizar el pensamiento. Usarlo para algo constructivo, para lo bueno, para lo bello y no para la maldad. La libertad debería estar implícita, no es algo que uno tenga que ganarse. Para eso voy a pelear con mi arte, que es mi única arma, aunque lo tenga que pagar muy caro. Es como si fueras furor en la Alemania nazi. No me interesa ese público. Trabajo para la gente que tiene un pensamiento de libertad. Es como cuando te dicen: “Que lastima que hables de política”. Entonces digo: “¿Que voy a hacer?”. Si se meten periodistas, artistas que han cobrado un montón de guita con funcionarios amigos, hubo gente que hizo reír a los ministros, no soy así. Quiero que la gente vuelva a reírse sin temer.

P: ¿Cómo te sienta que hayan levantado tus shows en diferentes lugares del país?

AC: De alguna manera fue un triunfo porque demuestra bien claro la incapacidad que tiene la intolerancia. ¿Cómo puede ser que la universidad de Tucumán que habla sobre los derechos humanos me levanten un show porque tienen miedo de lo que pueda decir? No saben lo que voy a decir. El primer derecho humano es el de expresión. Entonces dije “basta”, iré a otro lugar. Hay que olvidar todo lo más rápido posible, la grieta y toda la porquería. Para mi Macri vale lo que un pedo en una canasta. Me interesa mañana, no me interesa ayer. No soy un operador de Macri. Pago las consecuencias: Si estuviera con el grupo América o Clarín, por ejemplo, no estaría solo. Si no sentís la adrenalina de decir la verdad, por lo menos una o dos veces por día, es porque te falta algo.

P: ¿Cómo es tu relación con tus hijos que son artistas? ¿Te pesa que sean famosos?

AC: No, para nada. Minerva es una excelente aprendiz. Ya hizo más carrera que yo he hizo como quince películas. El caso de Nazareno, me da un orgullo… porque es un trabajador. Se tuvo que poner a imitar a Maradona para hacer la película y a jugar con la izquierda. Se ejercita con jugadores de fútbol, el tipo. Tiene que hacer perfecto y empezó a alimentarse de otra manera. Lo agarro a los besos cada vez que lo veo al negro. Me molesta un poco es la idea de los nietos (risas). Ya tengo cuatro que me dio mi hija mayor (guiño).

Fabio Alberti, un viejo socio de la escena

Fabio Alberti es tierno, gracioso, inteligente, absurdo y buen actor. Se reúne con Alfredo Casero, a quien considera su hermano, para revivir personajes inolvidables de los tiempos de «Cha Cha Cha» y más cerca también.

En dialogo con “Río Negro”, Alberti imagino como va a ser el espectáculo en Neuquén:

P: ¿Cómo armaron el show en Neuquén?

FA: Es un show de Alfredo que el viene haciendo desde hace algún tiempo y me invito a participar. Ya lo estuvimos haciendo en otros lugares y también estuvimos en el puesto “El faro” que es el puesto que tengo, “Choto”. El show lo definimos el mismo día. Pero van a estar “Coti Nosiglia” (boluda total) y el doctor “Circovich” que es el pediatra de derecha.

P: ¿Coinciden con Alfredo en la mirada política del país?

FA: Supongo que mayormente coincidimos. No puedo coincidir en todo con nadie. No es un tema que tratemos la política, ni dentro ni fuera del show.

P: ¿Es cierto que son como «familia»?

FA: De alguna manera si, somos familia. Es un hermano para mí y yo lo soy para él. Nos queremos mucho.

P: ¿Cuánto hace que trabajan juntos? Después de una pausa parece que no pasara el tiempo entre ustedes…

FA: Hace treinta años que trabajamos juntos. Me divierto mucho trabajando con él. Me parece super talentoso y no deja de sorprenderme, por suerte también lo sorprendo. Básicamente, se trata de un show de humor.

P: Tus personajes, además del humor resultan tiernos y queribles. ¿A vos como te resultan?

FA: Si, los personajes más populares son tiernos y queribles. Es un humor bastante naif, sin malas palabras, sin agresión, sin hablar de drogas, sexo…

P: ¿Te consideras actor u/o humorista o los dos?

FA: Me considero un actor que es para lo que me prepare.

P: ¿Cuáles son los temas que elegís para tratar en este momento?

FA: Trato de alejarme lo más posible de la realidad. Cuanto más absurdo y más alejado este de todo, más me entretiene. Ahora estoy interesado en la temática western, por ejemplo.

P: ¿El show junto con Alfredo es como volver a las raíces de alguna manera?

FA: Trabajar de nuevo con Alfredo, claro que es volver a las raíces. Es volver a hacer humor desde otro lugar.

Lo que tenés que saber

Lugar: Sala Rainbow del Casino Magic (Planas 4005).
Día y hora: este viernes, a las 22.
Precios: $600 y $700.
Puntos de venta: en Tarjeta Actual (San Luis 352) y en boleterías de la sala.