Allanaron cabaret en busca de menores

CATRIEL (AC y AR) – La denuncia de una chica de 15 años de nacionalidad paraguaya que habría estado ejerciendo la prostitución en un cabaret de Catriel, llevó a la Justicia a realizar un impresionante operativo policial que, sin embargo, no permitió establecer que en el sitio, que hacía las veces de prostíbulo, hubiera mujeres menores de edad. En el sitio había seis extranjeras cuyas situación legal está en investigación.

El sábado a la madrugada, la jueza María del Carmen García García, los fiscales Alejandra Berenguer, Silvana García y Oscar Cid, y la asesora de menores Susana Merino -todos protegidos con chalecos antibalas-, junto con el grupo Bora de la Policía rionegrina y personal policial femenino, irrumpieron en un cabaret de Catriel con la sospecha de que en el sitio había chicas menores de 18 años ejerciendo la prostitución.

La única persona menor de edad que hallaron fue un chico de unos 16 años que estaba entre el público, aparentemente con un hermano mayor. El adolescente fue entregado a sus padres.

El cabaret tiene en sus instalaciones habitaciones donde vivían ocho mujeres y donde aparentemente ejercían la prostitución.

Cinco de esas mujeres son paraguayas y una brasileña. Las otras dos, argentinas.

Por ahora, el juzgado penal de Cipolletti colecta pruebas para determinar si las mujeres extranjera tenían permiso de trabajo (suponen que entraron como turistas) y si el dueño del cabaret puede ser procesado por proxenetismo.

Obviamente, la Justicia no tiene poder de policía para clausurar el local nocturno. Tampoco detuvo a ninguna de las personas que esa noche estaban allí. De todos modos, se le tomó declaración a las personas que allí trabajaban sin que trascendieran sus dichos.

El operativo comenzó cerca de la 1.30 del sábado y terminó cuatro horas más tarde.

Integrantes del grupo Bora, que se encuentra realizando un curso de perfeccionamiento en la localidad petrolera, irrumpió en el lugar. Junto a ellos, además de los funcionarios judiciales, ingresaron los jefes de la Unidad Regional Segunda de Policía.

Según información policial, en los fondos del cabaret hay varias piezas de reducidas dimensiones «y en condiciones de habitabilidad realmente malas. Incluso, en una de las piezas encontramos a un chiquito de ocho o nueve años, que sería hijo de una de las prostitutas que trabaja en el local».