Análisis: 223 mil usuarios entre Neuss y Weretilneck

La deuda de la distribuidora era de 60 millones de dólares cuando la familia Neuss compró la compañía.

La relación de los accionistas de Edersa, la familia Neuss, con el gobierno rionegrino era mala y ahora es pésima. Y eso que fue Alberto Weretilneck el que firmó el consentimiento para que los creadores del Pomelo Neuss le compraran las acciones de la distribuidora a Camuzzi y los fondos de inversión de Chrystian Colombo, el exjefe de Gabinete de De la Rúa.

Lo grave es que Weretilneck representa al dueño de la empresa, el Estado rionegrino, y los Neuss son los concesionarios. Hay 223.000 hogares, comercios, industrias y explotaciones agrícolas en la provincia que dependen de la electricidad que corren por los cables de Edersa para desarrollar su actividad.

Las empresas que prestan servicios esenciales deberían ser públicas (estatales o privadas) y sus balances tendrían que ser difundidos. Los estados contables de Edersa son un secreto y sólo es posible asomarse a alguno de sus números cuando hay revisiones de su tarifa; aun así, en el Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE) son reticentes a abrir ese tipo de información a la opinión pública.

Uno de los compromisos del grupo Neuss fue hacerse cargo de la deuda que Edersa arrastraba desde que se privatizó: el crédito que tomaron los inversores para quedarse con la concesión. Eran 60 millones de dólares cuando los nuevos dueños compraron la compañía, que, según contaron desde adentro de la empresa, fueron pesificados y anotados en el pasivo de los accionistas.

Pero pocos meses después el gobierno reprochó a los Neuss que pagaran intereses y capital de esa deuda con la tarifa. Y empezó la guerra: el ente regulador dejó de reconocer aumentos para Edersa y la distribuidora comenzó a incumplir con el pago de la energía que compra en el mercado mayorista.

Cristóbal López está detenido de manera preventiva en una causa abierta por haber retenido, con su empresa Oil, 8.000 millones de pesos que cobró en concepto del impuesto a la transferencia de los combustibles. ¿Cuál es la diferencia con cobrarles a sus clientes por cuenta y orden de Cammesa la generación y transporte, y retener una parte de esos fondos?

En la sede central de Edersa en Cipolletti hay empleados recuerdan que atrasos en la tarifa siempre hubo y que era una regla de oro pagar primero la factura de Cammesa, luego los sueldos, más tarde los gastos operativos y, en caso de alcanzar, cancelar intereses de la deuda.

Claro que Edersa no es la única que dejó de pagar una parte de la electricidad que compra y que hay empresas más chicas que están más atrasadas. Y no sería justo dejar de advertir que la tarifa de la distribuidora rionegrina es la más baja de la región y una de las más baratas del país.

Ayudaría mucho que se modificara la ley de funcionamiento del ente regulador, que se designaran autoridades por concurso y que el gobierno dejara de tener tanta injerencia en el organismo, que desde su creación, hace un cuarto de siglo, tuvo sólo dos conducciones con perfil técnico, las que encabezaron Enrique Oehrens (1995-2004) y Mario López (2011-2015).


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