Análisis: En una sesión crispada, Macri admitió la crisis y pidió «paciencia»
No sólo arrancaron las sesiones del Congreso. También empezó la campaña electoral. Por Walter Curia.
*Por Walter Curia
Hubo un único anuncio en un mensaje que no pasará a la historia: el aumento en un 46% de la Asignación Universal por hijo. El presidente Mauricio Macri pidió “paciencia” y dijo que las “transformaciones profundas llevan tiempo” durante la tensa sesión de hoy en la que dejó inauguradas las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Fue el último mensaje de Macri en ese recinto, el de su último año de mandato.
“Cambiar en serio implica atravesar dificultades”, dijo el presidente en un intento de explicar los números negativos que encadena la economía en el último año. Perdido en medio del mensaje, el presidente insistió en que el gobierno espera este año “una baja sustancial de la inflación”, en el marco de la fuerte suba del índice de precios prevista para el primer trimestre.
Un evento custodiado
El contexto fuera del Congreso fue inusual. El gobierno montó un importante dispositivo de seguridad en torno al recorrido del presidente entre la Casa de Gobierno y el Congreso y ordenó el corte de tránsito en la avenida 9 de junio a la altura de Avenida de Mayo, durante no menos de una hora.
El despliegue de efectivos de policía y gendarmería fue exagerado. Ya adentro del Congreso, Macri habló en un ambiente extremadamente crispado, propio del comienzo del año electoral.
Faltó una agenda para lo que viene
Si el mensaje del presidente tuvo un déficit, fue la falta de una agenda para los diez meses que le quedan de gestión, un sendero por el que el gobierno se propone rescatar a la Argentina de la crisis económica.
Aun así, el presidente reconoció los efectos de la crisis y dijo que su gobierno asume “la inflación y la pobreza”.
“Los gritos y los insultos no hablan de mí. Hablan de ustedes señores. Yo estoy aquí por el voto de la gente”, declaró en voz alta».
Mauricio Macri
Presidente de la Nación
Un Macri tenso y muy confrontativo, que debió hacer frente a innumerables interrupciones de la oposición (hubo insultos), buscó comparar la situación actual con la que dejó el gobierno anterior y concluyó que “la Argentina está mejor parada que en 2015”.
“Hemos salido del pantano en el que estábamos”, dijo el presidente. El núcleo del mensaje de Macri fue que los problemas que enfrenta la Argentina no son de coyuntura sino “estructurales” y que superarlos demorará tiempo y perseverancia. “Lo que estamos haciendo los argentinos es enorme, estamos haciendo crujir estructuras viejas y oxidadas”, aseguró.
Macri evitó los números macroeconómicos –indicadores que hoy complican seriamente su reelección- y ensayó una curiosa defensa del período “gradualista” de su gestión, de los primeros dos años, al que calificó como “exitoso”.
El presidente aquí evitó una autocrítica a su gestión. Explicó que la economía marchaba bien, había retomado el ritmo de crecimiento que incluso se reflejaba en la suba en los niveles de empleo y en la baja de los indicadores de pobreza hasta que se dio vuelta el escenario por un cambio en las condiciones internacionales en el que no abundó.
“Cuando estábamos empezando a crecer y a ver resultados concretos, asomando la cabeza, cambiaron las condiciones y surgieron nuevos desafíos que tuvimos que enfrentar. Todavía estábamos frágiles: y parte de las transformaciones que estamos haciendo tiene que ver con eso, con no ser tan vulnerables”, dijo.
«Y tienen razón (…) Me hago cargo del dolor y la angustia estos meses”, reconoció.
Mauricio Macri
Presidente de la Nación
No eludió sin embargo el reproche sobre la mirada esperanzadora que propuso un año atrás en ese mismo recinto. “Muchos van a pensar: ‘yo estoy peor que hace unos años’. Y algunos me van a recordar que el año pasado dije aquí que ‘lo peor ya pasó’.
En varios pasajes el presidente desafió a la oposición kirchnerista, desde donde surgieron las reprobaciones. “Estoy acá por el voto del pueblo. Los gritos y los insultos no hablan de mí, hablan de ustedes”, dijo en dos oportunidades, fuera de libreto. No sólo arrancaron ayer las sesiones del Congreso. También empezó la campaña electoral.
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