Análisis: Una mala señal para los mercados

Nada será igual a partir de mañana. Hay una intervención en el mercado y algunos de los vencimientos de corto plazo no los pagarán en tiempo y forma. Una declaración de default a medias. Mala señal para los inversores.

Lacunza encabezó la conferencia de prensa, como en ocasiones anteriores.

El bajo nivel de renovación que tuvieron las Letras de corto plazo en pesos, y en especial, en dólares -que fue tan sólo del 10%- disparó los anuncios del gobierno nacional. El mercado no tiene confianza y por eso se retiró masivamente de las nuevas licitaciones realizadas por el Tesoro. En las ultimas licitaciones las renovaciones de los títulos se ubicaron por encima del 70% y la cartera Económica esperaba lograr un índice similar al finalizar la jornada financiera del día de hoy. 

El ministro Hernán Lacunza intentó transmitir tranquilidad durante la conferencia de prensa asegurando que se van a respetar todos los acuerdos de deuda consolidados hasta la fecha. Sin embargo, nada será igual a partir de mañana. Hay una intervención en el mercado y algunos de los vencimientos de corto plazo no los pagarán en tiempo y forma. Esos dólares se usarán para intervenir el tipo de cambio. Una declaración de default a medias. Mala señal para los inversores.

Todo indica que esta intervención no caerá bien en los mercados, y habrá que esperar una fuerte volatilidad en el tipo de cambio y las plazas bursátiles donde coticen acciones y bonos argentinos.

Los dichos de Lacunza apuntaron también a tender puentes con la oposición. Uno de los reclamos del candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, al gobierno nacional era que sea la administración Macri quien negocie una refinanciación de la deuda con el Fondo Monetario Nacional (FMI) ya que las metas programadas de devolución de esa deuda eran imposibles de cumplir a partir del año que viene. Los anuncios que impulsan “reperfilar la deuda del FMI” apuntan en este sentido: es un guiño al candidato de la oposición.

El gobierno logra, desde el discurso, postergar los plazos de los pagos de deuda de corto plazo lo que permite al Banco Central tener una mayor disponibilidad de fondos para intervenir el volátil mercado cambiario. Sin embargo, este nuevo escenario lejos está de solucionar los problemas financieros y, en especial, de confianza que necesita revertir la administración Macri para llegar sin una crisis estructural más profunda a las elecciones de octubre.  

Los anuncios se basaron cuatro puntos clave:

Extender la refinanciación sobre los inversores institucionales. Estos que si bien representan sólo el 10% de los tenedores reflejan en volumen más del 60% de los dólares que están en juego. Las personas físicas (no empresas ni organismos) cobrarán tal cual lo acordado por el Tesoro, sin ningún tipo de aplazamiento en sus vencimientos ni quita de capital o intereses. 

Elevar al Congreso de la Nación un proyecto de Ley para la extensión voluntaria de los títulos públicos sin quita de capital e intereses. Esto no sería compulsivo, por lo que el sentido común muestra que muy pocos serán los inversores que adhieran a este cambio en las reglas de juego.

Extensión de los plazos de los vencimientos de los bonos de legislación extranjera. En este mismo sentido, si no hay confianza, salvo que exista una sobretasa que sea muy atractiva, los inversores rechazarán esta alternativa.

Reperfilar los vencimientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) del reciente acuerdo firmado el año pasado por más de 57.000 millones de dólares cuyo capital comienza a vencer a partir del 2020. Esta es, tal vez, la señal más fuerte del gobierno que da a la oposición que estaba exigiendo el inicio de las conversaciones para refinanciar la deuda con el organismo oficial.


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