Antiprincesas y antihéroes de la cultura y la historia

Literatura

Clarice Lispector, Julio Cortázar, Frida Kahlo, Violeta Parra y Juana Azurduy son las antiprincesas y antihéroes de las colecciones con que nació el sello infantil Chirimbote, creado con el deseo de ofrecer narrativas alternativas a los estereotipos del mainstream infantil, narrando vida y obra de figuras emblemáticas de las historia y cultura de Latinoamérica.

La editorial -creada por una tríada compuesta por la editora Nadia Fink, el ilustrador Emiliano ‘Pitu’ Saá y el diseñador Martín Azcurra- “propone temáticas que no abundan en la oferta infantil librera y plantea una disputa de sentido”, consigna Fink a Télam, maestra jardinera que hizo propio un reclamo que se repetía entre padres y madres: ‘Estamos hartos de sólo encontrar historias de princesas o héroes tipo Disney en las librerías’.

El sello invita a un trabajo de lectura infrecuente, dice Fink, porque “más allá de la imagen colorida, el diseño busca emular la lectura múltiple que practican los niños hoy en las pantallas, con ventanas e íconos fácilmente reconocibles a fin de despertar la curiosidad y generar preguntas hasta el final, proponiendo a los adultos acompañar en el proceso a primeros lectores desde los cuatro años”.

En el libro “Julio Cortázar”, esto cobra forma a partir de una rayuela que va llevando a los lectores de obra en obra: “Lo que nos interesaba era su palabra puesta en juego”, señala Fink sobre la publicación que enamoró a la escritora nicaragüense Gioconda Belli, responsable del prólogo.

“Uno lo lee y ve cosas dentro de la mente que jamás había visto. Por eso y porque es muy ingenioso y poético y el santo de todos los cronopios que bailan tala y bailan catala, hay que leer a Julio. Se lee y luego se le quiere. Es así de inevitable”, escribe la emblemática, pelirroja y revolucionaria poeta nicaragüense.

Mientras que en el volumen “Violeta Parra” son los viajes de esta poeta los que conducen a los lectores por sus canciones, “nos encantaron las contradicciones de su carácter -puntúa Fink-, una campesina desalineada y autodidacta que hacía las cosas desde un lugar tan profundo que ni ella entendía, sin pretensiones estéticas ni de ego, en la compleja y pacata sociedad chilena de su época”.

Elogio a lo diferente

Las antiprincesas y antihéroes de Chirimbote – sello que en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires cumplirá su primer año de vida- se encuentran en Brasil hablando portugués; en Colombia, Bolivia, Chile y Costa Rica narrando historias en español; y en Europa, susurando sueños a las ‘ragazze’ y los ‘bambini’ (niñas y niños) italianos y a las ‘kizlar’ y los ‘cocuklar’ (niñas y niños) en turco.

Se trata de “mujeres y varones que hacen otras cosas, que cruzaron fronteras inesperadas para su época, generando nuevas miradas y trazando caminos nuevos”, refiere Fink, figuras elegidas “en contraste con personajes ‘aggiordanos’ de manera engañosa, al estilo de la Barbie afroamericana”, acota el joven dibujante Emiliano Saá.

“Es decir que, suponiendo una apertura conceptual contemporánea, siguen cerrados a viejos mandatos culturales -como ideas falsas de integración social y de consumo, propias de un capitalismo salvaje, o cánones de belleza no saludables- en un intento por coptar consumidores”, explica Saá.

Frida es uno de esos personajes diferentes rescatados por Chirimbote, “impuso su personalidad y su arte en el México revolucionario, violento y machista de principio de siglo XX, es tan icónica que me costó muy poco resolverla, un festín desde lo estético y mi amor por los detalles”, resume Saá.

Personajes “no convencionales”

La forma de abordar los relatos y de elegir a los integrantes de esta comunidad de ‘no convencionales’ logra delinear idiosincrasias contemporáneas. Ahí se encuentran “Juana Azurduy”, quien en la década de 1800 guió ejércitos durante las guerras independentistas hispanoamericanas, así como las decisiones que afrontaron los editores al momento de reconstruir su historia.

“Si bien hoy es fácil documentarse por Internet, sobre ella había muy poca información, así que fuimos reconstruyendo su retrato de boca en boca, a partir de características que repetían los historiadores”, señala Nadia Fink.

Así los lectores la verán con su larga trenza negra; con el atuendo que ella misma confeccionó a la manera de los uniformes militares y con la panzota redonda de embarazada, sobre su caballo, sable en mano sobre el paisaje montañoso del Alto Perú.

A esta guerrera sin metáforas -que al final del libro nos presenta a pares como Micaela Bastidas, Bartolina Sisa y Martina Chapanay- se unirá en marzo Clarice Lispector, escritora brasileña que desarmó el lenguaje hasta alcanzar esos relatos intravenosos con los que pudo contar eso que tanto le interesaba.

La cantante Mercedes Sosa (1935-2009), que hizo llegar el folclore y la identidad argentinas al mundo; Policarpa Salavarrieta (1795-1817), colombiana que intervino en las luchas por la liberación de su país; y Eva Perón (1919-1952), mito y mística de un movimiento popular que torció los destinos del país se encolumnarán entre las Antiprincesas en lo que va del año.

Mientras que los Antihéroes se completarán con el revolucionario Che Guevara (1928-1967); el Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez (1927-2014); el uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015) y el Subcomandante Marcos (1957, México), ícono de la resistencia, portavoz, ideólogo y del indigenista ejército zapatista. (Télam).

Fuente: Télam.

Dolores Pruneda Paz