Olivillos, zampas, coirones y jarillas: plantas nativas ideales para los jardines del Alto Valle

Consumen muy poca agua, resisten la sequía y el viento, dan vida y color todo el año, atraen polinizadores: Lucía Verussa, técnica universitaria en Espacios Verdes, explica los motivos por los que favorecen al ecosistema de la región y pueden complementar o reemplazar al césped en la búsqueda de jardines sustentables.

Jardín de nativas más césped, una buena opción para disminuir el consumo de agua. Fotos: Lucía Verussa.

Lucía Verussa es técnica en Espacios Verdes recibida en la Universidad del Comahue en San Martín de los Andes. Nacida y criada en Alta Barda en la ciudad de Neuquén, en el 2021 volvió a la capital provincial tras estudiar en la cordillera y completó su formación con capacitaciones sobre las plantas autóctonas del Alto Valle que conocía desde que se crió en los paisajes de su tierra. Aquí comparte lo que aprendió y explica qué las recomienda porque resisten la sequía y el viento, aportan color y vida todo el año, favorecen la biodiversidad (atraen aves, abejas y mariposas), consumen muy poca agua y con menos trabajo dan vida a un jardín que se adapta al lugar donde vivimos.


Lejos de la idea de los ecosistemas muy húmedos que invitan a proyectar grandes extensiones cubiertas de césped, Lucía invita a pensar en lo que la naturaleza tiene para ofrecer en la región y pone el foco en la rusticidad y la independencia de las plantas autóctonas: “Tenemos que ser conscientes de que vivimos en un clima prácticamente desértico, con amplitud térmica muy grande, con muy poca lluvia. Me parece también importante como respeto por el lugar donde vivimos devolverle un poco a ese ecosistema”, dice.

Lucía durante una recorrida por el monte del Alto Valle, rodeada de plantas nativas. En plena flor la pichanilla, atrás alpataco, zampa, jarilla y chañar brea.


Y agrega: “Puede que aparezca mucha gente que diga que intentó trasplantar jarillas veces y siempre se le murieron. Sí, por supuesto, hay muchas cosas que tener en cuenta a la hora de usar plantas nativas. Por ejemplo, trasplantar una planta que está en la barda ya desarrollada es prácticamente imposible que sobreviva. Se recomienda siempre comprar ejemplares que hayan sido cultivados en viveros, pero una vez que las pongamos ellas van a tener para ofrecernos todo, su aroma, su floración, su resistencia al clima local, a la poca agua, al sol extremo, al frío extremo. Hay pocas plantas de otros ecosistemas, que tengan la posibilidad de aguantar el lugar en donde vivimos y ninguna lo va a hacer como las nativas”.

Jarillas, zampas y Gutierrezia solbriguii en El Chocón.


Cuatro plantas nativas recomendadas

En plena plantación de un pequeño jardín 70% nativo. Coirones, olivillo, jarilla, zampa y pichana, En la imagen, Facundo, compañero de equipo de Lucía.

Explica Lucía que en nuestro clima, nuestra región y nuestro ecosistema las plantas nativas desarrollan sistemas complejos, ya sean sus raíces, su forma de absorber agua, su forma de protegerse del viento. No es fácil trasplantarlas, aunque se compren en los viveros algunas tienen su complejidad a la hora de ponerlas en un jardín, es decir un ecosistema intervenido. En ese contexto, hay algunas plantas que tienen mucha más probabilidad de éxito. “Y como principiantes podemos basarnos en estas especies para tener éxito en nuestro jardín”, dice Lucía. Aquí las describe:


Olivillos, tono grisáceos, floración lila

Olivillos y coirones.

“Es una planta que se da muy bien, incluso uno fácilmente puede aprender a cultivar desde las semillas. Es muy decorativa por su color grisáceo, su floración lila es muy linda y se diferencia de la floración amarilla de la zona”.


Jarillas: rústicas y de hermosa floración y aroma

Jarillas en el monte.

Jarilla en recuperación “ahijando” coirones que salen debajo de ella.


“Nuestra querida y famosa jarilla también podemos plantarla en nuestro jardín. Se ve muy bien, es bien rústica pero se adapta a distintas adversidades y si recibe más agua tampoco le cae mal. Tiene una floración hermosa, un aroma hermoso. Además es icono de nuestra región y creo que siempre tiene que estar”.


Zampas: ideales para cercos

Zampas en el monte.


“Es muy buena para por ejemplo poner en cercos: si bien no tiene una gran altura crece bien abundante. También tiene ese típico color grisáceo de la zona que es muy característico”.


Coirones: fáciles de conseguir y decorativos

Coirones y zampas en cantero mixto. Es recomendable plantar las nativas en otoño o lejos del frío y el calor extremos.

“Son fáciles de conseguir en distintos viveros y son muy decorativos con su movimiento con el viento. Además en espacios de canteros que no sean tan grandes está bueno porque no crecen tanto y se dan muy bien. Esas son cuatro plantas que uno puede tener en cuenta para comenzar a incluir nativas en su jardín y esperar tener éxito con ellas”.


¿Cuándo conviene plantarlas?

La respuesta de Lucía: «Ya sea las nativas o cualquier tipo de planta, siempre es conveniente plantarlas en otoño, es importante que no estemos sobre el frío extremo y que no estemos sobre el calor extremo, pero en otoño es ideal porque a las plantas recién plantadas van a atravesar mejor toda su etapa de estabilización en invierno para después en primavera explotar y estar espléndidas. En la época media de primavera, que tampoco tenemos frío extremo ni calor extremo, también podemos plantar, pero es probable que atraviesen el verano con un poco más de dificultad que si las plantamos en otoño. De todos modos, la mayor recomendación es siempre tratar de estar lo más lejos posible del calor extremo. Incluso es preferible hacerlo en pleno invierno que hacerlo en pleno verano. Pero como ideal es el otoño».

Jarillas en el monte.

«Yo diría que se animen a probar. Tengan el jardín que tengan, es hacer un pozo, poner la planta y va a funcionar. Después tanto las nativas como cualquier otra recién plantada va a necesitar riego, sobre todo si las plantamos en esta época de primavera cercana al verano va a necesitar riego porque por más que sean súper resistentes, no están en un ecosistema 100% natural, es un ecosistema intervenido el de nuestro jardín y por lo tanto no podemos dejar de poner siempre la mano ahí. Entonces siempre dejar que el sustrato se seque, que el suelo se seque, nunca encharcar para las nativas, pero sí regar: si las dejamos completamente solas es muy probable que no sobrevivan. Quizás sí, pero corremos el riesgo de perder lo que pusimos»

La técnica en espacios verdes aclara que no hace tanto tiempo que las nativas son tenidas en cuenta como plantas ornamentales para jardines. En su caso lleva tres años de trabajo con ellas. «Y en mi experiencia respecto a la tierra, las nativas se adaptan muy bien a cualquier cosa. Esa es la realidad. Aunque tengamos una tierra de jardín, siempre y cuando no esté muy compostada o muy ácida, porque nuestro suelo natural es muy alcalino, la verdad es que las plantas se adaptan muy bien. A lo que la mayoría les cuesta mucho es la sombra. si tienen sombra probablemente vayan a estar igual pero no van a florecer de la misma forma, no van a estar en su esplendor, así que una de mis recomendaciones es usarlas en pleno sol«.


«Hay que animarse a probar»

«Creo que es muy importante animarse, probar, hacer la prueba, comprar, plantar, algo que yo trato de tener en cuenta en este aprendizaje que como les digo todavía sigue siendo mucha prueba y error, es fijarme en la naturaleza, en los paisajes que conocemos de la barda y ver que creemos que pueden necesitar nuestras plantas, ver que si están al pleno sol, cuando salimos a caminar por la barda, por el Parque Norte, por el río, ver ciertas especies y decir ‘mirá, está acá cerca del agua y se dio perfecto, mirá está bajo la sombra y está bien, mira esta qué linda que queda al lado de esta otra, mirá la época en la que está florecida’. Creo que la observación es súper importante en este proceso y también es muy importante esto, aprender a identificarnos con la flora de la zona donde vivimos«, agrega.

Zampas y jarillas en el monte.

«Creo que el paisaje incluye el todo, no solo las plantas sino todos los elementos de la naturaleza: plantas, piedras, agua; insectos -continúa-. Entonces creo que empezar a conectarnos con este ecosistema es súper importante y poder ver nuestro jardín y tratar de encontrar un pedacito de naturaleza. No digo que los jardines tengan que ser todos de nativas ni tengan que ser un pedazo de barda replicado pero sí creo que está bueno darle un poco de espacio a esto, no tener un cuadrado de césped y un árbol nada más. Es importante que le demos un poco de vida natural a nuestros pequeños pequeños rinconcitos verdes».

Contacto: https://www.instagram.com/jardines.carun/


Jardín de nativas más césped, una buena opción para disminuir el consumo de agua. Fotos: Lucía Verussa.

Lucía Verussa es técnica en Espacios Verdes recibida en la Universidad del Comahue en San Martín de los Andes. Nacida y criada en Alta Barda en la ciudad de Neuquén, en el 2021 volvió a la capital provincial tras estudiar en la cordillera y completó su formación con capacitaciones sobre las plantas autóctonas del Alto Valle que conocía desde que se crió en los paisajes de su tierra. Aquí comparte lo que aprendió y explica qué las recomienda porque resisten la sequía y el viento, aportan color y vida todo el año, favorecen la biodiversidad (atraen aves, abejas y mariposas), consumen muy poca agua y con menos trabajo dan vida a un jardín que se adapta al lugar donde vivimos.

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